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martes, 10 de septiembre de 2024

Papa Francisco en homilía en Timor Oriental, 10-9-2024: «Dios se hace niño para abrirnos al amor del Padre y dejarnos modelar por Él, sanar nuestras heridas y poner en orden la existencia»


* «Hay mucha riqueza, pero el bienestar ciega a los poderosos, los engaña haciéndoles creer que se pueden bastar a sí mismos, que no necesitan al Señor; y su presunción los lleva a ser egoístas injustos. Por eso, a pesar de que hay abundancia de bienes, los pobres están abandonados y sufren de hambre, la infidelidad a Dios se extiende y la práctica religiosa se reduce cada vez más a una mera formalidad. La engañosa apariencia de un mundo, a primera vista perfecto, esconde así una realidad mucho más oscura mucho más dura y cruel, en la que hay una gran necesidad de conversión, de misericordia y de sanación»

     

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa 

* «Hacer espacio a los niños, a los pequeños, acogerlos, cuidarlos; y hacernos también nosotros pequeños ante Dios y ante los hermanos, son precisamente las actitudes que nos abren a la acción del Señor. Al hacernos niños, permitimos la acción de Dios en nosotros. Hoy veneramos a la Santísima Virgen como Reina, es decir, la madre de un Rey que quiso nacer pequeño, hacerse nuestro hermano, pidiendo el “sí” de una joven  humilde y frágil (cf. Lc 1,38). María entendió, hasta el punto que eligió permanecer pequeña durante toda su vida, se hizo cada vez más pequeña, sirviendo, rezando, desapareciendo para hacer lugar a Jesús, incluso cuando esto le costó mucho» 


10 de septiembre de 2024.-
(Camino Católico)  En la homilía de la misa celebrada en Dili, Timor Oriental, Francisco ha invitado a no tener miedo «de hacerse pequeños ante Dios, y los unos ante los otros». A los cerca de 600.000 fieles presentes en la explanada de Taci Tolu ha recordado que “haciéndonos niños permitimos el amor de Dios”.

Dios se hace niño y no es sólo para asombrarnos y conmovernos, sino también para abrirnos al amor del Padre y dejarnos modelar por Él. Esta realidad se revela hermosa en Timor Oriental, porque hay muchos niños; y ustedes son un país joven en el que en cada rincón la vida se siente palpitar y bullir. Y la presencia de tanta juventud y de tantos niños es un don inmenso, que renueva constantemente nuestra energía y nuestra vida.

«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado », puntualiza el Papa su homilía en español, repitiendo las palabras del profeta Isaías proclamadas en la Primera Lectura: en una Jerusalén próspera, pero en un momento de gran decadencia moral, “Dios hace brillar su luz salvadora a través del don de un hijo.


«El nacimiento de un hijo, reflexiona Francisco, es un «un momento de alegría y de fiesta », que suscita «buenos deseos», de «renovarnos en el bien, volver a la pureza y a la sencillez». Ante un recién nacido, incluso el corazón más duro se conmueve y se llena de ternura.». 

“La cercanía de Dios es a través de un niño. Dios se hace niño y no es sólo para asombrarnos y conmovernos, sino también para abrirnos al amor del Padre y dejarnos modelar por Él, para que pueda sanar nuestras heridas, arreglar nuestras divergencias, poner en orden la existencia”, ha afirmado Francisco .En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:


Viaje apostólico a Timor Oriental

SANTA MISA


HOMILÍA DEL SANTO PADRE


Explanada de Tasitolu (Dili)

Martes, 10 de septiembre de 2024


«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado» (Is 9,5).


Estas son las palabras con las que el profeta Isaías se dirige, en la primera lectura, a los habitantes de Jerusalén, en una época de prosperidad para la ciudad, pero lamentablemente caracterizada, por una gran decadencia moral.


Hay mucha riqueza, pero el bienestar ciega a los poderosos, los engaña haciéndoles creer que se pueden bastar a sí mismos, que no necesitan al Señor; y su presunción los lleva a ser egoístas injustos. Por eso, a pesar de que hay abundancia de bienes, los pobres están abandonados y sufren de hambre, la infidelidad a Dios se extiende y la práctica religiosa se reduce cada vez más a una mera formalidad. La engañosa apariencia de un mundo, a primera vista perfecto, esconde así una realidad mucho más oscura mucho más dura y cruel, en la que hay una gran necesidad de conversión, de misericordia y de sanación.


Por eso el profeta anuncia a sus compatriotas un horizonte nuevo, que Dios abrirá ante ellos, un futuro de esperanza, un futuro de alegría, donde el abuso y la guerra serán desterrados para siempre (cf. Is 9,1-4). Hará surgir para ellos una gran luz (cf. v. 1) que los librará de las tinieblas del pecado por el que están oprimidos, y lo hará no con el poder de ejércitos, por el poder de armas o riquezas, sino mediante el don de un hijo (cf. vv. 5-6).


Detengámonos a reflexionar sobre esta imagen. Dios hace brillar su luz salvadora a través del don de un hijo.



En todas partes el nacimiento de un hijo es un momento luminoso, un momento de alegría y de fiesta, y a veces nos provoca también buenos deseos: de renovarnos en el bien, volver a la pureza y a la sencillez. Ante un recién nacido, incluso el corazón más duro se conmueve y se llena de ternura. La fragilidad de un niño lleva siempre un mensaje tan fuerte que toca incluso los ánimos más endurecidos, trayendo consigo movimientos y propósitos de armonía y serenidad. ¡Es maravilloso, hermanos y hermanas, lo que pasa cuando nace un bebé!


La cercanía de Dios es a través de un niño. Dios se hace niño y no es sólo para asombrarnos y conmovernos, sino también para abrirnos al amor del Padre y dejarnos modelar por Él. Para que Él pueda sanar nuestras heridas, arreglar nuestras divergencias, poner en orden la existencia.


Esta realidad se revela hermosa en Timor-Leste, porque hay muchos niños; y ustedes son un país joven en el que en cada rincón la vida se siente palpitar y bullir. Y la presencia de tanta juventud y de tantos niños es un regalo, es un don inmenso, renueva constantemente nuestra energía y nuestra vida. Pero todavía es un signomás fuerte, porque hacer espacio a los niños, a los pequeños, acogerlos, cuidarlos; y hacernos también nosotros pequeños ante Dios y ante los hermanos, son precisamente las actitudes que nos abren a la acción del Señor. Al hacernos niños, permitimos la acción de Dios en nosotros.


Hoy veneramos a la Santísima Virgen como Reina, es decir, la madre de un Rey que quiso nacer pequeño, hacerse nuestro hermano, pidiendo el “sí” de una joven  humilde y frágil (cf. Lc 1,38).



María entendió, hasta el punto que eligió permanecer pequeña durante toda su vida, se hizo cada vez más pequeña, sirviendo, rezando, desapareciendo para hacer lugar a Jesús, incluso cuando esto le costó mucho.


Por eso, queridos hermanos, queridas hermanas, no tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y ante los unos frente a los otros; no tengamos miedo de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo, de rever nuestros programas y redimensionar, cuando se requiera, nuestros proyectos, no para minimizarlos, sino para hacerlos todavía mejores a través del don de nosotros mismos y la acogida a los demás.


Todo esto está muy bien simbolizado por dos hermosas joyas tradicionales de esta tierra, el Kaibauk y el Belak. Ambas son de metal precioso; eso quiere decir que son importantes.


La primera simboliza los cuernos del búfalo y la luz del sol, y se coloca en lo alto, como adorno de la frente, así como en la parte superior de las viviendas. Simboliza fuerza y energía y el calor. Puede representar el poder de Dios que da la vida. Además, puesto a la altura de la cabeza y en la cima de las casas, nos recuerda que, con la luz de la Palabra del Señor y con la fuerza de su gracia, también nosotros podemos colaborar con nuestras opciones y acciones al gran designio de la redención.


La segunda, el Belak, que se pone en el pecho, complementa la primera. Recuerda la delicada luz de la luna, que refleja humildemente en la noche la luz del sol, envolviéndolo todo con una fluorescencia ligera. Nos habla de paz, de fertilidad, de dulzura, a la vez que simboliza la ternura de la madre, que con los delicados reflejos de su amor vuelve resplandeciente lo que toca por la misma luz que, a su vez, recibe de Dios.


Kaibauk y Belak, fuerza y ternura del Padre y la Madre. Así manifiesta el Señor su realeza, hecha caridad y misericordia.


 Y cada uno de nosotros, pidamos juntos, en esta Eucaristía, como mujeres y hombres, como Iglesia, como sociedad, saber reflejar en el mundo la luz potente, la luz tierna del Dios del amor, de ese Dios que, como rezamos en el Salmo responsorial, «levanta del polvo al desvalidoyalza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los nobles» (Sal 113,7-8).


* * *



Antes de la bendición final de la Eucaristía el Papa ha dicho:

 

Queridos hermanos y hermanas, estuve pensando mucho, ¿qué es lo mejor que tiene Timor? El sándalo, la pesca, no es lo mejor eso. Lo mejor es su pueblo. No puedo olvidar ese pueblo al costado del camino con los niños. ¡Cuántos chicos tienen ustedes! Ese pueblo, que lo mejor que tiene el pueblo, es la sonrisa de sus niños. Y un pueblo que enseña a sonreír a esos niños, es un pueblo con futuro.


Pero estén atentos, porque me dijeron que, en algunas playas, vienen los cocodrilos. Los cocodrilos que vienen nadando y tienen la mordida más fuerte de lo que manejamos. Estén atentos.


Estén atentos a esos cocodrilos que quieren cambiarles la cultura, que quieren cambiarles la historia. Manténgase fieles. Y no se acerquen a esos cocodrilos porque muerden, y muerden mucho.


Les deseo la paz. Les dedeo que sigan teniendo muchos hijos, que la sonrisa de este pueblo sean sus niños. Cuiden a sus niños, pero también cuiden a sus ancianos que son la memoria de esta tierra.


Gracias, muchas gracias por vuestra caridad, por vuestra fe. Sigan adelante con esperanza.


Y ahora vamos a pedir al Señor que nos bendiga a todos. Y después, cantaremos un canto a la Virgen María.

Francisco

Foto: Vatican Media, 10-9-2024

Papa Francisco con niños con discapacidad en Dili, 10-9-2024: «Ellos nos enseñan cómo debemos dejarnos cuidar por Dios y no por tantas ideas, o planes, o caprichos»


* «Y esto es lo que uno encuentra aquí: amor. Sin amor esto no se entiende. Y así entendemos el amor de Jesús que dio su vida por nosotros. No podemos entender el amor de Jesús si nosotros no entramos a practicar el amor. Compartir la vida con las personas que tienen más necesidad es un programa, un programa de ustedes, es un programa de todo cristiano»


    

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la alocución del Papa 

10 de septiembre de 2024.- (Camino Católico)  En un encuentro sostenido la mañana del martes 10 de septiembre (hora local), el Papa Francisco ha alentado a aprender de los niños con discapacidad a “dejarnos cuidar por Dios”. El Santo Padre ha llegado esta mañana a la escuela “Irmãs Alma”, en Dili, Timor Oriental, en la que un grupo de religiosas católicas atienden a niños con discapacidad.


En su alocución pronunciada principalmente en español, su lengua natal, el Papa Francisco, tras agradecer a las religiosas por “lo que hacen”, dirige también su gratitud “a las nenas, a los muchachos, y a los chicos y a las chicas que nos dan el testimonio de dejarse cuidar”. “Porque ellos nos enseñan a nosotros cómo debemos dejarnos cuidar por Dios”, señala, animando a “dejarnos cuidar por Dios y no por tantas ideas o planes o caprichos. Dejarnos cuidar por Dios, y ellos son nuestros maestros”.
En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la alocución del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:


Viaje apostólico a Timor Oriental

Visita a los Niños discapacitados de la Escuela “Irmãs Alma”

DISCURSO DEL SANTO PADRE

Escuela “Irmãs Alma” (Dili)

Martes, 10 de septiembre de 2024

Hay una cosa que a mí siempre me hace pensar: cuando Jesús habla del juicio final, le dice a unos: “Vengan conmigo”, pero no les dice “Vengan conmigo porque estuvieron bautizados, porque estuvieron confirmados, porque se casaron por la Iglesia, porque no mintieron, porque no robaron”. No, “vengan conmigo porque me cuidaron”, me cuidaron. Y Jesús dice: “Vengan conmigo porque me cuidaron cuando tuve hambre y me dieron de comer, cuando tuve sed y me dieron de beber, cuando estaba enfermo y me visitaron”, y así sigue. Esto lo llamo el sacramento de los pobres. Un amor que anima, que construye y que fortalece.

Y esto es lo que uno encuentra aquí: amor. Sin amor esto no se entiende. Y así entendemos el amor de Jesús que dio su vida por nosotros. No podemos entender el amor de Jesús si nosotros no entramos a practicar el amor. Compartir la vida con las personas que tienen más necesidad es un programa, un programa de ustedes, es un programa de todo cristiano. Quiero agradecerles lo que hacen y quiero agradecer también a las nenas y a los muchachos y a los chicos y a las chicas que nos dan el testimonio de dejarse cuidar [Aplausos]. Porque ellos nos enseñan a nosotros cómo debemos dejarnos cuidar por Dios. Dejarnos cuidar por Dios y no por tantas ideas, o planes, o caprichos. Dejarnos cuidar por Dios. Y ellos son nuestros maestros. Gracias a ustedes por esto.

Estoy viendo a este [niño], ¿cómo se llama? Silvano, traelo acá. ¿Y qué nos enseña Silvano?, ¿qué nos enseña? Nos enseña a cuidar. Cuidándolo a él aprendemos a cuidar. Y si le miramos la cara, está tranquilo, paciente, durmiendo en paz. Y así como él se deja cuidar, nosotros también tenemos que aprender a dejarnos cuidar. Dejarnos cuidar por Dios, que nos quiere tanto, dejarnos cuidar por la Virgen, que es nuestra Madre.

Y ahora… Ahora rezamos a la Virgen un Avemaría y les doy la bendición.

(Oración del Avemaría y bendición)


Después de la bendición:

Y no se olviden. Y no se olviden de que tenemos que aprender a dejarnos cuidar, todos, como ellos se dejan cuidar. Gracias.

[Aplausos]

Gracias.

Y este. Este es el regalo que dejo a esta casa. Miren bien: San José cuida a la Virgen, la Virgen cuida a Jesús. El más importante es el que se deja cuidar más: Jesús. Se deja cuidar por María y por José.

Francisco



Fotos: Vatican Media, 10-9-2024

Santa Misa, presidida por el Papa Francisco, de hoy, martes, en Dili, Timor Oriental, 10-9-2024


10 de septiembre de 2024.- (Camino Católico)   El Papa Francisco ha presidido la Misa este 10 de septiembre ante cerca de 600.000 personas en la explanada “Taci Tolu” de Dili, la capital de Timor Oriental, desde donde ha afirmado durante la homilía que el nacimiento de un bebé  “no es más que una chispa reveladora de una luz aún más grande, porque en la raíz de toda vida está el amor eterno de Dios”. Debido al fuerte sol y las altas temperaturas, la explanada se cubrió con miles de paraguas con los colores del Vaticano, diseñados especialmente para la visita del Santo Padre. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.