Leer más...* «He rezado mucho y me he encomendado al Señor para que me diera fuerzas, valentía, constancia, paciencia, gran humildad y perseverancia para lanzarme a una aventura mucho más grande que mis posibilidades humanas. Quiero decir esto porque creo que Dios a mí sólo me ha dejado la libertad de decir “sí, voy”; el resto lo hace Él dándome energías que no sabía que tenía… Vivir el Evangelio aquí es un privilegio y, de verdad, pienso que muy a menudo el Señor llama y elige a los últimos para realizar grandes cosas. Para mí la prioridad es crecer en la relación con Dos y aquí lo siento vivo y presente; pero sobre todo advierto su presencia en nuestra casa y, sobre todo, en nuestra capillita cuando, por la noche, junto a los niños nos sentamos en la gran alfombra y rezamos al Señor en hebreo, cogidos de la mano. Entonces siento que el Señor ya me ha hecho el regalo más grande de mi vida»
viernes, 2 de noviembre de 2018
Barbara Branchetti, 39 años, misionera en un hogar con niños en Jerusalén: «Vivir aquí es una gracia y un don, todo recuerda la Palabra de Dios»
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