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jueves, 10 de julio de 2025

Gordon Hayward, exjugador de la NBA y convertido al catolicismo, visita al Papa: «Dios es la única razón de haber llegado tan lejos; mi trabajo con mis hijos es asegurarme que sean los mejores seguidores de Cristo posibles»


El alero estrella de la NBA, Gordon Hayward, saludando al Papa León XIV

* «Es una bendición poder confesar los pecados y recibir el perdón de Jesús. Es mucho más que una simple y genérica petición de perdón. Elimina los pecados, nos da fuerza para ser más virtuosos y hace presente una sólida esperanza de vida eterna. Mi primera confesión fue algo inigualable, una ligereza de cuerpo y alma, como si pudieras flotar directo al Cielo. El pecado nos oprime, pero la gracia nos eleva. De eso se trata la Iglesia Católica: de transformar nuestras almas para que seamos miembros dignos del cuerpo de Cristo» 

Camino Católico.- A sus 34 años, Gordon Hayward lleva desde agosto de 2024 retirado de la NBA. Durante su estancia en la icónica liga de baloncesto, Hayward hizo historia como All-Star o llevando a su equipo, los Celtics, a “algo nunca visto” en décadas: antes de su victoria contra los Minnesota Timberwolves en 2018, el último en anotar 28 puntos para la agrupación de Boston fue Kevin MacHale, en 1990. En una reciente entrevista para Catholic Exchange tras visitar Roma por el Jubileo del deporte, Hayward expresa algunos detalles de su conversión al catolicismo en 2024 y asegura que “Dios es la única razón de haber llegado tan lejos”.

Recordando su entrada en el ámbito deportivo, rememora que la búsqueda de la virtud ya fue una pieza fundamental cuando era un joven luterano en la Universidad de Butler, de la que fue conocida su filosofía The Butler Way.

“Sus cinco aspectos -humildad, pasión, unidad, servicio y verdad- son maneras de que los jugadores puedan reconocer sus fortalezas y debilidades y, a partir de ellas, interactuar eficazmente entre sí. Casi cualquier entrenador enfatiza el trabajo en equipo, pero se necesita alguien especial para que los jugadores lo vivan. Ese verdadero espíritu de equipo es lo que hizo tan exitosos a nuestros equipos de Butler”, detalla el exjugador de la NBA.

El jugador retirado de la NBA, Gordon Hayward, se unió oficialmente a la Iglesia Católica en una ceremonia en Roma, Italia, el 1 de octubre de 2024. De izquierda a derecha: el seminarista Bill Waters, el padre Marcel Taillon, el arzobispo Timothy Broglio, Hayward, Maxwell Van Vliet y el seminarista Jakob Pohlman

La familia, su razón para rechazar las olimpiadas

Uno de los momentos álgidos de la carrera de Hayward fue al ser seleccionado para la NBA All-Star en 2017, un año después de rechazar la nominación para integrar el equipo olímpico.

“Decidí quedarme en casa”, relata. “Las dos razones principales fueron que mi esposa estaba esperando nuestro segundo hijo y quería esforzarme más que nunca para prepararme para la siguiente temporada. Esa intensa concentración dio sus frutos y fui nombrado All-Star durante la temporada 2016-17”.

Si el entrenamiento y la familia fueron sus dos motivos para frenar en un principio su carrera, la fe fue después uno de sus principales impulsores de la misma.

El "don de Dios", la razón por la que llegó tan lejos

Tanto es así que él mismo reconoce que “la única razón por la que pude llegar tan lejos en el baloncesto fue el don que Dios me dio: la altura y el talento”.

Para Hayward, fe y deporte siempre estuvieron conectados, especialmente desde su conversión, que concluyó en 2024 tras años acercándose a la Iglesia.

“Siempre he tenido cierta apreciación teológica por el deporte, pero convertirme al catolicismo la ha profundizado. Los católicos consideran que lo material puede transmitir bienes espirituales -como los sacramentos- y el deporte puede ser una extensión de eso”, comenta.

La fe también le ha ayudado a asimilar que el deporte no debe ser el objetivo principal en su vida y que “hay realidades mucho mayores que esperan a quienes aman al Señor y guardan sus mandamientos”.

Católico por convicción, no apariencia

Hayward, criado como luterano, preparaba su boda en 2014 con su esposa Robyn, católica, cuando empezó a plantearse la conversión. “Si me hacía católico, no quería hacerlo por apariencia, sino porque realmente creía lo que la Iglesia cree”, le dijo al párroco.

Aunque todavía no se había convertido, aceptó que su familia creciese como tal, empezó a ir a misa con su mujer y sus hijos y entablar conversaciones con su entrenador de los Celtics, Joe Mazzulla, sobre la fe católica.

Este último, católico ferviente, mariano y devoto del rosario, le presentó a su vez al sacerdote Marcel Taillon, que guio a Hayward en sus últimos pasos hacia la Iglesia, poniéndole también en contacto con el arzobispo Timothy Broglio.

El exjugador estrella de la NBA Gordon Hayward venera la tumba de San Sebastián en Roma ante la mirada del arzobispo Timothy Broglio y Maxwell Van Vliet, su padrino / Foto: Cortesía de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de EE. UU

Confesión y gracia que eleva y transforma

De su recibimiento en la Iglesia recuerda especialmente su confesión, asombrado de “la bendición que es poder confesar los pecados y recibir el perdón de Jesús. Es mucho más que una simple y genérica petición de perdón. Elimina los pecados, nos da fuerza para ser más virtuosos y hace presente una sólida esperanza de vida eterna”.

Recuerda aquella primera confesión tras 34 años como “algo inigualable, una ligereza de cuerpo y alma, como si pudieras flotar directo al Cielo. El pecado nos oprime, pero la gracia nos eleva. De eso se trata la Iglesia Católica: de transformar nuestras almas para que seamos miembros dignos del cuerpo de Cristo”.

También la Eucaristía cobró para el exjugador de la NBA una importancia crucial al ser “la creencia central de la fe” que da sentido a todas las demás verdades, siendo para él “la razón por la que nos arrodillamos, por la que preparamos nuestras almas, por la que hemos construido magníficas iglesias a lo largo de los siglos y compuesto hermosos himnos como el Pange Lingua o por la que adoramos a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento”.

El "fiat" de María que nunca podrá explicarse del todo

Para Hayward, una consecuencia directa de su admiración por la Eucaristía es el que también siente por la Virgen y su “fiat” que hizo posible la Encarnación, algo “profundamente hermoso y sorprendente que nunca podrá explicarse por completo”.

También su devoción mariana ocupa un lugar primordial en su vida como católico, reza el rosario y espera hacerlo pronto diariamente.

Al igual que las oraciones de la misa, expresa, “estoy empezando a rezarlo en su conjunto. Sé que los católicos experimentados consideran los Padrenuestros, Avemarías y Glorias como música de fondo o como banda sonora para su meditación sobre los misterios Gozosos, Dolorosos, Gloriosos y Luminosos, pero aún estoy reflexionando sobre el significado de cada una de ellas”, admite el jugador retirado, confiado en que adquirirá el hábito de oración diaria tras leer libros como La verdadera devoción a María de San Luis de Montfort o Las glorias de María de San Alfonso.

El exjugador estrella de la NBA, Gordon Hayward, visita a seminaristas del Pontificio Colegio Norteamericano en una cancha de baloncesto en Roma / Foto: Arquidiócesis para los Servicios Militares, EE. UU.

La misión: una familia seguidora de Cristo

Recientemente Hayward visitó Roma con motivo del Jubileo del Deporte, donde pudo asistir a una misa celebrada por el Papa León, a quien conoció en persona, y tomó conciencia de lo que implica la fe en su vida.

“Durante años he tenido un respeto por la Iglesia, pero ahora se ha vuelto más profundo. Quiero ser el mejor esposo y padre posible. Ahora tenemos cinco hijos -cuatro ya nacidos y uno por nacer-, así que mi trabajo es asegurarme de que se conviertan en los mejores seguidores de Cristo posibles”, concluye.

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