* «Pero si Dios no se hizo hombre, ¿cómo pueden los mortales participar de su vida inmortal? Esto estaba en juego en Nicea y está en juego hoy: la fe en el Dios que, en Jesucristo, se hizo como nosotros para hacernos llegar «a participar de la naturaleza divina» (2 P 1,4; cf. S. Ireneo, Adversus haereses, 3, 19; S. Atanasio, De Incarnatione, 54, 3)»
Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con toda la alocución del Papa
* «Todos estamos invitados a superar el escándalo de las divisiones que, lamentablemente, aún existen y a alimentar el deseo de unidad por el que el Señor Jesús rezó y dio su vida. Cuanto más reconciliados estemos, tanto más podremos los cristianos dar un testimonio creíble del Evangelio de Jesucristo, que es anuncio de esperanza para todos, mensaje de paz y de fraternidad universal que trasciende las fronteras de nuestras comunidades y naciones… El uso de la religión para justificar la guerra y la violencia, como cualquier forma de fundamentalismo y fanatismo, debe ser rechazado con firmeza, mientras que los caminos a seguir son los del encuentro fraternal, el diálogo y la colaboración»
28 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) “El 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea es una valiosa ocasión para preguntarnos quién es Jesucristo en la vida de las mujeres y los hombres de hoy” ha expresado el Papa frente a 28 representantes de otras confesiones cristianas de oriente y occidente en en sus palabras después del evangelio, en un encuentro de oración ecuménica, a la vez que ha recordado que “los cristianos corren el riesgo de reducir a Jesucristo a una especie de líder carismático o superhombre, una tergiversación que al final conduce a la tristeza y la confusión”.
También el Papa invita a superar el escándalo de las divisiones que, lamentablemente, aún existen y a alimentar el deseo de unidad por el que el Señor Jesús rezó y dio su vida: “Cuanto más reconciliados estemos, tanto más podremos los cristianos dar un testimonio creíble del Evangelio de Jesucristo, que es anuncio de esperanza para todos, mensaje de paz y de fraternidad universal que trasciende las fronteras de nuestras comunidades y naciones”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la alocución del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD LEÓN XIV
A TÜRKIYE Y A LÍBANO
CON PEREGRINACIÓN A İZNIK (TÜRKIYE)
CON MOTIVO DEL 1700° ANIVERSARIO DEL PRIMER CONCILIO DE NICEA
(27 de noviembre - 2 de diciembre de 2025)
ENCUENTRO ECUMÉNICO DE ORACIÓN
CERCA DE LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS DE LA ANTIGUA BASÍLICA DE SAN NEÓFITO
PALABRAS DEL SANTO PADRE
İznik
Viernes, 28 de noviembre de 2025
Queridos hermanos y hermanas:
En una época dramática en muchos aspectos, en la que las personas se ven sometidas a innumerables amenazas a su propia dignidad, el 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea es una valiosa ocasión para preguntarnos quién es Jesucristo en la vida de las mujeres y los hombres de hoy, quién es para cada uno de nosotros.
Esta pregunta interpela de manera particular a los cristianos, que corren el riesgo de reducir a Jesucristo a una especie de líder carismático o superhombre, una tergiversación que al final conduce a la tristeza y la confusión (cf. Homilía S. Misa “Pro Ecclesia”, 9 mayo 2025). Al negar la divinidad de Cristo, Arrio lo redujo a un simple intermediario entre Dios y los seres humanos, ignorando la realidad de la Encarnación, de modo que lo divino y lo humano quedaron irremediablemente separados. Pero si Dios no se hizo hombre, ¿cómo pueden los mortales participar de su vida inmortal? Esto estaba en juego en Nicea y está en juego hoy: la fe en el Dios que, en Jesucristo, se hizo como nosotros para hacernos llegar «a participar de la naturaleza divina» (2 P 1,4; cf. S. Ireneo, Adversus haereses, 3, 19; S. Atanasio, De Incarnatione, 54, 3).
Esta confesión de fe cristológica es de fundamental importancia en el camino que los cristianos están recorriendo hacia la plena comunión: de hecho, es compartida por todas las Iglesias y comunidades cristianas del mundo, incluidas aquellas que, por diversas razones, no utilizan el Credo Niceno-Constantinopolitano en sus liturgias. En efecto, la fe «en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos [...] de la misma naturaleza del Padre» (Credo Niceno) es un vínculo profundo que ya une a todos los cristianos. En este sentido, citando a san Agustín, también en el ámbito ecuménico podemos decir que “aunque somos muchos cristianos, en el único Cristo somos uno” (cf. Comentario al Salmo 127). Partiendo de la conciencia de que ya estamos unidos por este profundo vínculo, a través de un camino de adhesión cada vez más total a la Palabra de Dios revelada en Jesucristo y bajo la guía del Espíritu Santo, en el amor recíproco y en el diálogo, todos estamos invitados a superar el escándalo de las divisiones que, lamentablemente, aún existen y a alimentar el deseo de unidad por el que el Señor Jesús rezó y dio su vida. Cuanto más reconciliados estemos, tanto más podremos los cristianos dar un testimonio creíble del Evangelio de Jesucristo, que es anuncio de esperanza para todos, mensaje de paz y de fraternidad universal que trasciende las fronteras de nuestras comunidades y naciones (cf. Francisco, Discurso a los participantes en la Sesión Plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, 6 mayo 2022).
La reconciliación es hoy un llamamiento que surge de toda la humanidad afligida por los conflictos y la violencia. El deseo de plena comunión entre todos los creyentes en Jesucristo va siempre acompañado de la búsqueda de la fraternidad entre todos los seres humanos. En el Credo Niceno profesamos nuestra fe «en un solo Dios Padre»; sin embargo, no sería posible invocar a Dios como Padre si nos negáramos a reconocer como hermanos y hermanas a los demás hombres y mujeres, también ellos creados a imagen de Dios (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decl. Nostra aetate, 5). Existe una hermandad universal, independientemente de la etnia, la nacionalidad, la religión o la opinión. Las religiones, por su naturaleza, son depositarias de esta verdad y deberían animar a las personas, a los grupos humanos y a los pueblos a reconocerla y practicarla (cf. Discurso Encuentro Internacional por la Paz, 28 octubre 2025). El uso de la religión para justificar la guerra y la violencia, como cualquier forma de fundamentalismo y fanatismo, debe ser rechazado con firmeza, mientras que los caminos a seguir son los del encuentro fraternal, el diálogo y la colaboración.
Estoy profundamente agradecido a Su Santidad Bartolomé, quien, con gran sabiduría y clarividencia, ha decidido conmemorar juntos el 1700 aniversario del Concilio de Nicea precisamente en el lugar donde se llevó a cabo. Asimismo, agradezco sinceramente a los Jefes de las Iglesias y a los Representantes de las Comuniones Cristianas Mundiales que han aceptado la invitación a participar en este evento. Que Dios Padre, omnipotente y misericordioso, escuche la ferviente oración que le dirigimos hoy y conceda que este importante aniversario dé abundantes frutos de reconciliación, unidad y paz.
PAPA LEÓN XIV
Fotos: Vatican Media, 28-11-2025










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