* «Tuve la sensación física de tomar una ducha, pero una ducha de luz y de paz. Jesús era el único que podía curarme: yo era un caso humano imposible. Y así fue. En ese momento, yo “nací”. Y cuando hoy me preguntan cuántos años tengo, les respondo “25”: hace 25 años viví la intervención sobrenatural Jesús. Unos meses más tarde, mi padre espiritual me dijo que debía dar un paso más: ¡tenía que perdonar! De nuevo, reaccioné con una fuerte ira. ¿Cómo podía pretender que yo perdonara el mal que tanta gente me había hecho? Fue un proceso largo y doloroso, siempre en la capilla para rezar, nombre tras nombre. Finalmente, logré perdonar a mi madre, que no me quería y no me defendió. Comprendí que ella no era capaz, y que también ella, a su vez, era una víctima»
Leer más...
jueves, 11 de julio de 2019
Elise Lindqvist, 83 años, fue abusada de niña, adicta al alcohol y a píldoras, se prostituyó, oraron por ella y «Jesús me dio la vida, aprendí a caminar en su amor y ayudo a las prostitutas»
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario