“El bautismo es un baño de regeneración por el agua y el Espíritu y que nos ilumina con la gracia de Cristo, para que seamos también luz para los demás. En el bautismo la misericordia de Dios interviene de modo poderoso para salvarnos y perdonarnos los pecados, abriéndonos las puertas a una nueva vida. Sin embargo, no disminuye nuestra responsabilidad y nuestro esfuerzo en luchar cada día contra los impulsos del mal y la acción de Satanás, que están siempre al acecho”
Al terminar la catequesis ha recordado a niños muertos en atentado en Damasco y ha rezado por las víctimas del tifón que ha devastado Filipinas: “¡Éstas son las verdaderas batallas por las que hay que luchar: ¡por la vida! ¡Nunca por la muerte!”
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