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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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lunes, 28 de diciembre de 2020

Gisela, embarazada, y su familia se contagiaron de Covid, ingresó en UCI y le hicieron cesárea de urgencia: «Solo le pedía a Dios que no me llevara, no podía ni quería dejar a mis hijos solos, no quería morirme ¡La oración nos salvó!»

 


* «Sebastián nació como el guerrero que es, gritándole al mundo. Esta es la alegría y tranquilidad más grande que cualquier mamá puede tener. Nos abrazamos, y sin saber cuándo nos podríamos volver a ver, por su seguridad, se lo llevaron. Mi familia estaba afuera esperándolo, aunque tampoco podían recibirlo porque Rober y mis dos hijos acababan de dar positivo también. Pudieron verlo desde la ventana de neonatología, todos distanciados, pero sabíamos que estábamos bien. Teníamos miles de personas rezando por nosotros y yo podía sentirlo: ¡lo necesitaba! Nuestra familia y amigos no dejaron de mimarnos y cuidarnos. Se hacían cadenas de oración y se rezaba el rosario por nosotros. Nuestros cercanos, conocidos y hasta “desconocidos” estuvieron pidiendo por nuestra salud. Hasta dos conventos de monjitas pidieron esos días por nosotros. Ha sido la experiencia más dura para todos. El miedo trató de ser el protagonista de nuestros días, pero logramos que la fe y esperanza le ganaran»

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