“Pensé: Mi papá es un hombre muy bueno; fiel, responsable, pendiente de nosotros. ¡Un excelente padre! Y mi mamá es tierna, amorosa, muy servicial, entregada a su familia. ¡Los dos están llenos de Dios! Y siempre han querido que nosotros, sus hijos, conozcamos más del Señor; de Jesús, de María y de su inmenso amor. Entonces me dije: Yo quiero conocer ese amor. Quiero conocer a ese Dios, que ha hecho que mi familia sea feliz, amable, dulce, donde es alegre vivir”
lunes, 2 de febrero de 2015
Juan David Henao vivió con drogas, parranda y "sexo ilícito", hasta que escuchó el llamado de Dios. Hoy es un joven predicador
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