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martes, 2 de septiembre de 2025

Héctor García Phoenix, cantautor católico, se alejó de Dios y tocó fondo: «Fui a un retiro y descubrí que Jesús existe y, suceda lo que suceda en mi vida, no quiero alejarme de Él»

 

Héctor García Phoenix

* «Dios te mete en problemas fuertes, porque el estar con Dios es un luchar todos los días. Pero es peregrinar por la santidad a la que todos estamos llamados. Y lo único de que tengo certeza es que de la mano de Dios voy a encontrar la mejor respuesta. Buscamos a Dios con la mente. Y hay que acercarse a Él con el corazón. Es esencial ir con el corazón abierto para que Dios pueda entrar. Hay que pedirle, y dejarle, que nos dé la oportunidad de conocerle, y a la Virgen decirle: ‘no te conozco pero dame la oportunidad de comprobar que tú eres la Madre de Dios’, aconseja. Y de paso nos recuerda que “Dios nunca rechaza a quien quiere conocer a su Madre»

Camino Católico.-   Héctor García Phoenix, cantautor católico, nació en Tamazula, Jalisco, México, y a la edad de 19 años se fue a los Estados Unidos. En ese entonces vivía alejado de Dios, no entendía la importancia de Dios en la vida de un ser humano, hasta que tocó fondo. Vivió un retiro y fue para él la experiencia más grande que ha tenido en su vida al comprobar que Dios existe, y desde entonces su trabajo ha sido descubrir quién es Jesús. Por medio de la música, trata de evangelizar dejando atrás un pasado alejado de Dios. Cuenta su testimonio de conversión en un  vídeo de Mater Mundi TV.

De adolescente rezaba el Rosario a la fuerza y se cansó

Ahora está en camino, “y mi vida está cambiando mucho. Dios es la mejor opción que podemos tener, la mejor manera de vivir el sufrimiento y las alegrías de esta vida”, dice en la entrevista conducida por Matilde Latorre.

Casado y padre de 3 hijos, de pequeño vivió una religiosidad popular. Nada de ir a misa salvo alguna ocasión excepcional, como su primera Comunión, la Confirmación, la boda de su hermano y poco más. De muy pequeño también alcanza a recordar que cada 12 de diciembre le vestían y cargaba con saquitos de azúcar o frijol para las peregrinaciones que arrancaban desde el centro del pueblo y terminaban en un templo cercano que se llama Santuario de la Virgen de Guadalupe. 

Fue su abuela quien empezó a introducirle en el rezo del Santo Rosario. “Lo rezaba a la fuerza. Primero que si un día a la semana. Me quedaba dormido. Después me aumentó a dos días, después a tres días y después ¡todos los días! Hasta que un día me enfadé, me cansé y buscaba la forma de llegar tarde a casa para evitar a mi abuela y al Rosario”. Aquello le avergonzaba. “Era un adolescente y no quería que me asociaran con eso de rezar, quería que me vieran como un chico normal”, asegura.

Adicciones y vacío, música  e interpelación a Dios sobre su existencia

Héctor se fue a vivir un tiempo a Estados Unidos. Allí empieza a caer en adicciones y un modo de vida de confusión. “Empecé a sentir ese vacío que como humanos no entendemos y tratamos de llenar de las más diferentes maneras”. En búsqueda de una salida, se cruzaron en el camino mormones, evangélicos… Gente que “hablaba de Dios, pero criticaban mi fe. Y, aunque fuera una fe poco devota, no me gustaba que atacaran mi fe, una fe que ni conocían”, lamenta. 


Héctor García Phoenix con su familia

“Me regalaron un disco y creo que fue por ahí por donde empezó Dios a remover mi vida. Aquellas canciones me hicieron acabar llorando a gritos y preguntar: no sé quién eres, pero si existes ayúdame. No quiero ser esto que soy“.

A insistencia de su esposa, acudió poco después a un retiro donde sucedió algo que no esperaba. En aquel retiro descubrió que Jesús existe. “Existe y, aunque no lo conozca, suceda lo que suceda en mi vida, no quiero alejarme de Él”, decidió Héctor allí. “Definitivamente encontré el tesoro escondido y no lo quisiera perder jamás. Aunque no soy santo y cometo muchos errores, definitivamente quiero vivir el resto de mi vida de la mano de Cristo”.

Me sentía especial por sentir a Cristo, pero eso también se convierte en una responsabilidad. No es que creyera que mi misión era convertir a la gente, pero sí hablarles de Dios. “Eso ya de primeras provoca que te etiqueten y que te rechacen. Mucha gente se aleja de ti, incluso en tu propia familia, en tu matrimonio”, admite Héctor.

Las persecuciones, las dificultades, las luchas, son parte de la vida cristiana. Y tenemos que reconocernos imperfectos, apunta el cantautor. “Dios te mete en problemas fuertes, porque el estar con Dios es un luchar todos los días. Pero es peregrinar por la santidad a la que todos estamos llamados. Y lo único de que tengo certeza es que de la mano de Dios voy a encontrar la mejor respuesta”, afirma con determinación.

A Cristo de la mano de la Guadalupana

Su abuela falleció al poco tiempo de que Héctor regresa a México. Unos 10 años después, vivió una experiencia espiritual que relata en el video. “Si me creen o no, eso no me importa. Yo sé lo que vi”, dice Héctor. “Vi a mi abuela vestida de blanco, descalza y radiante”. “Y allí también vi una Mujer, con una misma túnica blanca y con un manto azul, de un color azul que no existe en la tierra, y que resplandecía”. Tomó de la mano a su abuela y ambas desaparecieron.


Héctor García Phoenix con dos de sus hijos

Cuando Héctor empezó de nuevo a ir a misa, se encontró con una imagen de la Virgen a la que reconoció: “Esa fue la Mujer que yo vi”.

El cantautor advierte que “buscamos a Dios con la mente. Y hay que acercarse a Él con el corazón. Es esencial ir con el corazón abierto para que Dios pueda entrar. Hay que pedirle, y dejarle, que nos dé la oportunidad de conocerle, y a la Virgen decirle: no te conozco pero dame la oportunidad de comprobar que tú eres la Madre de Dios”, aconseja. Y de paso nos recuerda que “Dios nunca rechaza a quien quiere conocer a su Madre”.

Héctor García se considera un converso en camino, que quiere transmitir que “soy una persona transparente” y que asume que su “peregrinar es parte de la lucha por la santidad a la que todos estamos llamados”.

Otro aspecto que para el cantante mexicano es importante sin duda es su familia conformada por él, su esposa y sus tres hijos. Tratan de vivir cerca de Dios de la mejor manera posible y el ser una persona devota lo ha cambiado definitivamente para bien, pues antes no le dolía el pecado, pero ahora, al conocer su fe y estar enamorado de Cristo, caer en pecado es algo doloroso para él y lo transmite a los suyos.

“Ahora me duele muchísimo cuando caigo en pecado. Hoy oro más y me abandonó en Dios pero sin dejar de caminar, porque al final todo a su tiempo se acomoda”.


Héctor García Phoenix

Nueve discos

Quien escucha la música de Héctor García se lleva una gran sorpresa. La mezcla de ritmos y letras captan enseguida la atención, suenan distinto y cada canto tiene su particularidad. Como cantautor, la inspiración no le llega solo de la imaginación, sino de cada emoción, recuerdo y vivencia. Con una familia sostenida por Cristo y una misión que cada día alimenta y comparte, este mexicano radicado Arizona, Estados Unidos, está “loco por Cristo”.

Gracias a la música son muchos los escenarios y las experiencias por las que ha pasado y, poco a poco, con ayuda de muchas personas, no todas involucradas con la fe, ha crecido como cantautor, mejorando constantemente sus producciones de ritmos variados, con especial gusto por la banda, buscando siempre hacer el bien. Compaginado con esto, está su programa de streaming “Locos por Cristo”, en el que presenta entrevistas, testimonios, vivencias de fe y por supuesto, música, que puede verse en su canal de Youtube.

“Bueno, si soy sincero, ni yo sé cómo hago para hacer este trabajo. Lo único que he hecho son dos cosas, como decía San Agustín, orar como si todo dependiera de Dios y trabajar como si todo dependiera de mí. Y sobre todo soñar, le dejo todos mis sueños a Dios, en sus manos, y me dejo sorprender por Él. Por momentos no es fácil, pero Dios pone los medios para hacerlo llevadero”.

Para Héctor, quien no se cansa de perseverar, estar “loco por Cristo” es estar dispuesto a hacer lo necesario para que otros conozcan a Cristo, sin importar lo que diga la gente, incluidos los mismos cristianos.

Su estilo musical, desplegado en nueve discos, no está definido, lo mismo puede incluir mariachi, estilo sierreño, norteño, banda, tropical, cumbia y hasta un toque de picardía. Héctor se define a sí mismo como un cantante loco, sin límites ni estilos exclusivos.

Los planes de Héctor son seguir trabajando por sus sueños, pero el más importante, dice, “es llegar hasta el último día de mi vida enamorado de Dios. En todo lo demás dejo que Dios siga marcando el camino, aunque en momentos duele, te desespera, pero también te alegra”.

martes, 24 de diciembre de 2024

Andrea Cueva y Kenji Igei: «Nuestros mellizos nacieron a los 5 meses de gestación, los médicos dijeron que tenían un 10% de probabilidades de sobrevivir, rezamos a la Virgen de Guadalupe y están sanos»


Andrea Cueva y Kenji Igei junto con Iago e Ian y la Virgen de Guadalupe / Foto: @familia.igeicueva

* «A pesar de todo, la Virgen de Guadalupe no nos abandonó. Ella quiso, desde el día 1, hacerse notar. Seguíamos encomendándolos con mucha fe, incluso en medio de las más difíciles tormentas. Muchas personas nos acompañaron en esta plegaria, e Ian y Iago son fruto de la oración de tantos. ¡Infinitas gracias! Verlos tan sanos e inteligentes, a veces nos hace olvidar de dónde los libró Dios. Verlos así debería darnos ganas de recordar que el Señor no abandona, que los milagros existen y que Dios obra. Y … que la Virgen siempre vela»

Camino Católico.-  Con apenas 5 meses de gestación, Iago e Ian nacieron de emergencia, enfrentando un pronóstico desgarrador: solo un 10% de probabilidades de sobrevivir. En medio del miedo y la incertidumbre, su familia se aferró a la fe y rezó todos los días a la Virgen de Guadalupe por la vida de estos pequeños.

Andrea Cueva y Kenji Igei enfrentaban un duro momento por la pérdida de su primer hijo con solo 6 semanas de embarazo, cuando fueron sorprendidos con un regalo de Dios, iban a ser padres nuevamente y esta vez de dos niños.

Desde el inicio, el embarazo fue considerado de alto riesgo, lo que obligó a Andrea a permanecer en reposo absoluto durante las primeras semanas.

“No negaré que ver a otras embarazadas caminando y haciendo su vida normal me cuestionaba de ‘¿por qué yo no?’ Pero bueno, mi útero, mi vida es diferente a la de las otras. Mi trabajo era desde cama, he visto tantas series que hasta me sentía culpable de ‘perder mi tiempo’. Pero entendía que una vida entregada era una vida que vale la pena y así celebrábamos semana tras semana; era una tremenda alegría”, indica en su cuenta de Instagram.

En este tiempo de incertidumbre, la pareja decidió consagrar la vida de sus pequeños a la Virgen y agradecer a Dios por este regalo. “‘Son más tuyos que nuestros’ es nuestra oración de todos los días”, escribieron.

A las 12 semanas, una ecografía confirmó que todo marchaba bien, y la doctora les dio luz verde para retomar una vida más activa. “Al día siguiente mi mamá compró nuestros pasajes a Miami porque en casa estábamos solos”, señala Andrea.

Sin embargo, a pesar de los momentos de tranquilidad, Andrea no dejó de enfrentarse a temores constantes. “De verdad que es muy difícil cuando vas al baño y piensas que en cualquier momento podrías sangrar”, confesó. Aun así, celebraban cada semana como un logro.

El 1 de enero, durante su estancia en Estados Unidos, el embarazo se complicó y con solo 5 meses de gestación, los bebés llegaron al mundo. La pareja decidió darles el nombre de Iago e Ian, por Santiago y Juan, apóstoles hermanos.

“Ellos nacieron de emergencia cuando estábamos de turismo en EEUU y no nos queda duda de que Dios quería que fuese así.

Cuando nacieron nos dijeron que solo tenían un 10% de probabilidades de sobrevivir, que nos preparemos para lo peor porque en cualquier momento podría pasar”.

En medio de este desafío, la fe de Andrea y Kenji no desfalleció. Decidieron bautizar a sus pequeños guerreros, que se encontraban en cuidados intensivos neonatales (UCIN).

Los mellizos Iago e Ian / Foto: @familia.igeicueva

“Creemos en la Santa Iglesia Católica y eso nos hace saber que cuando se bautizan no sólo son miembros de este cuerpo místico de Cristo, sino que se hacen Hijos de Dios 💟. Ian e Iago ahora son hijos de ese padre que los ama tanto, es para festejar!”.

La familia también pidió oraciones a la Virgen de Guadalupe por la salud de los pequeños, confiando en su poderosa intercesión. Y luego de 5 meses y medio, los pequeños lograron salir de UCIN.

“A pesar de todo, la Virgen de Guadalupe no nos abandonó. Ella quiso, desde el día 1, hacerse notar. Seguíamos encomendándolos con mucha fe, incluso en medio de las más difíciles tormentas. Muchas personas nos acompañaron en esta plegaria, e Ian y Iago son fruto de la oración de tantos. Infinitas gracias!”.

Hoy, con el corazón lleno de gratitud, Andrea y Kenji celebran la vida de sus hijos, recordando que los milagros existen. Aunque el camino no ha sido fácil, incluso enfrentando el cáncer del pequeño Iago, cáncer del pequeño Iago, la familia ha seguido adelante con fe y esperanza. Cuando la enfermedad se hizo presente escribían: “Quien lo iba a creer que el cáncer llegaría a nuestra vida... Justo a un bebé de menos de un año que había pasado 5 meses y medio en el hospital, por 3 operaciones y por muchos percances y dolores en su corta vida. Iago hermoso, ya venciste, ya estas bien!!!”.

“Verlos tan sanos e inteligentes, a veces nos hace olvidar de dónde los libró Dios. Verlos así debería darnos ganas de recordar que el Señor no abandona, que los milagros existen y que Dios obra. Y … que la Virgen siempre vela”.

En 2023, la pareja recibió una nueva alegría: la llegada de Iáela, una pequeña que nació totalmente sana. “El Señor con su vida nos está curando las heridas…”, resaltaron.

Andrea Cueva y Kenji Igei junto con Iago e Ian y la bebé Iáela / Foto: @familia.igeicueva

Esta es la oración a la Virgen de Guadalupe que la familia rezó por los pequeños Iago e Ian.

Hermosa Virgencita de Guadalupe,

te entrego la salud de Iago e Ian,

recién nacidos prematuramente,

para que los cobijes con tu manto de madre

y reciban todo tu calor, tu amor y protección.  


Acércalos a tu regazo,

para que sus cuerpos se fortalezcan,

que sus órganos se desarrollen por completo

y sus defensas se multipliquen,

para que nada pueda dañarlos.  


Te pido, Virgen de Guadalupe,

que seas tú quien intervenga para que

estos bebés crezcan sanos,

fuertes y llenos de vida;

que el tiempo que les faltó

por permanecer en el vientre

no sea un impedimento

para su completo y total desarrollo físico y mental;

que siempre estés tú a su lado, cuidándolos,

protegiéndolos, sanándolos y llenándolos

de amor y de salud perfecta.  


Confío plenamente a ti, Virgen de Guadalupe,

estas nuevas vidas que ahora son vida,

esperanza y alegría de sus padres y familiares.  

Amén. 

jueves, 12 de diciembre de 2024

Papa Francisco en homilía, 12-12-2024: «El misterio guadalupano es para venerar a la Virgen que en las dificultades y durante la vida nos dice: ‘No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?’»

12 de diciembre de 2024.- (Camino Católico)  Ante miles de fieles, presentes en la misa en la memoria de Nuestra Señora de Guadaluoe, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, Francisco ha recordado en su homilía improvisada que el misterio guadalupano es para venerar a la Virgen que en las dificultades y los momentos felices de la vida nos dice: “No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, pero "lamentablemente tantas ideologías han querido derivar para sacar provecho ideológico". En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa 

BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE GUADALUPE

SANTA MISA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Basílica de San Pedro
Jueves, 12 de diciembre de 2024


Mirando la imagen de María, María de Guadalupe embarazada, que anuncia el nacimiento del Salvador, como madre.

Con qué ternura le dice al Indio: «No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?» (Nican Mopohua, 118-119). Aquí se revela la maternidad de María. Y sobre este misterio de Guadalupe, que lamentablemente tantas ideologías han querido derivar para sacar provecho ideológico, me vienen en mente tres cosas sencillas, pero que hacen al mensaje: la tilma, la Madre y la rosa. Cosas muy sencillas.

La maternidad de María queda grabada en esa tilma sencilla. La maternidad de María se muestra con la belleza de las rosas que el Indio encuentra y lleva; y la maternidad de María hace el milagro de llevar la fe a los corazones, un poco incrédulos, de los prelados.

La tilma, la rosa, el Indio. Todo lo que se diga del misterio guadalupano, más allá de esto, es mentira, es querer usarlo para ideologías. El misterio guadalupano es para venerarla, y para escuchar en nuestros oídos: «¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?». Y eso hay que escucharlo en todos los momentos de la vida: los diversos momentos difíciles de la vida, los momentos felices de la vida, los momentos cotidianos de la vida. «No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?». Y este es el mensaje guadalupano. Lo demás, son ideologías.

Nos vamos con la imagen de la Señora en la tilma del Indio; y escuchando, como en una cantinela, que con voz repetitiva nos dice: «No tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?». Que así sea.

Francisco



Fotos: Vatican Media, 12-12-2024