Una religiosa en la plaza de San Pedro con un ejemplar de un periódico con la imagen del Papa Francisco, que está hospitalizado / Foto: Vatican Media
* «En mi prolongada estancia aquí en el hospital, también yo experimento el cuidado del servicio y la ternura de la atención, especialmente por parte de los médicos y de los agentes sanitarios, a quienes agradezco de corazón. Y mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el «milagro de la ternura», que acompaña a los que están en la prueba, aportando un poco de luz en la noche del dolor.. Quisiera dar las gracias a todos los que me muestran su cercanía en la oración: ¡gracias a todos de corazón! Yo también rezo por vosotros»
Voluntarios se recogen entorno a la estatua de Juan Pablo II en el hospital Gemelli para rezar por el Papa Francisco / Foto: Vatican Media
* «Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo. En particular, me he enterado con preocupación de la reanudación de la violencia en algunas partes de Siria: espero que cese de una vez por todas, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente los civiles»
9 de marzo de 2025.- (Camino Católico) "El miércoles pasado, con el rito del Miércoles de Ceniza, iniciamos la Cuaresma, el itinerario penitencial de cuarenta días que nos llama a la conversión del corazón y nos conduce a la alegría de la Pascua. Comprometámonos a hacer de este tiempo un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad". Son las palabras del Papa Francisco que inician el texto que ha escrito para el ángelus de hoy, cuarto domingo que no asiste y dirige el rezo mariano ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, al estar ingresado en el hospital Gemelli.
Además, en el Jubileo del Mundo del Voluntariado, que se ha celebrado hoy, agradece a quienes se entregan como voluntarios, cada vez más necesarios en nuestras sociedades "demasiado esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al criterio del interés y de la búsqueda del beneficio". El Pontífice agradece también a los que cuidan de los enfermos, a los que siguen rezando por él durante esta prolongada estancia en el hospital y lanza un nuevo llamamiento por la paz.El texto completo del mensaje escrito por el Papa Francisco es el siguiente:
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Texto preparado por el Santo Padre en el hospital Gemelli
I Domingo de Cuaresma, 9 de marzo de 2025
Queridos hermanos y hermanas:
El miércoles pasado, con el rito del Miércoles de Ceniza, iniciamos la Cuaresma, el itinerario penitencial de cuarenta días que nos llama a la conversión del corazón y nos conduce a la alegría de la Pascua. Comprometámonos a hacer de este tiempo un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad.
Esta mañana, en la Plaza de San Pedro, se ha celebrado la Santa Misa por el mundo del voluntariado, que vive su Jubileo.
En nuestras sociedades demasiado esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al criterio del interés propio y de la búsqueda del beneficio, el voluntariado es profecía y signo de esperanza, porque testimonia la primacía de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados. A todos aquellos que están comprometidos en este campo les expreso mi gratitud: gracias por ofrecer su tiempo y sus habilidades; ¡Gracias por la cercanía y la ternura con la que cuidáis de los demás, despertando en ellos la esperanza!
Hermanos y hermanas, en mi prolongada estancia aquí en el hospital, también yo experimento el cuidado del servicio y la ternura de la atención, especialmente por parte de los médicos y de los agentes sanitarios, a quienes agradezco de corazón. Y mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el «milagro de la ternura», que acompaña a los que están en la prueba, aportando un poco de luz en la noche del dolor..
Quisiera dar las gracias a todos los que me muestran su cercanía en la oración: ¡gracias a todos de corazón! Yo también rezo por vosotros. Y me uno espiritualmente a cuantos en los próximos días participarán en los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana.
Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo. En particular, me he enterado con preocupación de la reanudación de la violencia en algunas partes de Siria: espero que cese de una vez por todas, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente los civiles.
Os encomiendo a todos a la intercesión maternal de la Virgen María. ¡Feliz domingo y hasta pronto!
Francisco
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