Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

domingo, 23 de febrero de 2025

Papa Francisco en homilía leída por Mons. Fisichella, 23-2-2025: «Jesús dice: «Amen a sus enemigos»; es necesario saber perdonar y pedir perdón, no excluyendo de nuestro amor ni siquiera a quien nos golpea y traiciona»

* «Un mundo en donde para los adversarios hay sólo odio es un mundo sin esperanza, sin futuro, destinado a ser desgarrado por las guerras, divisiones y venganzas sin fin, como desafortunadamente vemos también hoy, en tantos ámbitos y en varias partes del mundo. Perdonar, entonces, quiere decir preparar para el futuro una casa hospitalaria, segura, en nosotros y en nuestras comunidades. El diácono, investido en primera persona de un ministerio que lo lleva hacia las periferias del mundo, se compromete a ver —y a enseñar a los otros a ver— en todos, también en quien se equivoca y produce sufrimiento, una hermana y un hermano heridos en el alma, y por eso necesitados más que nadie de reconciliación, de guía y de ayuda»

     

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa 

* «Mientras nos acogemos a la Virgen María, la esclava del Señor, y a san Lorenzo, el patrón de ustedes. Que ellos nos ayuden a vivir todo nuestro ministerio con corazón humilde y lleno de amor, y a ser, en la gratuidad, apóstoles de perdón, siervos desinteresados de los hermanos y constructores de comunión» 

23 de febrero de 2025.- (Camino Católico) “Jesús nos habla sobre esta exigencia y sobre su alcance cuando dice: «Amen a sus enemigos» (Lc 6,27). Y es precisamente así: para crecer juntos, compartiendo luces y sombras, éxitos y fracasos los unos de los otros, es necesario saber perdonar y pedir perdón, restableciendo relaciones y no excluyendo de nuestro amor ni siquiera a quien nos golpea y traiciona”, dice el Papa Francisco en su homilía leída por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Mons. Rino Fisichella, durante la Misa con motivo del Jubileo de los Diáconos.

Según informó durante el día de ayer el Vaticano, el pontífice, de 88 años, recibió oxígeno de alto flujo y transfusiones de sangre debido a una trombocitopenia asociada a anemia. Su estado es crítico y su pronóstico es reservado y continúa bajo estricta vigilancia médica en el Hospital Gemelli de Roma. El Santo Padre ha pasado pasado la novena noche hospitalizado “tranquila”, pero su estado sigue siendo crítico según la Santa Sede. Francisco continúa necesitando el uso de dos pequeñas cánulas que se introducen por ambos orificios nasales con oxígeno.

Antes de leer la homilía preparada por el Pontífice, Mons. Fisichella destaca la cercanía espiritual del Santo Padre con este importante momento del Jubileo y exhorta a los fieles a intensificar sus oraciones por su recuperación. “Me complace especialmente leer la homilía que el propio Papa Francisco les habría comunicado a todos ustedes en este domingo en particular”, expresa el prelado. Subrayaó que, en la celebración de la Eucaristía, “donde la comunión alcanza su máxima plenitud, la presencia del Papa se siente con fuerza, aunque esté en una cama de hospital. Lo sentimos presente en medio de nosotros y esto nos obliga a hacer aún más fuerte e intensa nuestra oración para que el Señor le asista en su momento de prueba y enfermedad”.

En la solemne ceremonia fueron ordenados diáconos permanentes 23 hombres que proceden de diversas naciones: dos de Brasil , seis de Colombia, uno de Francia, tres de Italia , tres de México, dos de Polonia, tres de España  y tres de Estados Unidos.

Además participaron unos 4.000 diáconos permanentes que llegaron a Roma para formar parte de este gran evento enmarcado en el Jubileo de la Esperanza. Italia contó con la mayor delegación, seguida de Estados Unidos con 1.300 diáconos, Francia con 656, España con 350, Brasil con 230, Alemania con 160 y México con 150.

También llegaron numerosos grupos de Polonia, Colombia, Reino Unido, Canadá, así como representantes de países como Camerún, Nigeria, India, Indonesia y Australia. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

JUBILEO DE LOS DIÁCONOS

SANTA MISA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

LEÍDA POR S.E. MONS. RINO FISICHELLA

Basílica de San Pedro,

VII Domingo del Tiempo Ordinario, 23 de febrero de 2025

El mensaje de las lecturas que hemos escuchado se podría resumir con una palabra: gratuidad. Un término ciertamente apreciado por ustedes diáconos, aquí reunidos para la celebración del Jubileo. Reflexionemos entonces sobre esta dimensión fundamental de la vida cristiana y del ministerio de ustedes, en particular desde tres aspectos: el perdón, el servicio desinteresado y la comunión.

En primer lugar, el perdón. El anuncio del perdón es una tarea esencial del diácono. De hecho, este es un elemento indispensable para cada camino eclesial y es una condición para toda convivencia humana. Jesús nos habla sobre esta exigencia y sobre su alcance cuando dice: «Amen a sus enemigos» (Lc 6,27). Y es precisamente así: para crecer juntos, compartiendo luces y sombras, éxitos y fracasos los unos de los otros, es necesario saber perdonar y pedir perdón, restableciendo relaciones y no excluyendo de nuestro amor ni siquiera a quien nos golpea y traiciona. Un mundo en donde para los adversarios hay sólo odio es un mundo sin esperanza, sin futuro, destinado a ser desgarrado por las guerras, divisiones y venganzas sin fin, como desafortunadamente vemos también hoy, en tantos ámbitos y en varias partes del mundo. Perdonar, entonces, quiere decir preparar para el futuro una casa hospitalaria, segura, en nosotros y en nuestras comunidades. El diácono, investido en primera persona de un ministerio que lo lleva hacia las periferias del mundo, se compromete a ver —y a enseñar a los otros a ver— en todos, también en quien se equivoca y produce sufrimiento, una hermana y un hermano heridos en el alma, y por eso necesitados más que nadie de reconciliación, de guía y de ayuda.

De esta apertura del corazón nos habla la primera lectura, presentándonos el amor leal y generoso de David hacia Saúl, su rey, pero a la vez su perseguidor (Cf. 1 S 26,2.7-9.12-13.22-23). Nos habla también sobre esto, en un contexto diverso, la muerte ejemplar del diácono Esteban, que cae bajo los golpes de las piedras perdonando a quienes lo lapidan (Cf. Hch 7,60). Pero sobretodo la vemos en Jesús, modelo de toda diaconía, que, sobre la cruz, “anonadándose” hasta dar la vida por nosotros (Cf. Fil 2,7), reza por quienes lo crucifican y abre para el buen ladrón las puertas del paraíso (Cf. Lc 23,34.43).

Y llegamos al segundo punto: el servicio desinteresado. El Señor, en el Evangelio, lo describe con una frase tan simple como clara: «Hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio» (Lc 6,35). Pocas palabras que llevan consigo el buen perfume de la amistad. Ante todo, la de Dios por nosotros, pero luego también la nuestra. Para el diácono, dicho comportamiento no es un aspecto accesorio de su actuar, sino una dimensión esencial de su ser. En efecto, se consagra para ser, en el ministerio, “escultor” y “pintor” del rostro misericordioso del Padre, testigo del misterio del Dios-Trinidad.

En muchos pasajes del Evangelio Jesús habla sobre sí en este sentido. Lo hace con Felipe, en el cenáculo, poco después de haberle lavado los pies a los Doce, diciéndoles: «El que me ha visto, ha visto al Padre» (Jn 14,9); así como cuando instituye la Eucaristía y afirma: «Yo estoy entre ustedes como el que sirve» (Lc 22,27). Pero ya desde antes, de camino hacia Jerusalén, cuando sus discípulos discutían entre ellos sobre quién era el más grande, les había explicado que «El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud» (Mc 10,45).

Hermanos diáconos, el trabajo gratuito que realizan, como expresión de su consagración a la caridad de Cristo, es entonces, para ustedes, el primer anuncio de la Palabra, fuente de confianza y de alegría para quienes se encuentran con ustedes. Acompáñenlo siempre con una sonrisa, sin quejas y sin buscar reconocimientos, sosteniéndose mutuamente, también en sus relaciones con los Obispos y los presbíteros, “como expresión de una Iglesia comprometida a crecer en el servicio para el Reino con la valorización de todos los grados del ministerio ordenando” (cf. C.E.I., I Diaconi permanenti nella Chiesa in Italia. Orientamenti e norme, 1993, 55). Su actuar concorde y generoso, de esta manera, será un puente que una el altar a la calle, la Eucaristía a la vida cotidiana de la gente; la caridad será su liturgia más hermosa y la liturgia su servicio más humilde.

Y llegamos al último punto: la gratuidad come fuente de comunión. Dar sin pedir nada a cambio une, crea vínculos, porque expresa y alimenta un estar juntos que no tiene más finalidad que el don de sí y el bien de las personas. San Lorenzo, su santo patrón, cuando sus acusadores le pidieron que entregara los tesoros de la Iglesia, les mostró a los pobres y les dijo: “¡Este es nuestro tesoro!”. Es así como se construye la comunión. Diciéndole al hermano y a la hermana, con las palabras, pero sobre todo con las obras, personalmente y como comunidad: “para nosotros tú eres importante”, “te amamos”, “queremos que participes en nuestro camino y en nuestra vida”. Esto hacen ustedes: esposos, padres y abuelos decididos, en el servicio, a abrir sus familias a quien pasa necesidad, allí donde viven.

Así su misión, que los escoge de entre la sociedad para volver a colocarlos en medio de ella y hacer que sea cada vez más un lugar hospitalario y abierto a todos, es una de las expresiones más bellas de la Iglesia sinodal y “en salida”.

Dentro de poco algunos de ustedes, al recibir el sacramento del Orden, “descenderán” los grados del ministerio. Deliberadamente digo y subrayo que “descenderán”, y no que “subirán”, porque con la ordenación no se sube, sino que se desciende, nos hacemos pequeños, nos abajamos y nos despojamos de nosotros mismos. En palabras de san Pablo, nos despojamos, en el servicio, del “hombre terrenal”, y nos revestimos, en la caridad, del “hombre celestial” (cf. 1 Co 15,45-49).

Meditemos todos sobre lo que se realizará en breve, mientras nos acogemos a la Virgen María, la esclava del Señor, y a san Lorenzo, el patrón de ustedes. Que ellos nos ayuden a vivir todo nuestro ministerio con corazón humilde y lleno de amor, y a ser, en la gratuidad, apóstoles de perdón, siervos desinteresados de los hermanos y constructores de comunión.

Francisco

Fotos: Vatican Media, 23-2-2025

El profesor Giulio Fanti explica en revistas científicas la hipótesis de la transparencia de la materia del Cuerpo de Cristo que relaciona la Sábana Santa con la virginidad de María


Giulio Fanti, profesor de Mediciones Mecánicas y Térmicas en el Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Padua (Italia)

Camino Católico.-  La Madre de Dios fue perpetuamente virgen: es decir, antes, durante y después del parto. Este dogma de fe, uno de los cuatro que conciernen a Nuestra Señora (junto a la Inmaculada Concepción, la maternidad divina y la Asunción), no explica -por su carácter milagroso- cómo se verificó la virginidad física "durante" el parto. 

Giulio Fanti, profesor de Mediciones Mecánicas y Térmicas en el Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Padua (Italia), aventura una hipótesis que vincula ese hecho con la Sábana Santa de Turín. Lo significativo es que lo hace en revistas científicas. 


Él mismo explica su hipótesis en el número de febrero del mensual católico italiano de apologética Il Timone:


En el segundo de los artículos referidos, teniendo en cuenta los nuevos análisis de sangre realizados en muestras sindónicas, se confirmaban los inmensos sufrimientos padecidos voluntariamente por el Redentor para la salvación de los hombres. Se han puesto de relieve las diversas patologías concomitantes sufridas por Jesús, como el colapso ortostático, la asfixia, la uremia y el hemotórax, acentuadas por la lesión que provocó la muerte por infarto y el taponamiento hemopericárdico.


A continuación, el artículo destaca un hecho sorprendente: la Sábana Santa es selectivamente radioactiva, especialmente en los restos de sangre, por lo que el resultado del radiocarbono de 1988 no parece fiable, incluso podría ser la primera prueba científica de la resurrección de Cristo. El artículo además examina las condiciones concretas en las que se envolvió el cuerpo de Jesús, llegando a conclusiones científicamente inexplicables.



El profesor Giulio Fanti ha estudiado científicamente la Sábana Santa


Una imagen misteriosa


Se sabe que la doble imagen corporal de la reliquia sigue siendo hoy un misterio y que la hipótesis más fiable se basa en una intensa radiación emitida por el cadáver, pero hay más: el cadáver estaba en rigor mortis en el momento de la formación de la imagen corporal (menos de 38-48 horas después de la muerte) y estuvo envuelto en la Sindone durante no más de cuarenta horas, porque no hay signos de putrefacción. La ausencia de rebabas en las manchas de sangre aún líquida demuestra que el cadáver permaneció inmóvil envuelto en lino y que, por tanto, el cuerpo no fue manipulado ni movido. Esto lleva a una deducción científicamente absurda: Jesús pasó a través de la Sábana Santa sin comprometerla materialmente y, por ende, su cuerpo físico se hizo transparente en relación con ella.


 

La escena de la Resurrección en 'La Pasión de Cristo' de Mel Gibson


Sin recurrir a hipótesis de ciencia-ficción como la desmaterialización o el uso de antimateria, se puede pensar más sencillamente en una hipótesis, aunque todavía no científicamente probada, relativa a la transparencia de la materia del Cuerpo de Cristo que atravesó la Sindone al igual que varias veces, según la Biblia, Jesús atravesó las paredes del Cenáculo. 

Para explicar este fenómeno, debemos considerar que el diámetro de los átomos es unas 10.000 veces mayor que su núcleo, por lo que está prácticamente compuesto de espacio vacío, como el espacio ocupado por nuestro sistema solar formado por el sol y los planetas, de volumen insignificante comparado con éste.


Energía-luz intensa


Pensemos ahora en un dedo apoyado sobre una mesa: ambos están formados por átomos, pero el dedo no puede penetrar en la mesa porque las fuerzas que unen los núcleos a los electrones en el dedo y en la mesa son mucho mayores que la presión ejercida por el dedo sobre la mesa. 


Supongamos, sin embargo, que suministramos al dedo una energía extremadamente intensa en forma de fotones, es decir, de luz que puede aumentar la energía cinética de las partículas individuales hasta tal punto que sus fuerzas cinéticas superen a las fuerzas interatómicas. Entonces sí es posible pensar en una compenetración del dedo en la mesa. La probabilidad de impacto entre protones, neutrones y electrones, y su probable destrucción durante el atravesamiento, sería extremadamente pequeña, dados sus pequeños volúmenes comparados con los de los átomos en cuestión. Así que, si se proporcionara una energía-luz intensa, el atravesamiento de la materia no sería imposible, incluso si el cuerpo físico no estuviera privado de su realidad material. Éste podría entonces penetrarla mientras fuera rico en energía, pero podría volver a su estado inicial cuando esta luz-energía desapareciera. 


De hecho, la Biblia afirma que Jesús entró repetidamente en el Cenáculo a puerta cerrada, pero luego su cuerpo volvió a la normalidad y comió normalmente con los Apóstoles. En apoyo parcial de esta hipótesis podemos considerar los metales: un clavo de hierro a temperatura ambiente es opaco a la luz y los fotones no lo atraviesan.



El profesor Giulio Fanti, en una conferencia del 4 de noviembre de 2023 en la abadía de Santo Domingo Abad, en Sora (Florencia)


La "transparencia de la materia"

Sin embargo, si lo calentamos a una temperatura de unos 1000° C, proporcionándole energía térmica, el clavo se vuelve rojo y vemos los fotones emitidos por sus partes más internas. De hecho, al calentar el hierro, esta energía térmica permite que los fotones internos del clavo atraviesen el material, produciendo así la "transparencia de la materia" que no percibimos a temperatura ambiente. Extendiendo a otros hechos esta hipótesis de la transparencia de la materia relativa a la salida de Jesús de la Sábana Santa sin desvirtuarla, es posible encontrar una explicación al hecho de que Él saliera del vientre de la Madre, confirmando así el dogma mariano de la "Virginidad antes, durante y después del parto". 


Como si fuera para respaldar esto, después de la Santa Misa dedicada a los fetos abortados el 17 de junio de 2007, en la Basílica de Guadalupe, la imagen de Nuestra Señora representada en la Tilma mostró una intensa luz que emanaba de su vientre, y de manera similar, la estatua de la Madre de Dios en la Cruz Azul de Medjugorje mostró una luminiscencia difusa, pero con una intensidad notable, en el vientre. 


Monseñor Fabrizio Porcella, de la diócesis de Cagliari, interesado por estas novedades, comentó que los Padres de la Iglesia utilizaron varias imágenes para ilustrar el misterio de la transparencia de la materia: el paso de Cristo a través de la tumba sellada y a través de puertas cerradas, y el paso de un rayo de sol a través del cristal.


San Bernardo

San Bernardo escribe: "Como el esplendor del sol llena y penetra una vidriera, sin romperla, [...] así el Verbo de Dios, el Esplendor del Padre, entró en la cámara virginal y salió del seno cerrado". Así que los fotones considerados aquí para la "transparencia de la materia" fueron tenidos en cuenta hace muchos siglos. Por último, es curioso constatar que María Valtorta, en 1949, cuando la ciencia sobre la Sábana Santa estaba en los comienzos, escribió, atribuyendo esto a un mensaje de Jesús: "Mi Sábana Santa, oh María, para quien sabe ver, no es sólo un testimonio de que estoy verdaderamente muerto y resucitado, sino también un testimonio de cómo no fui concebido ni nací según las leyes de la humanidad. Es, por tanto, una confirmación de las verdades que enseña mi religión, mi concepción por el Espíritu Santo, la maternidad divina de María, su virginidad perpetua, mi pasión y muerte, y mi gloriosa resurrección. Pero esta es una confirmación para aquellos a quienes, en la luz de Dios, les es dado ver". 


El estudio de la Sábana Santa muestra, pues, que ciencia y fe deben fundirse para llegar a la Verdad: "La religión sin la ciencia es ciega. La ciencia sin religión está coja" (Einstein).

Homilía de Mons. Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo, y lecturas de la Misa de hoy, VII Domingo de Tiempo Ordinario, 23-2-2025

23 de febrero de 2025.-  (Camino Católico) Homilía de  Mons. Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo, y lecturas de la Misa de hoy, VII Domingo de Tiempo Ordinario, emitida por 13 TV desde la Catedral de Toledo.

Santa Misa de hoy, VII domingo de Tiempo Ordinario, en la catedral de Toledo, 23-2-2025

23 de febrero de 2025.-  (Camino Católico)  Celebración de la Santa Misa de hoy, VII Domingo de Tiempo Ordinario, presidida por Mons. Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo, emitida por 13 TV desde la Catedral de Toledo.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 23-2-2025

23 de febrero de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 23/2/2025: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 23 de febrero de 2025, domingo de la 7ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

/

Evangelio: San Lucas 6, 27-38:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros».

Homilía del evangelio del domingo: Ser cristiano es compartir la vida de Dios: amar como Dios ama, pensar como Dios piensa, sentir como Dios siente, perdonar como Dios perdona / Por P. José María Prats

* «Dios es amor incondicional que no se cansa nunca de invitarnos a participar de su santidad. Y, por eso, cuando nos apartamos de Él por el pecado, Dios sufre y obra en nuestra vida con el fin de que nos convirtamos y regresemos de nuevo a Él. Como el padre del hijo pródigo que esperaba con ansiedad todos los días el retorno de su hijo menor, así está Dios esperando nuestro arrepentimiento para perdonarnos, abrazarnos y organizar una gran fiesta»

Domingo VII del tiempo ordinario - C

1 Samuel 26, 2.7-9.12-13.22-23  /  Salmo 102  /  1 Corintios 15, 45-49  / San Lucas 6, 27-38

P. José María Prats / Camino Católico.- Las lecturas de hoy nos invitan a la conversión, a abandonar nuestra forma habitual de ver las cosas –a menudo interesada y mezquina– y a adoptar siempre el punto de vista de Dios.

Ser cristiano no es otra cosa que compartir la vida de Dios: amar como Dios ama, pensar como Dios piensa, sentir como Dios siente, perdonar como Dios perdona.

¿Y cómo es Dios para que podamos compartir su vida? Dios es amor incondicional que no se cansa nunca de invitarnos a participar de su santidad. Y, por eso, cuando nos apartamos de Él por el pecado, Dios sufre y obra en nuestra vida con el fin de que nos convirtamos y regresemos de nuevo a Él. Como el padre del hijo pródigo que esperaba con ansiedad todos los días el retorno de su hijo menor, así está Dios esperando nuestro arrepentimiento para perdonarnos, abrazarnos y organizar una gran fiesta.

Pues si así es como Dios nos trata cuando por el pecado nos convertimos en sus enemigos, nosotros, que comulgamos con su Cuerpo y con su Sangre, hemos de amar también a nuestros enemigos.

Como dice el refrán, hay que odiar el pecado y amar al pecador. Debemos juzgar las acciones, pero nunca a las personas, pues juzgar a una persona significa desterrarla de nuestro corazón como a alguien que ya no merece nuestra consideración y nuestra ayuda. Y son precisamente aquellos a quienes tendemos a juzgar –los que nos han herido, insultado, calumniado o perjudicado– los que más necesitados están de nuestra oración y de nuestra consideración que les ayuden a recuperar la paz y la amistad con Dios que han perdido o han visto disminuidas por sus acciones.

¿Por qué los publicanos y las prostitutas se convertían al encontrarse con Jesús? La razón es muy sencilla. Estas personas estaban acostumbradas a ser rechazadas y tratadas por todos como pecadores públicos, como gente despreciable cuyo trato había que evitar a toda costa. Y en cambio Jesús se sienta con ellos a la mesa y les muestra un interés y un amor entrañables. Y es entonces cuando muchos descubren en Él la paternidad, la misericordia y la santidad de Dios. Y esta santidad es tan bella y tan luminosa que se sienten irresistiblemente atraídos hacia ella y se convierten. Así es como María Magdalena, que había estado poseída por siete demonios, se convirtió en santa María Magdalena; y así es como Zaqueo, que había sido un codicioso y un explotador, entregó la mitad de sus bienes a los pobres.

No son los grandes discursos ni los razonamientos brillantes sino el amor incondicional lo que puede llevar a las personas a descubrir su profunda dignidad, más allá de los pecados que hayan cometido, y a desear vivir en coherencia con ella. Tenemos, pues, que llenarnos del amor de Dios hacia todos los hombres, buenos y malos, justos e injustos, porque sólo así dispondremos del arma que nos permite derribar los muros del rencor y del odio, suscitar la conversión y sembrar la alegría y la paz.

 P. José María Prats


Evangelio

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 

«Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente.

»Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis se os medirá».

San Lucas 6, 27-38 

Amar a nuestros enemigos y hacer el bien a quienes nos odian no es solo un acto de bondad, sino también un reflejo de la misericordia de Dios / Por P. Carlos García Malo

 


sábado, 22 de febrero de 2025

La salud del Papa Francisco ha empeorado esta mañana tras sufrir una grave crisis respiratoria, diagnosticarle anemia y tener que recibir transfusiones de sangre y oxígeno

Velas en la estatua de Juan Pablo II frente al hospital Gemelli, donde el Papa Francisco está hospitalizado en Roma el 22 de febrero / Foto: Vatican Media

Camino Católico.- La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha divulgado la siguiente actualización sobre el estado de salud del Papa Francisco este sábado 22 de febrero de 2025 por la tarde:

"El estado del Santo Padre sigue siendo crítico, por lo que, como se explicó ayer, el Papa no está fuera de peligro.

Esta mañana, el Papa Francisco ha presentado una crisis respiratoria asmática prolongada, que también ha requerido la aplicación de oxígeno de alto flujo.

Los análisis de sangre de hoy también mostraron una plaquetopenia, asociada a anemia, que exigió la administración de hemotransfusiones.

El Santo Padre continúa atento y ha pasado el día en un sillón, aunque con más dolor que ayer.

Por el momento, el diagnóstico es reservado".