Camino Católico.- Seamos honestos: todos en algún momento nos hemos avergonzado de hacer la señal de la cruz. Quizás no es un problema hacerla durante la misa o en el grupo juvenil, pero una vez que te encuentras en cualquier tipo de entorno público la cosa es distinta.
Hacer el signo de la cruz no es solo un gesto. No es solo un amuleto de buena suerte antes de una gran jugada en un partido. No es solo una señal visible (como una marca con ceniza en tu frente para señalar a todos que eres católico). Es una oración. Y es una de las oraciones más poderosas que puedes hacer.
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