* «Esto no es una broma, ni una cuestión baladí. Lo único que se nos está pidiendo es respeto y obediencia. Hay una autoridad sanitaria a la que debemos obedecer, y nos tenemos que sentir ciudadanos responsables unos de otros. Todo esto al margen de la fe, pero también por la fe. Porque la fe no nos exime de nuestro compromiso y deber ciudadano; más bien al contrario… Hacer la señal de la cruz sobre alguien que está a punto de morir, o simplemente cogerle la mano. Es duro. Terminas tocado. Porque de alguna manera conoces a esa persona, la has estado acompañando durante semanas, y que llegue ese momento es muy duro de vivir… Cuando ves ese gesto de una enfermera que le hace la señal de la cruz en la frente a una persona que va a fallecer de forma inminente, te das cuenta de la grandiosidad de la Iglesia. La Iglesia no la formamos unos pocos: es la casa común de todos aquellos que profesamos la fe en Jesús de Nazaret. Poner en valor la comunidad es reconocer lo que están haciendo por nosotros»
domingo, 7 de febrero de 2021
Antonio Luis Nicolás, capellán hospitalario de Ávila: «El sentimiento de Cristo en la cruz, que piensa que Dios le ha abandonado, es el mismo de un paciente de Covid en la UCI»
* «Esto no es una broma, ni una cuestión baladí. Lo único que se nos está pidiendo es respeto y obediencia. Hay una autoridad sanitaria a la que debemos obedecer, y nos tenemos que sentir ciudadanos responsables unos de otros. Todo esto al margen de la fe, pero también por la fe. Porque la fe no nos exime de nuestro compromiso y deber ciudadano; más bien al contrario… Hacer la señal de la cruz sobre alguien que está a punto de morir, o simplemente cogerle la mano. Es duro. Terminas tocado. Porque de alguna manera conoces a esa persona, la has estado acompañando durante semanas, y que llegue ese momento es muy duro de vivir… Cuando ves ese gesto de una enfermera que le hace la señal de la cruz en la frente a una persona que va a fallecer de forma inminente, te das cuenta de la grandiosidad de la Iglesia. La Iglesia no la formamos unos pocos: es la casa común de todos aquellos que profesamos la fe en Jesús de Nazaret. Poner en valor la comunidad es reconocer lo que están haciendo por nosotros»
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