* “Voy andando sin saber lo que vendrá. Dios me da la fuerza. Me hice valiente en la medida en que me di cuenta de cuánto amaba a la gente que Jesucristo me había confiado pastorear. Amo a esas personas porque son la presencia de un Viernes Santo interminable, rostro de Jesús que me dice: “A mí me lo hiciste”»
* “No sabemos a qué precio le echamos azúcar al café cada mañana. Para nosotros, el azúcar es dulce, pero para los trabajadores de los cañaverales es amargo; un azúcar rojo por su sangre derramada”
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