"Para mí, la belleza es algo divino. Es la manifestación del amor", reconoce Auermann / Foto: Vogue
* «Cuando íbamos a misa, tenía la sensación de que el sacerdote solo me hablaba a mí. Durante toda la homilía, en las canciones... todo encajaba tan bien con mi situación y mis sentimientos que de repente me ponía a llorar como una niña. Eso pasaba casi todos los domingos»
Camino Católico.- La alemana Nadja Auermann ha sido una de las top model más famosas de los años 90, y, al igual que sus compatriotas Claudia Schiffer y Heidi Klum, fue bautizada en la Iglesia Católica.
Auermann habló de ello recientemente en una entrevista publicada en la edición alemana de la revista Vogue, que le dedicó la portada y en unas declaraciones recientes al periódico Bild , el más leído en Alemania. El portal Avvenire también lo recoge.
“Me bauticé en 2020”, declara Auermann, ahora de 54 años, a Vogue. “Siempre he sido muy religiosa. Sin embargo, crecí en una familia que rechazaba la religión. Pero siempre he creído en Dios. Para mí, la belleza es algo divino. Es la manifestación del amor”.
“Una de mis hijas había expresado su deseo de bautizarse. Tenía ocho años por aquel entonces. Mi marido es católico. Tomé clases de religión evangélica en el colegio y no me llevaba nada bien con la Iglesia católica, también por todos los escándalos. Así que le dije a llea: ‘Empecemos a ir juntas a la iglesia los domingos y luego veremos si de verdad te conviene’”, relata.
Auermann es una de las modelos más famosas de los años 90 / Foto: Wikipedia
“Cuando íbamos a misa, tenía la sensación de que el sacerdote solo me hablaba a mí. Durante toda la homilía, en las canciones... todo encajaba tan bien con mi situación y mis sentimientos que de repente me ponía a llorar como una niña. Eso pasaba casi todos los domingos”, asegura Nadja Auermann.
Para la ex top model, “hay algo increíblemente hermoso en esta espiritualidad. Sobre todo porque se ha celebrado más o menos así durante más de 2000 años; para mí, su esencia es atemporal. Esto es lo que me convenció para bautizarme”.
Nadja señala al diario Bild: “El cómo Cristo cree en nosotros y nos considera dignos me conmueve hasta las lágrimas. Nuestro sacerdote siempre conecta algunos pasajes de la Biblia con la vida actual. Es agradable descubrir que no estamos solos con nuestras preocupaciones y problemas, y que la gente de la comunidad y de todo el mundo siente lo mismo que yo”.
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