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lunes, 1 de diciembre de 2025

Papa León XIV a consagrados y laicos en el Líbano: «Permaneciendo con María junto a la cruz de Jesús, nuestra oración, puente invisible que une los corazones nos da la fuerza para seguir esperando y trabajando»

* «Recordemos que nuestra primera escuela es la cruz y que nuestro único Maestro es Cristo (cf. Mt 23,10). El padre Chárbel, al respecto, hablando de su experiencia de apostolado en las cárceles, dijo que precisamente allí, donde el mundo ve sólo muros y crímenes, en los ojos de los reclusos —a veces perdidos, a veces iluminados por una nueva esperanza— vemos la ternura del Padre que nunca se cansa de perdonar. Y es así: vemos el rostro de Jesús reflejado en el rostro de los que sufren y de los que cuidan las heridas que la vida ha causado»

    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con toda la alocución del Papa 

* «Si queremos construir la paz, anclémonos al cielo y, firmemente dirigidos hacia allí, amemos sin miedo a perder lo efímero y demos sin medida. De estas raíces, fuertes y profundas como las de los cedros, crece el amor y, con la ayuda de Dios, cobran vida obras concretas y duraderas de solidaridad» 


1 de diciembre de 2025.-
(Camino Católico)  En el segundo día de su peregrinación al Líbano, el Papa visita el santuario mariano de Harissa y se reúne con obispos y religiosos, unas cuatro mil personas. El Pontífice escucha cuatro testimonios de solidaridad, guerra, migración y pastoral carcelaria que muestran la capacidad del pueblo libanés de hacerse «cercano» a quien sufre, como María al pie de la cruz:

“Permaneciendo con María junto a la cruz de Jesús (cf. Jn 19,25), nuestra oración —puente invisible que une los corazones— nos da la fuerza para seguir esperando y trabajando, incluso cuando a nuestro alrededor retumba el ruido de las armas y las exigencias propias de la vida cotidiana se convierten en un desafío”.



Esta proximidad a la cruz de Jesús es la fe, el ancla que, según el Papa Francisco, cita el pontífice, mantiene nuestra vida “anclada en el cielo”: y anclarnos al cielo, explica León XIV, es el camino para  “construir la paz”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la alocución del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:


VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD LEÓN XIV

A TÜRKIYE Y AL LÍBANO

CON PEREGRINACIÓN A İZNIK (TÜRKIYE)

EN OCASIÓN DEL 1700.º ANIVERSARIO DEL PRIMER CONCILIO DE NICEA

(27 de noviembre - 2 de diciembre de 2025)

ENCUENTRO CON LOS OBISPOS, SACERDOTES,

CONSAGRADOS, CONSAGRADAS Y LOS OPERADORES PASTORALES

DISCURSO DEL SANTO PADRE

Santuario de Nuestra Señora del Líbano (Harissa)

Lunes, 1 de diciembre de 2025


Queridos hermanos en el episcopado,
sacerdotes, religiosos y religiosas,
hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Con gran alegría me encuentro con ustedes durante este viaje, cuyo lema es «Bienaventurados los que trabajan por la paz» (Mt 5,9). La Iglesia en Líbano, unida en sus múltiples rostros, es un ícono de estas palabras, como afirmaba san Juan Pablo II, tan afectuoso con su pueblo: «En el Líbano de hoy —decía— ustedes son responsables de la esperanza» (Mensaje a los ciudadanos del Líbano, 1 mayo 1984); y añadía: «Creen, allí donde viven y trabajan, un clima fraterno. Sin ingenuidad, sepan confiar en los demás y sean creativos para que triunfe la fuerza regeneradora del perdón y de la misericordia» (ibíd.).

Los testimonios que hemos escuchado —gracias a cada uno de ustedes— nos dicen que estas palabras no han sido vanas, sino que han encontrado escucha y respuesta, porque aquí se sigue construyendo la comunión en la caridad.

En las palabras del Patriarca, a quien agradezco de corazón, podemos captar la raíz de esta tenacidad, simbolizada por la gruta silenciosa en la que san Chárbel rezaba ante la imagen de la Madre de Dios, y por la presencia de este Santuario de Harissa, signo de unidad para todo el pueblo libanés. Permaneciendo con María junto a la cruz de Jesús (cf. Jn 19,25), nuestra oración —puente invisible que une los corazones— nos da la fuerza para seguir esperando y trabajando, incluso cuando a nuestro alrededor retumba el ruido de las armas y las exigencias propias de la vida cotidiana se convierten en un desafío.

Uno de los símbolos que figuran en el “logotipo” de este viaje es el ancla. El Papa Francisco la evocaba a menudo en sus discursos como signo de la fe, que permite ir siempre más allá, incluso en los momentos más oscuros, hasta el cielo. Decía: «Nuestra fe es el ancla en el cielo. Tenemos nuestra vida anclada en el cielo. ¿Qué debemos hacer? Agarrar la cuerda [...]. Y vamos adelante porque estamos seguros que nuestra vida tiene como un ancla en el cielo, en esa orilla a la que llegaremos» (Catequesis, 26 abril 2017). Si queremos construir la paz, anclémonos al cielo y, firmemente dirigidos hacia allí, amemos sin miedo a perder lo efímero y demos sin medida.

De estas raíces, fuertes y profundas como las de los cedros, crece el amor y, con la ayuda de Dios, cobran vida obras concretas y duraderas de solidaridad.

El padre Youhanna nos ha hablado de Debbabiyé, el pequeño pueblo en el que ejerce su ministerio. Allí, a pesar de la extrema necesidad y bajo la amenaza de los bombardeos, cristianos y musulmanes, libaneses y refugiados del otro lado de la frontera, conviven pacíficamente y se ayudan mutuamente. Detengámonos en la imagen que él mismo sugirió, la de la moneda siria encontrada en la bolsa de limosnas junto con las libanesas. Es un detalle importante: nos recuerda que en la caridad cada uno de nosotros tiene algo que dar y que recibir, y que el donarnos mutuamente nos enriquece a todos y nos acerca a Dios. El Papa Benedicto XVI, durante su viaje a este país, hablando del poder unificador del amor incluso en los momentos de prueba, dijo: «Ahora es precisamente cuando hay que celebrar la victoria del amor sobre el odio, del perdón sobre la venganza, del servicio sobre el dominio, de la humildad sobre el orgullo, de la unidad sobre la división. [...] Saber convertir nuestro sufrimiento en grito de amor a Dios y de misericordia para con el prójimo» (Discurso durante la visita a la Basílica de San Pablo en Harissa, 14 septiembre 2012).

Es el único modo para no sentirnos aplastados por la injusticia y la opresión, incluso cuando, como hemos oído, nos traicionan personas y organizaciones que especulan sin escrúpulos con la desesperación de quien no tiene alternativas. Sólo así podremos volver a esperar en el mañana, a pesar de la dureza de un presente difícil de afrontar. A este respecto, pienso en la responsabilidad que todos tenemos hacia los jóvenes. Es importante favorecer su presencia, también en las estructuras eclesiales, apreciando su aportación de novedad y dándoles espacio. Y es necesario, incluso entre los escombros de un mundo con dolorosos fracasos, ofrecerles perspectivas concretas y viables de renacimiento y crecimiento para el futuro.

Loren nos ha hablado de su compromiso con la ayuda a los migrantes. Ella misma migrante, desde hace tiempo comprometida con el apoyo a quienes, no por elección sino por necesidad, han tenido que dejarlo todo para buscar, lejos de casa, un futuro posible. La historia de James y Lela, que ella nos ha contado, nos conmueve profundamente y muestra el horror que la guerra produce en la vida de tantas personas inocentes. El Papa Francisco nos ha recordado en varias ocasiones, en sus discursos y escritos, que ante dramas semejantes no podemos permanecer indiferentes, y que su dolor nos concierne y nos interpela (cf. Homilía en la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, 29 septiembre 2019). Por un lado, su valentía nos habla de la luz de Dios que, como dijo Loren, brilla incluso en los momentos más oscuros. Por otro lado, lo que han vivido nos obliga a comprometernos para que nadie tenga que huir de su país debido a conflictos absurdos y despiadados, y para que quien llama a la puerta de nuestras comunidades nunca se sienta rechazado, sino acogido con las palabras que la propia Loren citó: “¡Bienvenido a casa!”.

De esto nos habla también el testimonio de la hermana Dima, que ante el estallido de la violencia decidió no abandonar el campo, sino mantener la escuela abierta, convirtiéndola en un lugar de acogida para los refugiados y en un centro educativo de extraordinaria eficacia. En esas aulas, además de ofrecer asistencia y ayuda material, se aprende y se enseña a compartir “el pan, el miedo y la esperanza”, a amar en medio del odio, a servir incluso en el cansancio y a creer en un futuro diferente más allá de toda expectativa. La Iglesia en Líbano siempre ha prestado mucha atención a la educación. Los animo a todos a continuar con esta loable labor, asistiendo sobre todo a quien pasa necesidad y a quien carece de medios, a quienes se encuentran en situaciones extremas, con decisiones guiadas por la caridad más generosa, para que la formación de la mente vaya siempre unida a la educación del corazón. Recordemos que nuestra primera escuela es la cruz y que nuestro único Maestro es Cristo (cf. Mt 23,10).

El padre Chárbel, al respecto, hablando de su experiencia de apostolado en las cárceles, dijo que precisamente allí, donde el mundo ve sólo muros y crímenes, en los ojos de los reclusos —a veces perdidos, a veces iluminados por una nueva esperanza— vemos la ternura del Padre que nunca se cansa de perdonar. Y es así: vemos el rostro de Jesús reflejado en el rostro de los que sufren y de los que cuidan las heridas que la vida ha causado. Dentro de poco realizaremos el gesto simbólico de entregar la Rosa de Oro a este Santuario. Es un gesto antiguo que, entre otros significados, tiene el de exhortarnos a ser perfume de Cristo con nuestra vida (cf. 2 Co 2,14). Ante esta imagen, me viene a la mente el perfume que emana de las mesas libanesas, típicas por la variedad de alimentos que ofrecen y por la fuerte dimensión comunitaria de compartirlos. Es un perfume compuesto por miles de aromas, que sorprenden por su diversidad y, a veces, por su conjunto. Así es el perfume de Cristo. No es un producto costoso reservado a unos pocos que pueden permitírselo, sino el aroma que se desprende de una mesa generosa en la que hay muchos platos diferentes y de la que todos pueden servirse juntos. Que este sea el espíritu del rito que nos disponemos a celebrar y, sobre todo, el espíritu con el que cada día nos esforzamos por vivir unidos en el amor.

PAPA LEÓN XIV


Fotos: Vatican Media, 1-12-2025

Papa León XIV en tumba de San Charbel: «El Espíritu Santo moldeó a San Charbel para que enseñara la oración a quienes viven sin Dios, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas»

* «El Espíritu Santo moldeó a San Charbel para que enseñara el silencio a quienes habitan en medio del bullicio… En particular, a nosotros, obispos y ministros ordenados, san Chárbel nos recuerda las exigencias evangélicas de nuestra vocación. Sin embargo, su coherencia, tan radical como humilde, es un mensaje para todos los cristianos»

    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con toda la alocución del Papa 

* «Hoy queremos confiar a la intercesión de san Chárbel las necesidades de la Iglesia, del Líbano y del mundo. Para la Iglesia pedimos comunión, unidad; empezando por las familias, pequeñas iglesias domésticas, y luego en las comunidades parroquiales y diocesanas; y también para la Iglesia universal. Comunión, unidad. Y para el mundo pedimos paz. Especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Próximo. Pero sabemos bien —y los santos nos lo recuerdan— que no hay paz sin conversión de los corazones. Por eso, que san Chárbel nos ayude a orientarnos hacia Dios y a pedir el don de la conversión para todos nosotros» 

1 de diciembre de 2025.- (Camino Católico)   “El Espíritu Santo moldeó a San Charbel para que enseñara la oración a quienes viven sin Dios, el silencio a quienes habitan en medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas. Son todos comportamientos a contracorriente, pero precisamente por eso nos atraen, como el agua fresca y pura atrae a quien camina por el desierto” ha subrayado el Papa León XIV al visitar este lunes por la mañana la tumba de San Chárbel, el sacerdote y monje ermitaño libanés profundamente venerado en el Líbano y convertido en un auténtico puente espiritual entre Oriente y Occidente.

El Papa ha llegado a la tumba del santo y ha orado en silencio. Luego, ha encendido una lámpara votiva —regalo de la santa Sede— que ilumina el lugar donde reposan los restos del santo.

Después del saludo de bienvenida por parte del Superior General de la Orden Libanesa Maronita, el Reverendo Abad Mahfouz Hady, el Papa ha pronunciado su alocución en francés. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la alocución del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD LEÓN XIV

A TÜRKIYE Y AL LÍBANO

CON PEREGRINACIÓN A İZNIK (TÜRKIYE)

EN OCASIÓN DEL 1700.º ANIVERSARIO DEL PRIMER CONCILIO DE NICEA

(27 de noviembre - 2 de diciembre de 2025)

VISITA Y ORACIÓN EN LA TUMBA DE SAN CHARBEL MAKLŪF

SALUDO DEL SANTO PADRE

Monasterio de San Maroun (Annaya)

Lunes, 1 de diciembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Agradezco al Superior General sus palabras y su hospitalidad en este hermoso Monasterio de Annaya. La naturaleza que rodea esta casa de oración nos atrae también con su austera belleza.

Doy gracias a Dios por haberme concedido venir como peregrino a la tumba de san Chárbel. Mis predecesores —especialmente san Pablo VI, que lo beatificó y canonizó— lo habrían deseado mucho.

Queridos hermanos, ¿qué nos enseña hoy san Chárbel? ¿Cuál es el legado de este hombre que no escribió nada, que vivió oculto y silente, pero cuya fama se extendió por todo el mundo?

Me gustaría resumirlo así: el Espíritu Santo lo moldeó para que enseñara la oración a quienes viven sin Dios, el silencio a quienes habitan en medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas. Son todos comportamientos a contracorriente, pero precisamente por eso nos atraen, como el agua fresca y pura atrae a quien camina por el desierto.

En particular, a nosotros, obispos y ministros ordenados, san Chárbel nos recuerda las exigencias evangélicas de nuestra vocación. Sin embargo, su coherencia, tan radical como humilde, es un mensaje para todos los cristianos.

Y luego, hay otro aspecto que es decisivo: nunca dejó de interceder por nosotros ante el Padre celestial, fuente de todo bien y de toda gracia. Ya desde su vida terrena, muchos acudían a él para recibir del Señor consuelo, perdón y consejo. Tras su muerte, todo esto se multiplicó y se ha convertido en un río de misericordia. También por eso, cada 22 del mes, miles de peregrinos acuden hasta aquí desde diferentes países para pasar un día de oración y descanso del alma y del cuerpo.

Hermanas y hermanos, hoy queremos confiar a la intercesión de san Chárbel las necesidades de la Iglesia, del Líbano y del mundo. Para la Iglesia pedimos comunión, unidad; empezando por las familias, pequeñas iglesias domésticas, y luego en las comunidades parroquiales y diocesanas; y también para la Iglesia universal. Comunión, unidad. Y para el mundo pedimos paz. Especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Próximo. Pero sabemos bien —y los santos nos lo recuerdan— que no hay paz sin conversión de los corazones. Por eso, que san Chárbel nos ayude a orientarnos hacia Dios y a pedir el don de la conversión para todos nosotros.

Queridos hermanos, como símbolo de la luz que Dios ha encendido aquí por medio de san Chárbel, he traído como regalo una lámpara. Al ofrecerla, encomiendo a la protección de san Chárbel al Líbano y a su pueblo, para que caminen siempre en la luz de Cristo. Gracias a Dios por el don de san Chárbel. Gracias a ustedes que conservan su memoria. ¡Caminen en la luz del Señor!

PAPA LEÓN XIV




Fotos: Vatican Media, 1-12-2025

Encuentro del Papa León XIV con los jóvenes del Líbano, 1-12-2025

1 de diciembre de 2025.- (Camino Católico Decenas de miles de jóvenes de todos los rincones del Líbano tomaron el 1 de diciembre la plaza que está delante del Patriarcado de Antioquía de los maronitas para poder ver y escuchar de cerca al Papa León XIV.  El encuentro con los jóvenes era una de las citas más esperadas del viaje relámpago al país de los cedros donde estará apenas 48 horas. Y el Papa no les ha defraudado: estuvo varios minutos recorriendo y saludándolos con cariño desde un carrito de golf. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha todo el encuentro y las palabras del Pontífice. 


“Salam malekum”, les ha dicho el Papa dos veces desatando la ovación de los presentes. Antes de tomar la palabra el Pontífice, han hablado cuatro jóvenes: Anthony y Maria, Elie y Joelle, que han compartido un testimonio “de valentía en el sufrimiento, de esperanza en la desilusión, de paz interior en  medio de la guerra”, tal y como ha remarcado León XIV.


En su discurso el Papa ha puesto énfasis en que “el verdadero principio de vida nueva es la esperanza que viene de lo alto: ¡es Cristo! Él murió y resucitó para la salvación de todos. Él, el que vive, es el fundamento de nuestra confianza; Él es el testigo de la misericordia que redime al mundo de todo mal”.

Encuentro del Papa León XIV con consagrados y operadores pastorales en el Santuario de Nuestra Señora del Líbano, 1-12-2025

1 de diciembre de 2025.- (Camino Católico)  Después de visitar la tumba de San Chárbel, el Papa León XIV se trasladó en coche al Santuario de Nuestra Señora del Líbano en Harissa para mantener un encuentro con los obispos, los sacerdotes, los consagrados, las consagradas y los agentes pastorales del país, al que han asistido cuatro mil personas. A su llegada ha sido recibido en la entrada principal del Santuario por el Vicario Apostólico de los Latinos de Beirut por el Superior de la Congregación de los Misioneros Libaneses y por el Rector del Santuario, quien le presentó la cruz y el agua bendita para la aspersión. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha todo el encuentro y las palabras del Pontífice. 


El abarrotado santuario ha estallado en un gran aplauso y vítores con la llegada del Pontífice, unos veinte minutos más tarde de lo previsto. En una atmósfera de incontenible alegría, se escuchaban fuertes “¡Viva el Papa!” y los fieles se agolpaban en los laterales del pasillo central para poderlo saludar, mientras el Papa estrechaba sus manos sin perder la sonrisa. 




El Catholicós-Patriarca de Cilicia de los Armenios Católicos, Raphaël bedros XXI, ha dirigido unas palabras de bienvenida y ha expresado lo que significa la visita del Papa para los católicos del país: “Su presencia, Santísimo Padre, nos recuerda que Dios está con nosotros. La Iglesia está con nosotros. Nunca estamos solos”.



El Papa ha escuchado a continuación varios testimonio conmovedores, como el del P. Youhanna, quien ejerce su ministerio en Debbabiyé, el pequeño pueblo en el que a pesar de la extrema necesidad y bajo la amenaza de los bombardeos, conviven cristianos y musulmanes, libaneses y refugiados del otro lado de la frontera. La joven Loren relata el trabajo que realiza con migrantes y la hermana Dima también comparte su testimonio en la escuela que dirige, que permanece abierta a pesar del estallido de la violencia.



León XIV ha subrayado en su discurso  que “permaneciendo con María junto a la cruz de Jesús (cf. Jn 19,25), nuestra oración —puente invisible que une los corazones— nos da la fuerza para seguir esperando y trabajando, incluso cuando a nuestro alrededor retumba el ruido de las armas y las exigencias propias de la vida cotidiana se convierten en un desafío”.


Al finalizar, el Santo Padre volvió a atravesar la nave central y llegó al presbiterio, donde fue acogido por el Patriarca de la Iglesia Armenia Católica, mientras el coro entonaba un hermoso canto.



El Papa León XIV entregó a la Virgen, Nuestra Señora del Líbano, una Rosa de Oro. Tras posar en una foto de grupo junto a los Obispos y recibir algunos dones, León XIV se despidió de los Patriarcas y, antes de subir al coche, bendijo la primera piedra de la “Ciudad de la Paz”.


Fotos: Vatican Media, 1-12-2025

El Papa León XIV visita y ora en la tumba de San Charbel Maklūf en el monasterio de San Maroun en Annaya, Líbano, 1-12-2025

1 de diciembre de 2025.- (Camino CatólicoLeón XIV comienza su segunda jornada del viaje a Beirut acudiendo como peregrino al monasterio de Annaya, donde reza en la gruta que custodia los restos del monje San Charbel: “Mis predecesores lo habrían deseado tanto”. Desde este lugar de donde brota “un río de misericordia”, el Pontífice pide la paz para el mundo. Una paz que, afirma, “solo nace de la conversión de los corazones”. “Hoy queremos confiar a la intercesión de San Charbel las necesidades de la Iglesia, del Líbano y del mundo. Para la Iglesia pedimos comunión, unidad… Y para el mundo pedimos paz. En especial la imploramos para el Líbano y para todo el Levante”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la visita a la tumba de San Charbel, la oración y las palabras del Pontífice.


En su alocución, León XIV ha subrayado que “el Espíritu Santo moldeó a San Charbel para que enseñara la oración a quienes viven sin Dios, el silencio a quienes habitan en medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas. Son todos comportamientos a contracorriente, pero precisamente por eso nos atraen, como el agua fresca y pura atrae a quien camina por el desierto”.



Son cientos de miles las personas volcadas a las calles. Gritan, ondean banderas, aplauden y esperan al Papa que recorre el trayecto de 40 Kilómetros de Beirut a Annaya en papamóvil. Aún más numerosos son los reunidos desde la mañana frente al Monasterio, bajo paraguas y chubasqueros. Muchos niños, muchos enfermos. Exhiben hojas con mensajes en varios idiomas, algunos también en italiano.



El Papa llega alrededor de las 9:30 a Annaya, recibido por un estruendo cuyo eco queda retenido fuera de las puertas de piedra del monasterio. Dentro solo hay silencio, interrumpido ocasionalmente por algunos cantos en árabe y los salmos de un coro de cuatro jóvenes monjes. Para recibir al Pontífice está el superior general de la Orden Libanesa Maronita, el abad Mahfouz Hady, quien lo conduce al patio donde se encuentran el presidente Joseph Aoun y su esposa.



Un canto acompaña la entrada de León en la gruta de la tumba. El Papa permanece absorto, de rodillas, frente a la tumba. La oración del Pontífice está escrita en estampitas distribuidas a los presentes en la capilla: “Oh Dios, que concediste a San Charbel, guardián del silencio en la vida oculta, ser iluminado por la luz de la verdad para contemplar la profundidad de tu amor, concédenos a nosotros, que seguimos tu ejemplo, la gracia de enfrentar en el desierto de este mundo la buena batalla de la fe.”

León luego enciende la lámpara votiva: “Ofreciendo esta lámpara confío a la protección de San Charbel al Líbano y a su pueblo, para que camine siempre en la luz de Cristo. ¡Demos gracias a Dios por el don de San Charbel!”. 



Homilía del P. Carmelo Donoso y lecturas de la Misa de hoy, lunes de la 1ª semana de Adviento, 1-12-2025

1 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. Carmelo Donoso y lecturas de la Santa Misa de hoy, lunes de la 1ª semana de Adviento, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Santa Misa de hoy, lunes de la 1ª semana de Adviento, 1-12-2025

1 de diciembre de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 1ª semana de Adviento, presidida por el P. Carmelo Donoso, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario, desde el Santuario de Lourdes, 1-12-2025

1 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, lunes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.