* «Deseo acompañar a personas que pasan por situaciones difíciles y que tienen muchas heridas, ser testigo de algo que he vivido yo antes y donde he sido sanado. No soy yo propiamente el que sana, sino que es Cristo. Me encanta el trabajo con los ancianos, visitar enfermos y estar con la gente de la calle… Es una preciosidad estar con los descartados. El Señor se fue con los últimos, con los pobres y apartados, y yo me siento muy llamado a eso… Mi corazón late con el de Cristo cuando puedo hacer lo mismo que hizo Él…. Cristo sigue vivo, ha resucitado y no es una broma. Y en esa esperanza vivo, y por eso estoy feliz»
A.L.M. / Camino Católico.- Israel Castillo Vidal de 30 años es seminarista de 6º curso en el Seminario Conciliar de Madrid y, si todo va según lo previsto, será ordenado diácono el 27 de junio en la catedral de Granada, su diócesis originaria. Malagueño de nacimiento, mudado a Granada, después a Berlín y, por último, a Madrid su familia siempre ha estado vinculada al Camino Neocatecumenal y él, en un principio, barajó la posibilidad de que la llamada fuera «a la misión». Escuchó el llamado del Señor al sacerdocio varias veces aunque lo desestimó y en la JMJ de 2013 en Río de Janeiro recibió el impulso definitivo para entrar en el seminario. Ha explicado su testimonio en el Informativo Diocesano de 13 TV.
«La pregunta de la vocación al sacerdocio, al crecer en una familia cristiana y tener muchos amigos sacerdotes, nunca la cerré del todo. Siempre estuvo ahí, pero nunca me lo planteé de manera seria durante mi infancia y mi adolescencia. Apareció realmente cuando estaba en la época de universidad. En una Cuaresma, sentí algo muy especial, pero me eché atrás porque lo veía como una losa y me dio bastante miedo, se fueron cerrando los caminos».
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