“Bajo tu manto hay lugar para todos, porque tú eres la Madre de la Misericordia. Tu corazón está lleno de ternura hacia todos tus hijos: la ternura de Dios, que de ti ha tomado carne y se ha hecho nuestro hermano, Jesús, Salvador de todo hombre y de toda mujer.Mirándote, Madre nuestra Inmaculada, reconocemos la victoria de la divina Misericordia sobre el pecado y sobre todas sus consecuencias; y se reavive en nosotros la esperanza en una vida mejor, libre de la esclavitud, rencores y miedos”
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