Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

lunes, 31 de marzo de 2025

Santa Misa de hoy, lunes de la 4ª semana de Cuaresma, 31-3-2025

31 de marzo de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes de la 4ª semana de Cuaresma, presidida por el P. Carlos Martínez Oliveras, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 31-3-2025

31 de marzo de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, lunes, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 31/3/2025: «Anda, tu hijo vive» / Por P. Jesús Higueras

 

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 31 de marzo de 2025, lunes de la 4ª semana de Cuaresma, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Juan 4, 43-54:

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación:

«Un profeta no es estimado en su propia patria».

Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.

Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.

Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.

Jesús le dijo:

«Si no veis signos y prodigios, no creéis».

El funcionario insiste:

«Señor, baja antes de que se muera mi niño».

Jesús le contesta:

«Anda, tu hijo vive».

El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:

«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre»

El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia.

Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Adoración Eucarística con el P. José Aurelio Martín en la Basílica de la Concepción de Madrid, 31-3-2025

31 de marzo de 2025.- (Camino Católico) Adoración al Santísimo Sacramento con el P. José Aurelio Martín Jiménez, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

No podemos amar a Dios al que no vemos si no amamos al prójimo al que vemos / Por P. Carlos García Malo

 


domingo, 30 de marzo de 2025

Papa Francisco en el Ángelus, 30-3-2025: «Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos»


El Santo Padre Francisco en una imagen de archivo Foto: Vatican Media

* «Vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación. Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo. Por eso doy las gracias de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con su afecto y con su oración. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado»     


Imagen de archivo del Papa Francisco con la Virgen María / Foto: Vatican Media


* «Confiando en la misericordia de Dios Padre, continuemos rezando por la paz: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, que tanto sufre también por el terremoto»  

 30 de marzo de 2025.- (Vatican News / Camino Católico)   “Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos”. Este es el núcleo de la reflexión del Papa Francisco al comentar el Evangelio de este IV Domingo de Cuaresma, en el cual el evangelista Lucas presenta la narración de la parábola del hijo pródigo (Lc 15,1-3.11-32), cuyo texto se ha publicado hoy al mediodía. 

“La búsqueda de paz en los países en conflicto, su preocupación por la situación en Sudán del Sur, y la catástrofe humanitaria en Sudán” son otros de los temas que ha abordado el Santo Padre en su reflexión. El texto completo escrito por el Papa Francisco es el siguiente:

Representación de la parábola del hijo pródigo / Foto: Vatican Media

PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

Texto preparado por el Santo Padre

IV Domingo de Cuaresma, 30 de marzo de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡buen domingo!


En el Evangelio de hoy (Lc 15,1-3.11-32) Jesús se da cuenta de que los fariseos, en lugar de alegrarse porque los pecadores se acercan a Él, se escandalizan y murmuran a sus espalas.  Entonces Jesús les cuenta la historia de un padre que tiene dos hijos: uno se va de casa, pero luego, cuando se encuentra en la miseria, regresa y es recibido con alegría; el otro, el hijo “obediente”, indignado con su padre, no quiere entrar en la fiesta. Así, Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos.


Queridísimos, vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación. Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo. Por eso doy las gracias de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con su afecto y con su oración. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado.


Confiando en la misericordia de Dios Padre, continuemos rezando por la paz: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, que tanto sufre también por el terremoto.


Sigo con preocupación la situación en Sudán del Sur. Renuevo mi apremiante llamamiento a todos los líderes, para que hagan todo lo posible por reducir la tensión en el país. Es necesario dejar de lado las divergencias y, con valentía y responsabilidad, sentarse alrededor de una mesa e iniciar un diálogo constructivo.  Solo así será posible aliviar el sufrimiento de la querida población sursudanesa y construir un futuro de paz y estabilidad.


Y en Sudán la guerra sigue cobrándose víctimas inocentes. Exhorto a las partes en conflicto a que den prioridad a la protección de la vida de sus hermanos civiles; y espero que inicien cuanto antes nuevas negociaciones que puedan garantizar una solución duradera a la crisis. Que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para hacer frente a la terrible catástrofe humanitaria.


Gracias a Dios, también hay acontecimientos positivos: cito, por ejemplo, la ratificación del Acuerdo sobre la delimitación de la frontera entre Tayikistán y Kirguistán, que representa un excelente resultado diplomático. Animo a ambos países a seguir por este camino.


Que María, Madre de misericordia, ayude a la familia humana a reconciliarse en la paz.


Francisco

Homilía de Mons. Luis Ángel de las Heras, obispo de León, y lecturas de la Misa de hoy, IV domingo de Cuaresma, 30-3-2025


30 de marzo de 2025.-  (Camino Católico) Homilía de  Mons. Luis Ángel de las Heras, CMF, obispo de León, y lecturas de la Misa de hoy, IV domingo de Cuaresma, emitida por 13 TV desde la Catedral de León.


Santa Misa de hoy, IV domingo de Cuaresma, en la catedral de León, 30-3-2025

30 de marzo de 2025.-  (Camino Católico)  Celebración de la Santa Misa de hoy, IV domingo de Cuaresma, presidida por Mons. Luis Ángel de las Heras, CMF, obispo de León, emitida por 13 TV desde la Catedral de León.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 30-3-2025

30 de marzo de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy, domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 30/3/2025: «Volviendo sobre sí mismo» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 30 de marzo de 2025, domingo de la 4ª semana de Cuaresma, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 15, 1-3. 11-32:

En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: «Padre, dame la parte que me toca de la fortuna».

El padre les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

Recapacitando entonces, se dijo:

“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.

Volviendo sobre sí mismo, se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo:

«Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo».

Pero el padre dijo a sus criados:

«Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.»

Y empezaron a celebrar el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo.

Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó:

«Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud».

Él se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

Entonces él respondió a su padre:

«Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado».

El padre le dijo:

«Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado»».

Homilía del Evangelio del domingo: Al celebrar el sacramento de la reconciliación Dios renueva nuestra comunión con Él y la condición de hijos suyos, nos libera de la esclavitud del pecado y todo se llena de vida desbordante / Por P. José María Prats

* «Hay quien opina que el hijo pródigo tuvo poco mérito, que sólo emprendió el viaje de regreso movido por el interés tras experimentar el hambre y la desgracia. Esto no es verdad: hubo un gran mérito, el mérito de reconocer su equivocación, humillarse, pedir perdón, atreverse a romper los vínculos con el pasado e iniciar una nueva vida. Muchos, desde la ceguera del orgullo, son incapaces de dar este paso y viven empeñados en demostrarse a sí mismos una y otra vez que todo lo han hecho bien, que los culpables son otros, que son víctimas inocentes de la maldad ajena y de la indiferencia de Dios»

Domingo IV de Cuaresma - C

Josué 5, 9a.10-12  /  Salmo 33  /  2 Corintios 5, 17-21  /  San Lucas 15, 1-3.11-32

P. José María Prats / Camino Católico.- La parábola del hijo pródigo es uno de los relatos más bellos y más ricos de la Biblia y de la literatura universal, un relato que nos habla de la condición humana y del amor incondicional de Dios, del pecado y del arrepentimiento, del llanto y de la alegría desbordante, de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.

Al comenzar a leerla, llama mucho la atención el maltrato del hijo menor hacia su padre y la reacción de éste. Pedirle al padre la parte que le toca de la herencia antes de su muerte es como decirle que para él ya ha fallecido, que sólo le interesa su dinero y no desea seguir manteniendo ningún vínculo con él. Y ante esta ofensa brutal, el padre, simplemente, «les repartió los bienes». Es el misterio de la libertad del ser humano: a Dios –representado en el padre de la parábola– se le remueven las entrañas cuando, seducidos por el mal, nos alejamos de Él, pero respeta nuestra libertad porque nos ha creado para participar de su amor, y el amor es necesariamente una opción libre.

A continuación ocurre lo que todos sabemos: romper la comunión con Dios es separarse de la fuente de la vida y caminar hacia la propia destrucción, como la rama que, desgajada del tronco, va perdiendo verdor hasta secarse por completo. La imagen del hijo menor cuidando cerdos es una estampa muy elocuente de las consecuencias de una vida separada de Dios «en un país lejano».

Pero a este drama le sigue el milagro del reconocimiento humilde de la equivocación, de la ofensa cometida y de la bondad del padre, que seguro que estará dispuesto a acoger a un hijo ingrato y rebelde, al menos, como a uno de sus jornaleros.

El encuentro tras el retorno es emocionante y supone para el hijo menor el descubrimiento del amor sin medida del padre, que había permanecido hasta entonces velado para él. «Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió», es decir, la preocupación por su hijo y el deseo de su retorno no habían desaparecido ni un solo instante de su corazón: estaba siempre esperando con los ojos fijos en el horizonte, y cuando finalmente apareció la figura de su hijo «se conmovió», corrió a abrazarle, lo besó y se alegró hasta el punto de hacer matar el ternero cebado reservado para las más grandes ocasiones.

Hay una triple investidura muy importante y cargada de significados: el mejor traje, el anillo y las sandalias. El mejor traje representa la dignidad de hijo de Dios que ha sido recuperada; el anillo es un símbolo de la restauración de la alianza y del nuevo compromiso de vida en común entre Padre e hijo; y las sandalias representan la liberación de la esclavitud del pecado que nos otorga la gracia de Dios recuperada. En el mundo antiguo los esclavos iban descalzos, solamente los hombres libres iban calzados. Por ello las sandalias son un símbolo de libertad.

Cada vez que celebramos el sacramento de la reconciliación revivimos esta historia: al regresar a casa con un corazón contrito y humillado Dios nos recibe con los brazos abiertos, renueva nuestra comunión con Él y nuestra condición de hijos suyos, nos libera de la esclavitud del pecado y todo se llena de alegría y de vida desbordante. No es posible celebrar bien este sacramento y no experimentar esta alegría y esta libertad y poder renovados.

Hay quien opina que el hijo pródigo tuvo poco mérito, que sólo emprendió el viaje de regreso movido por el interés tras experimentar el hambre y la desgracia. Esto no es verdad: hubo un gran mérito, el mérito de reconocer su equivocación, humillarse, pedir perdón, atreverse a romper los vínculos con el pasado e iniciar una nueva vida. Muchos, desde la ceguera del orgullo, son incapaces de dar este paso y viven empeñados en demostrarse a sí mismos una y otra vez que todo lo han hecho bien, que los culpables son otros, que son víctimas inocentes de la maldad ajena y de la indiferencia de Dios. Y, mientras tanto, ahí siguen, esperando, el mejor traje, el anillo, las sandalias, el abrazo del Padre y la alegría desbordante.

P. José María Prats


Evangelio

En aquel tiempo, viendo que todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle, los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: 

«Este acoge a los pecadores y come con ellos». 

Entonces les dijo esta parábola. 

«Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde’. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’. Y, levantándose, partió hacia su padre.

»Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: ‘Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado’. Y comenzaron la fiesta.

»Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: ‘Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano’. Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: ‘Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!’ Pero él le dijo: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado’».

San Lucas 15, 1-3.11-32

Dios solo sabe amar y espera eterna y pacientemente que regresemos a casa / Por P. Carlos García Malo