* «Empecé a sentir un orden subyacente del universo. Sin saberlo, se despertó en mí lo que el salmo 19 dice claramente: ‘los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. Me di cuenta de que el concepto de Dios y la religión no eran tan filosóficamente triviales como yo había pensado»
* «La pérdida más devastadora de mi vida. Me llevó a la desesperación hasta que tuve una visión clara de nuestro niño en los brazos amorosos de su Padre celestial; solo entonces encontré la paz. Tras todas estas pruebas mi marido y yo no sólo estábamos más unidos sino también más cerca de Dios. Mi fe era real»
lunes, 10 de agosto de 2015
Sarah Salviander, astrofísica atea que estudiando el Big Bang y viviendo enfermedades familiares y la muerte de su bebé se convirtió a Dios
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