* «Un matrimonio sin Dios, sin tener una vida de oración asidua -personal y en pareja- hará que el matrimonio tenga fecha de caducidad. Tampoco hay que dormirse enojados y que nunca falte el deseo y la voluntad de perdonarnos. Tener claro que estamos para servirnos uno al otro… Juntos somos una unidad. No es posible que por no usar la cabeza esa unidad la destruyamos. Hay que mantenerse fieles a ese vínculo sagrado rezando las Tres Avemarías y, sobre todo, nunca dormirse enojados. La infidelidad tiene raíz en el egoísmo, en pensar solo en uno sin darse cuenta de lo que están destruyendo»
martes, 15 de agosto de 2017
Pancho Portilla y Conchita Campos celebran sus 60 años de casados: «Si Dios es la fuente del verdadero amor este no se puede agotar»
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