* «Tengo que resaltar la importancia de la Eucaristía, de hacerte uno solo con Dios, de que cada vez que abres la boca para comulgar es un SÍ que le estás dando a Cristo. Pero, sobre todo, la importancia de la confesión, hay que ser constante en ella, porque caeremos más de mil veces, pero no es importante el hecho de pecar, es importante el hecho de levantarte, pedir perdón y volver a apostar por la vida eterna. Esa que Dios con ansias quiere regalarte aquí y ahora. Veo a muchos amigos, enganchados a las drogas, a la pornografía y a otras cosas y veo que el Señor me ha salvado. En nuestra edad no está en juego el creer o no creer, sino nuestra vida, en cómo queremos ser de mayores, lo que queremos llegar a ser»
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