* «Nunca es tarde. Si el Señor me esperó a mí pese a mi resistencia, no os cerréis a nada, nunca se sabe por dónde puede soplar, sea para lo que sea. ¡No tengáis miedo! Ni casada, ni soltera, ni virgen consagrada, ni monja de clausura…, lo importante es que el Señor te coloque, te ubique. Abriros a su voluntad porque merece la pena. El Señor nos quiere felices, no nos quiere siendo unos profundos amargados de la vida»
lunes, 26 de abril de 2021
Miriam Pérez, abogada, tuvo varios noviazgos y ahora es monja de clausura: «El Señor ha superado todas las expectativas. Es tanto lo que te llena, que el “sí” te sale solo»
* «Nunca es tarde. Si el Señor me esperó a mí pese a mi resistencia, no os cerréis a nada, nunca se sabe por dónde puede soplar, sea para lo que sea. ¡No tengáis miedo! Ni casada, ni soltera, ni virgen consagrada, ni monja de clausura…, lo importante es que el Señor te coloque, te ubique. Abriros a su voluntad porque merece la pena. El Señor nos quiere felices, no nos quiere siendo unos profundos amargados de la vida»
Etiquetas:
Amor,
conversión,
Dios,
Evangelio,
familia,
fe,
Hermanas Dominicas,
historia de conversión,
historia de vocación,
Jesucristo,
llamada de Dios,
monja,
Oración,
religiosa,
Testimonio,
vocación
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario