* «Cuando encontré el valor compartí todo lo que vivía con Cristo Eucaristía que al principio era un misterio para mí, pero que me dio paz y libertad después de muchos años sin Él. Me encontré a menudo llorando en la capilla y confiando mi vida a Dios. Ver que podía vivir mi día con una nueva voluntad, la serenidad y la confianza me hizo comprender la importancia de la oración. Me tomó mucho tiempo perdonarme por mi pasado, aceptar y amar a la persona que soy, tener autoestima y autocontrol; a veces todavía tengo pequeñas preocupaciones por mi futuro, pero las afronto de una manera diferente. Después de muchos años de vivir en la oscuridad, buscando la verdadera libertad a través de las ‘cosas equivocadas, el Señor y la Virgen, sin que yo lo mereciera, me llamaron a formar parte de la familia Cenáculo. Durante mi viaje, me di cuenta de que la verdadera paz, la verdadera alegría, el verdadero amor y la fe vienen de la santidad. Esto no es algo que yo buscaba, sino un camino de fe que me propone la Comunidad Cenáculo. Cuando vives en amor y das tu propia vida por los demás, como Jesús lo ha hecho por nosotros, tu corazón se llena de amor»
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