“Recuerdo aquella noche obscura en la que pedí llorando que un milagro maravilloso me quitara mágicamente el dolor, fruto de las quimioterapias... Recuerdo haber hecho y dicho todo lo que se supone, sirva para negociar con Dios su acción Divina. Recuerdo que a pesar de todos mis esfuerzos, no pasó nada”
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