* «El sacerdote expuso al Santísimo, estaba distraída y de repente, me quedé mirando y pensé: ‘Que imagen más bonita de Jesús han impreso en la hostia'» Pero cuando se lo dije a mi tía, ella no vio nada. Pensando que era mi imaginación, volví a mirar. Y ahí estaba Él. El hombre más bello que he visto en mi vida por el amor que desprendía. Recuerdo cómo me miraba, como diciendo ‘Te quiero, te perdono, te estaba esperando’. Y tras volver a apartar la mirada entre lágrimas, la imagen seguía estando… Dios me ha curado todas mis heridas, me ha mostrado mis miserias para transformarlas en perdón»
Vídeo del testimonio de Aroa Carrasco en Mater Mundi TV
A.L.M. / Camino Católico.– Aroa Carrasco estudió en un colegio católico pero en su entorno familiar Dios estaba totalmente ausente. Sufrió abusos durante la infancia, algo que le marcó durante mucho tiempo. A los 14 años afrontó la separación de sus padres, otro hecho que afectó profundamente a su adolescencia. “A esa edad ya estaba llena de rabia, rencores y odio, y cero amor propio”, confiesa Aroa Carrasco a Mater Mundi TV. Con esos precedentes, la joven acabó cayendo en un infierno de relaciones y hábitos tóxicos que desembocaron en un embarazo no deseado y en un aborto. Dios se hizo presente en su vida en Medjugorje cuando vio la imagen de Cristo en la hostia expuesta para la adoración, se confesó y “murió la antigua Aroa y nació la nueva, en Dios”.
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