«No nos dio el Señor un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de caridad y de templanza" (2 Tim 1, 7). Estas palabras nos recuerdan la fortaleza que recibimos de Dios: los problemas de la vida no son nada comparados con la gracia que Dios nos da para superarlos, pero tenemos que pedirle esa gracia. Es la oración la que nos da fuerza, por eso debemos rezar todos los días»
martes, 14 de octubre de 2014
Santiago Giraldo, el mejor tenista colombiano de la historia, un ciclón devoto de la Guadalupana: «La gracia de Dios actúa en cualquier parte»
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