Carmen Cordón, empresaria, hija del secuestrado Publio Cordón, comunicadora, cuenta cómo Dios la sorprendió y transformó
* «Entendí que todas las cosas que me han pasado fueron las cosas exactas y necesarias para que mi vida llegara ahí, que nada escapa de su consciencia. Sentí que yo debía ser pura bondad y atenderle. Cambié. Ya no me distraigo con ruido, con lo superfluo. Busco en cada circunstancia ser quien Dios puso en el mundo. Cuando no le atiendo, me siento perdida y angustiada… Aplico su mandato de bondad esencial en mis empresas, en mi familia, en cualquiera que se cruce en mi camino, con valentía y sin ningún miedo a las consecuencias, porque es su plan. En su amor, en su fuerza, yo descanso»
Camino Católico.- En el Desayuno de Oración organizado en España por la Asociación Católica de Propagandistas, el martes 11 de noviembre, en un pabellón temporal de la Universidad San Pablo CEU, clausurado por el Arzobispo de Madrid, Cardenal José Cobo, ha impactado a los asistentes el testimonio de conversión de Carmen Cordón, hija de Publio Cordón, secuestrado y asesinado en 1995 por la banda terrorista GRAPO, antigua alumna del CEU, que dirige la cadena hotelera Hidden Hotels.
"¿Cuánto hay de libre albedrío y cuánto de destino? Mi vida es una pluma al viento", empezó. Recordó que su hermano murió joven y que secuestraron a su padre. El cuerpo sigue sin recuperarse ni localizarse. "Vivimos dolor, impotencia, miedo por la maldad humana. Hubo gobernantes con cortinas de humo", enumeró. Vivió "fracasos personales". La antigua empresa familiar se hundió. Cuando tuvo su hijo, oró a la Virgen María ante un problema, y no escuchó respuesta: Le recé, le imploré y lloré desconsolada, y solo encontré silencio. Y la verdad que dejé de esperar respuestas del cielo y me aparté de la práctica de la fe. ¡Tome el control! Parapeté mi vida a base de rigor, de esfuerzo, de constancia y comencé de cero junto a Ignacio, mi marido, que se mantenía firme a mi lado ante este temporal”.
Se volcó en su familia y en el trabajo, "con rigor, esfuerzo". Apoyada en su marido, logró éxito empresarial y social, una empresa pujante. "Tenía dinero, éxito... pero no era feliz. Nada me satisfacía. Leía con avidez teorías cuánticas, filosofía, yoga, meditaciones, hacía silencios. Quería entender esa maldad que nunca entendí. El estudio de la ciencia le llevó de nuevo a la búsqueda de Dios. Leí a Francis Collins, el genetista: investigando el ADN, él descubrió a Dios, decía".
Carmen Cordón, empresaria, hija del secuestrado Publio Cordón, comunicadora, vivió un encuentro místico con Dios que la llevó a ponerlo en el centro de su vida
Y sucedió lo inesperado, lo imprevisto: Dios fue quien dio el paso. "Un amanecer, Dios me encontró a mí. Fue la experiencia más abrumadora, más desgarradora de mi existencia. Sin aviso, sin mística y sin preparación. Su presencia era más real que nada de todo lo que en ese momento me rodeaba. Irrumpió en mi alma. Sentí su mirada directa a mi corazón. (...) Tanto que me sentía avergonzada", describió. Los asistentes al desayuno oyeron la descripción de una experiencia mística de manual.
"Me sentí abrumada. Me latía el corazón a mil. Su voz resonó en mí. Y solo dijo: 'te quiero'. Y volvió mi mundo del revés. Supe que Él me ha hecho, que soy su obra. Entendí que Él me amaba, así tal y como soy, insignificante e imperfecta. Entendí que todas las cosas que me han pasado fueron las cosas exactas y necesarias para que mi vida llegara ahí, que nada escapa de su consciencia. Sentí que yo debía ser pura bondad y atenderle. Cambié. Ya no me distraigo con ruido, con lo superfluo. Busco en cada circunstancia ser quien Él puso en el mundo. Cuando no le atiendo, me siento perdida y angustiada".
Hoy, a pesar de que hay circunstancias terribles, como el hecho de que el cadáver de su padre sigue sin ser localizado, Carmen Cordón pone a Dios en el centro de su vida: “Aplico su mandato de bondad esencial en mis empresas, en mi familia, en cualquiera que se cruce en mi camino, con valentía y sin ningún miedo a las consecuencias, porque es su plan. En su amor, en su fuerza, yo descanso. Es amor a raudales, es como una energía nuclear, atómica, que atrae el amor y la simpatía de otros. ¡Soy amada -todos los somos- por El Más Grande! La vida es ahora poesía. Soy una pluma en Su viento".


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