* «Y la Iglesia, cuando camina en la historia, es perseguida por los hipócritas: hipócritas de adentro y de afuera. El diablo no tiene nada que ver con los pecadores arrepentidos, porque miran a Dios y dicen: “Señor, soy un pecador, ayúdame”. Y el diablo es impotente, pero es fuerte con los hipócritas. Es fuerte y los utiliza para destruir, destruir a las personas, destruir la sociedad, destruir la Iglesia. El caballo de batalla del diablo es la hipocresía, porque él es un mentiroso: se muestra como un príncipe poderoso y hermoso, y por detrás es un asesino»
20 de septiembre de 2018.- (Caminocatólico.com) En la Misa matutina en la Casa de Santa Marta, el Pontífice exhorta a ser misericordiosos como Jesús y a no condenar a los demás, poniendo a Cristo “en el centro” de nuestra vida. Le pedimos a Jesús que proteja siempre “con su misericordia y perdón” a nuestra Iglesia, “que como madre es santa, pero llena de hijos pecadores como nosotros”. Esta es la oración del Papa en la Misa que ha celebrado esta mañana en la Casa de Santa Marta, reflexionando sobre la Primera Carta de San Pablo Apóstol de los Corintios y sobre el Evangelio de Lucas de hoy, centrado en las palabras de Jesús: “sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor”.
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