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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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jueves, 26 de noviembre de 2020

Lesly Guerrero llegó a Magdala, Tierra Santa, alejada de Dios para unas prácticas profesionales, «me sentía perdida, Jesús vino a mi rescate y me mostró cuánto me ama»

 


*  «Recuerdo que hubo un momento en el que todos empezaron a orar y yo, sin saber qué hacer, solo cerré mis ojos y pedí perdón por no saber rezar. Fue en ese mismo instante cuando vi a Jesús, sentado a mi lado. Quedé perpleja, intenté abrir mis ojos, creyendo que todo estaba en mi imaginación, pero no pude, así que decidí someterme y abrir mi corazón a Jesús. Recuerdo que en ese momento comencé a llorar y sentí una gran opresión en mi pecho, pero al mismo tiempo sentía cómo toda esa presión se desvanecía. No hizo falta que Jesús dijera algo, su sola presencia me transmitió amor profundo y me hizo darme cuenta de que siempre había estado conmigo, diciéndome que todo estaría bien. Cuando por fin pude abrir mis ojos, uno de los voluntarios empezó a orar en voz alta diciendo algo como ‘Señor, permite a aquellas almas que están en busca de tu amor, encontrarte’. A partir de ese día decidí que abriría mi corazón y empecé a buscar y a reconocer a Dios en cada una de las personas y momentos que viví en Magdala»

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