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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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viernes, 14 de septiembre de 2018

Jean-Yves ya no sabía qué hacer con su crisis matrimonial y pidió ayuda a Dios: «Me sentí transformado, y comprendí que ¡Dios existe! ¡Realmente está ahí!»

* «Fue catastrófico, me sentí completamente perdido, no sabía qué hacer. No sé por qué entonces hice aquello, pero cerré los ojos e interiormente lancé un grito de desesperación: “¡Te lo suplico, Señor, ayúdame, no sé qué hacer!” Todas las palabras que salieron de mi boca al instante calmaron inmediatamente la situación. No pudiendo ignorar lo que acababa de pasar, a partir de ese día acudí todos los domingos a misa con una gran alegría interior. Escuchaba todo con mucha atención. Pese a todo, yo era solo un católico de una hora el domingo por la mañana, y el resto de la semana me dedicaba a mis cosas. Sin embargo, había comprendido aquella noche que Dios esperaba algo más de mí. Durante un fin de semana de retiro, aprendimos muchas cosas. Eso me condujo sobre todo a pasar un tiempo con Dios cada día. Y así fue como mi vida empezó a transformarse. Me abrí a Dios, me dispuse a escucharle y le dije: “Hágase tu voluntad, Dios mío”»

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