* «La Palabra de Dios alimenta una esperanza que se traduce concretamente en el compartir, en el servicio recíproco. Porque incluso quien es “fuerte” se encuentra antes o después con la experiencia de la fragilidad y de la necesidad de la consolación de los demás; y viceversa en la debilidad se puede siempre ofrecer una sonrisa a una mano al hermano en dificultad. Y así es una comunidad que «con un solo corazón y una sola voz, glorifica a Dios» (Cfr. v. 6). Pero todo esto es posible si se pone al centro a Cristo, su Palabra, porque Él es el “fuerte”, Él es quien nos da la fortaleza, quien nos da la paciencia, quien nos da la esperanza, quien nos da la consolación. Él es el “hermano fuerte” que cuida de cada uno de nosotros»
Video completo de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma
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