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domingo, 26 de octubre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 26-10-2025: «No es por nuestros méritos como nos salvamos, sino presentándonos tal como somos, ante Dios, nosotros y los demás, pidiendo perdón y confiando en la gracia del Señor»

* «No tengamos miedo de reconocer nuestros errores, de ponerlos al descubierto asumiendo nuestra responsabilidad y confiándolos a la misericordia de Dios. Así podrá crecer, en nosotros y a nuestro alrededor, su Reino, que no pertenece a los soberbios, sino a los humildes, y que se cultiva, en la oración y en la vida, a través de la honestidad, el perdón y la gratitud» 

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Quiero expresar mi cercanía a las poblaciones de México oriental, que se han visto afectadas en estos días por un aluvión. Rezo por las familias y por todos aquellos que sufren a causa de esta calamidad, y encomiendo al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, las almas de los difuntos. Seguimos rezando con insistencia por la paz, particularmente mediante la recitación comunitaria del santo Rosario. Contemplando los misterios de Cristo junto a la Virgen María, hacemos nuestro el sufrimiento y la esperanza de los niños, de las madres, de los padres, de los ancianos víctimas de las guerras. Nacen de esta oración del corazón muchos gestos de caridad evangélica, de cercanía concreta, de solidaridad. A todos aquellos que, cada día, con confiada perseverancia, sacan adelante este compromiso, les repito: “Bienaventurados los constructores de paz”»

 

26 de octubre de 2025.- (Camino Católico)  “Jesús nos da un mensaje poderoso: no es ostentando nuestros méritos como nos salvamos, ni ocultando nuestros errores, sino presentándonos honestamente, tal como somos, ante Dios, ante nosotros mismos y ante los demás, pidiendo perdón y confiando en la gracia del Señor”.  Es la indicación del Papa León XIV en su alocución previa a la oración del Ángelus del domingo 26 de octubre, ante decenas de miles de peregrinos, en la plaza de San Pedro.

Reflexionando sobre el pasaje evangélico de la liturgia del día, que presenta a dos personajes, un fariseo y un publicano, el Pontífice resalta que el primero “se jacta de una larga lista de méritos” y por eso “se siente mejor que los demás, a quienes juzga con desprecio”. Con actitud presuntuosa, “denota una observancia exacta de la Ley, sí, pero pobre en amor”, “carente de misericordia”.

Después de rezar la oración del Ángelus, asomado desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, el Papa León XIV ha expresado su afecto y solidaridad con todo México, azotado hace unas dos semanas por violentas lluvias que han causado inundaciones y provocado un enorme desastre humanitario: 80 personas fallecidas, decenas de desaparecidos y enormes daños a viviendas e infraestructuras. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

  PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 26 de octubre de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡buen domingo!

Hoy el Evangelio (cf. Lc 18,9-14) nos presenta a dos personajes, un fariseo y un publicano, que oran en el Templo.

El primero se jacta de una larga lista de méritos. Las buenas obras que realiza son muchas, y por eso se siente mejor que los demás, a quienes juzga con desprecio. Se mantiene de pie, con la frente en alto. Su actitud es claramente presuntuosa: denota una observancia exacta de la Ley, sí, pero pobre en amor, hecha de “haber” y “tener”, de deudas y créditos, carente de misericordia.

El publicano también está rezando, pero de manera muy diferente. Tiene mucho por qué pedir perdón: es un recaudador de impuestos al servicio del imperio romano que trabaja con un contrato público, el cual le permite especular con los ingresos en detrimento de sus propios compatriotas. Sin embargo, al final de la parábola, Jesús nos dice que, de los dos, es precisamente él quien vuelve a casa “justificado”, es decir, perdonado y renovado por el encuentro con Dios. ¿Por qué?

En primer lugar, el publicano tiene el valor y la humildad de presentarse ante Dios. No se encierra en su mundo, no se resigna al mal que ha hecho. Abandona los lugares donde es temido, seguro, protegido por el poder que ejerce sobre los demás. Acude al templo solo, sin escolta, aun a costa de enfrentarse a miradas duras y juicios severos, y se coloca delante del Señor, al fondo, con la cabeza inclinada hacia abajo, pronunciando unas pocas palabras: «¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!» (v. 13).

Así, Jesús nos da un mensaje poderoso: no es ostentando nuestros méritos como nos salvamos, ni ocultando nuestros errores, sino presentándonos honestamente, tal como somos, ante Dios, ante nosotros mismos y ante los demás, pidiendo perdón y confiando en la gracia del Señor.

Al comentar este episodio, san Agustín compara al fariseo con un enfermo que, por vergüenza y orgullo, oculta sus llagas al médico, y al publicano con otro que, con humildad y sabiduría, muestra al médico sus heridas, por muy feas que sean, y le pide ayuda. Y concluye: «No es, pues, extraño que saliera más curado el publicano, que no tuvo reparos en mostrar lo que le dolía» (Sermón 351,1).

Queridos hermanos y hermanas, hagamos lo mismo. No tengamos miedo de reconocer nuestros errores, de ponerlos al descubierto asumiendo nuestra responsabilidad y confiándolos a la misericordia de Dios. Así podrá crecer, en nosotros y a nuestro alrededor, su Reino, que no pertenece a los soberbios, sino a los humildes, y que se cultiva, en la oración y en la vida, a través de la honestidad, el perdón y la gratitud.

Pidamos a María, modelo de santidad, que nos ayude a crecer en estas virtudes.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Quiero expresar mi cercanía a las poblaciones de México oriental, que se han visto afectadas en estos días por un aluvión. Rezo por las familias y por todos aquellos que sufren a causa de esta calamidad, y encomiendo al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, las almas de los difuntos.


Seguimos rezando con insistencia por la paz, particularmente mediante la recitación comunitaria del santo Rosario. Contemplando los misterios de Cristo junto a la Virgen María, hacemos nuestro el sufrimiento y la esperanza de los niños, de las madres, de los padres, de los ancianos víctimas de las guerras. Nacen de esta oración del corazón muchos gestos de caridad evangélica, de cercanía concreta, de solidaridad. A todos aquellos que, cada día, con confiada perseverancia, sacan adelante este compromiso, les repito: “Bienaventurados los constructores de paz”.


Dirijo un saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos llegados de Italia y de muchas partes de mundo, en particular los de Logroño, en España, San Pedro de Paraguay, Recreio (Brasil) y los cubanos residentes en Europa.


Saludo también a los fieles de Ginosa, Génova, Corato, Fornovo San Giovanni, Milán, San Giovanni Ilarione, Porto Legnago, los jóvenes de Scicli y los que han recibido el sacramento de la confirmación en la Diócesis de Saluzzo, a las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón, al grupo de Comunión y Liberación de Pavía y a la Coral Polifónica de Milazzo.


Gracias a todos y feliz domingo.


Papa León XIV



Fotos: Vatican Media, 26-10-2025

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