* «Me vinieron de golpe estas palabras: ‘Gracias, Señor, por el regalo de Charles-Étienne’. En el fondo de mi ser había una alegría que yo quería compartir. Sentí un silencio, pero un silencio realmente habitado. Hice la experiencia de la oración… Al final, en la noche de Pascua recibí cuatro sacramentos: Bautismo, eucaristía, confirmación y matrimonio»