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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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jueves, 22 de octubre de 2020

Ángela Callejón, profesora de Finanzas: «La oración es la actividad más productiva, da beneficios seguros. Nos identifica más con Jesús, nuestro único modelo y referente»

 


* «Dios nos quiere tanto que quiere tenernos cerca, que estemos con Él, que le hablemos y le escuchemos. Un encuentro personal con mi Padre Dios, que me está esperando, sin prisas, sin condiciones, siempre disponible para cuando me quiera dirigir a Él, es maravilloso. Siento que siempre está deseando que le haga un hueco en mi vida, que le deje entrar; a veces no me doy cuenta y se queda esperando; otras veces me equivoco anteponiendo otras cosas y no le dedico tiempo a estar con Él»

* «Le ofrezco al Señor mi día y así en cierto modo mi trabajo profesional se convierte en oración al ponerlo al servicio de Dios y de los demás. Por la tarde procuro pararme a rezar otro rato –esto corre más peligro, porque es mucho el ajetreo diario-. Pero lo que procuro es tener una conversación continua con Jesús a lo largo del día; será que me estoy haciendo mayor pero cada vez hablo menos y lo escucho más. Lo que Él dice es mucho más interesante que lo que le digo yo. Y le pregunto “¿Qué puedo hacer por Ti?” Él casi siempre me pide lo mismo: más amor –el amor es el secreto de la vida-, así de fácil y de difícil a la vez»

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