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martes, 22 de abril de 2008
viernes, 4 de abril de 2008
Nace un monasterio con adoración perpetua en Galilea contemplado en vida por el beato Charles de Foucauld
KORAZIM (Israel), (ZENIT.org).- El pasado sábado 29 de Marzo, durante un encuentro con cerca de 170 obispos europeos, se inauguró un monasterio construido en la parte derecha de la Domus Galilaeae donde tendrá lugar la adoración perpetua del Santísimo Sacramento.
Se cumple de esta manera, después de casi un siglo, el deseo contemplado por el beato Charles de Foucauld cuando se encontraba en Nazaret, de crear en este monte un lugar donde Cristo Eucaristía fuera una presencia permanente y adorada.
Con este fin, él había pensado reunir una pequeña familia monástica cuya vocación estuviera basada en la imitación de la vida oculta de Jesús en Nazaret, la adoración eucarística perpetua y la evangelización en los países de misión.
Como signo concreto de comunión con la figura del fundador de los Pequeños Hermanos, una reliquia del beato Charles de Foucauld será depositada bajo el altar de la capilla circular donde el Santísimo será expuesto noche y día para ser adorado por cuantos habiten el monasterio y por los que se encuentren en la Domus.
La Adoración Perpetua sobre ese monte sostendrá «el dialogo entre el judaísmo y la Iglesia católica», según las indicaciones de la carta enviada por el Papa Juan Pablo II a la Domus con ocasión de la inauguración de su biblioteca, así como la promoción del dialogo ecuménico por la unidad de las Iglesias cristianas.
El Monasterio se compone de 23 celdas; en su centro se encuentra la capilla circular sobre cuyo techo se ha colocado un complejo escultural realizado por Kiko Argüello, que representa a Jesús y a los doce apóstoles durante la predicación del Sermón de la Montaña.
De esta manera, el Monte en el que se proclamó por vez primera lo más esencial de la predicación de Cristo, será un signo visible de la oración de la Iglesia por la evangelización hasta los confines de la tierra.
La inauguración del monasterio fue presidida por el patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, acompañado de otros obispos de varios ritos, del Custodio de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa, el arzobispo Antonio Franco, nuncio de Su Santidad, y de todas las autoridades civiles de la región. También participaron numerosos embajadores.
Se cumple de esta manera, después de casi un siglo, el deseo contemplado por el beato Charles de Foucauld cuando se encontraba en Nazaret, de crear en este monte un lugar donde Cristo Eucaristía fuera una presencia permanente y adorada.
Con este fin, él había pensado reunir una pequeña familia monástica cuya vocación estuviera basada en la imitación de la vida oculta de Jesús en Nazaret, la adoración eucarística perpetua y la evangelización en los países de misión.
Como signo concreto de comunión con la figura del fundador de los Pequeños Hermanos, una reliquia del beato Charles de Foucauld será depositada bajo el altar de la capilla circular donde el Santísimo será expuesto noche y día para ser adorado por cuantos habiten el monasterio y por los que se encuentren en la Domus.
La Adoración Perpetua sobre ese monte sostendrá «el dialogo entre el judaísmo y la Iglesia católica», según las indicaciones de la carta enviada por el Papa Juan Pablo II a la Domus con ocasión de la inauguración de su biblioteca, así como la promoción del dialogo ecuménico por la unidad de las Iglesias cristianas.
El Monasterio se compone de 23 celdas; en su centro se encuentra la capilla circular sobre cuyo techo se ha colocado un complejo escultural realizado por Kiko Argüello, que representa a Jesús y a los doce apóstoles durante la predicación del Sermón de la Montaña.
De esta manera, el Monte en el que se proclamó por vez primera lo más esencial de la predicación de Cristo, será un signo visible de la oración de la Iglesia por la evangelización hasta los confines de la tierra.
La inauguración del monasterio fue presidida por el patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, acompañado de otros obispos de varios ritos, del Custodio de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa, el arzobispo Antonio Franco, nuncio de Su Santidad, y de todas las autoridades civiles de la región. También participaron numerosos embajadores.
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jueves, 7 de febrero de 2008
Monjas que construyen un monasterio: “La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas”
Valencia,(VERITAS) Numerosos laicos están colaborando con las Hermanitas del Cordero en la construcción de un nuevo monasterio en un terreno de la pequeña localidad valenciana de Navalón. Tras varios Campos de trabajo y oración, las seis religiosas destinadas a la zona, junto a decenas de familias con niños, jóvenes y sacerdotes, han limpiado el terreno, han encontrado agua y han puesto los fundamentos y empezado a construir mobiliario. Les falta llevar la luz y empezar a levantar el "pobre, sencillo y hermoso pequeño monasterio".
En la entrevista concedida a Veritas, las religiosas explican: "Quisiéramos que sea un lugar para el encuentro con Dios, en el cual las hermanitas puedan arraigarse en la vida de oración y en la vida fraterna. Desde allí, seremos enviadas en misión hacia los más pobres. Este lugar será una "tierra para Dios", un espacio de oración y de silencio, abierto, para que los que se acerquen puedan encontrar paz".
En poco más de veinte años de presencia en España, la comunidad, que forma parte de la Orden de Dominicos, "hemos podido vivir nuestra vida contemplativa y misionera" y "la acogida de creyentes y de no creyentes nos ha enseñado a conocer estas tierras y a ser parte integrante de ellas", explican las religiosas. "Ahora -añaden-, también en nuestro país, es necesaria una nueva fraternidad en un lugar retirado".
Sobre la colaboración de los laicos en la construcción del Monasterio, las hermanitas explicaron que "muchos de los que vienen, aprenden, a través de la manducación (repetición) del Evangelio del día, lo importante y actual de la Palabra de Dios". "Para llevar adelante este proyecto, necesitamos la ayuda de cada uno, según sus posibilidades: ayuda económica y/o materiales de construcción. La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas".
En la entrevista concedida a Veritas, las religiosas explican: "Quisiéramos que sea un lugar para el encuentro con Dios, en el cual las hermanitas puedan arraigarse en la vida de oración y en la vida fraterna. Desde allí, seremos enviadas en misión hacia los más pobres. Este lugar será una "tierra para Dios", un espacio de oración y de silencio, abierto, para que los que se acerquen puedan encontrar paz".
En poco más de veinte años de presencia en España, la comunidad, que forma parte de la Orden de Dominicos, "hemos podido vivir nuestra vida contemplativa y misionera" y "la acogida de creyentes y de no creyentes nos ha enseñado a conocer estas tierras y a ser parte integrante de ellas", explican las religiosas. "Ahora -añaden-, también en nuestro país, es necesaria una nueva fraternidad en un lugar retirado".
Sobre la colaboración de los laicos en la construcción del Monasterio, las hermanitas explicaron que "muchos de los que vienen, aprenden, a través de la manducación (repetición) del Evangelio del día, lo importante y actual de la Palabra de Dios". "Para llevar adelante este proyecto, necesitamos la ayuda de cada uno, según sus posibilidades: ayuda económica y/o materiales de construcción. La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas".
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