* «La conversión implica el dolor de los pecados cometidos, el deseo de liberarse de ellos, el propósito de excluirlos para siempre de la propia vida. Para excluir el pecado, hay que rechazar también todo lo que está relacionado con él, las cosas que están ligadas al pecado y, esto es, hay que rechazar la mentalidad mundana, el apego excesivo a las comodidades, el apego excesivo al placer, al bienestar, a las riquezas… La conversión es una gracia: nadie puede convertirse con sus propias fuerzas. Es una gracia que te da el Señor, y que, por tanto, hay que pedir a Dios con fuerza, pedirle a Dios que nos convierta Él, que verdaderamente podamos convertirnos, en la medida en que nos abrimos a la belleza, la bondad, la ternura de Dios. Pensad en la ternura de Dios. Dios no es un padre terrible, un padre malo, no. Es tierno, nos ama tanto, como el Buen Pastor, que busca la última de su rebaño. Es amor, y la conversión es esto: una gracia de Dios. Tú empieza a caminar, porque es Él quien te mueve a caminar, y verás cómo llega. Reza, camina y siempre darás un paso adelante»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Como se puede ver, el árbol de Navidad se ha colocado en la plaza y el belén está en construcción. En estos días, estos dos signos navideños también se están preparando en muchos hogares, para el deleite de los niños… ¡y también de los adultos! Son signos de esperanza, especialmente en este momento difícil. Tratemos de no quedarnos en el signo, sino que vayamos al significado, es decir, a Jesús, al amor de Dios que Él nos ha revelado, vayamos a la bondad infinita que hizo brillar sobre el mundo. No hay pandemia, no hay crisis que pueda apagar esta luz. Dejemos que entre en nuestros corazones y tendamos la mano a los más necesitados. Así Dios nacerá de nuevo en nosotros y entre nosotros»
No hay comentarios:
Publicar un comentario