* «Después de aquel encuentro ya nada fue igual, yo decidí hacer mi primera comunión, para esto había que prepararse y comencé por ir a la parroquia a preguntar sobre los requisitos y las pláticas. En esa preparación conocí al grupo de jóvenes, al cual me fui integrando. Este grupo de jóvenes tenía amistad con los frailes y un día me llevaron al convento, ahora mi casa. Ahí conocí la vida de ellos, poco a poco me fui interesando por leer sobre la vida de San Francisco y sobre la Orden en general. Para esto nadie aún sospechaba que fuera yo a ingresar, y así fue pasando el tiempo. Después organicé en la parroquia un grupo de jóvenes para ir de apostolado a casa Simón de Betania y a algunos asilos, para visitar enfermos y adultos mayores. Y así empezó la llamada de Dios. Cuando de manera misteriosa llego a mi corazón un ¿Por qué no? Cuándo eso paso sentí mucho miedo, sobre todo por la cuestión familiar, pues en mi casa: ni pensarlo. Yo sabía cómo iban a reaccionar. Empecé a llevar dirección espiritual y acompañamiento vocacional»
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viernes, 21 de septiembre de 2018
Javier Garza descubrió a Dios con 21 años en un retiro, ahora es capuchino, buscador de la belleza y ayuda a rezar en internet
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