
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó – lo que hemos visto y oído, os loanunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo”.1ª de Juan 1-4.
Ese niño que contemplamos es Dios. Jesús nace en una familia humana fruto del amor de una familia divina: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estamos llamados todos los seres humanos a formar sagradas familias fruto de lo que dice San Juan: “la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio”. ¿Hemos tocado con nuestras manos la Palabra de Vida? Tocar es más que ver. Es una relación física e interior. ¿Hemos leído, digerido y convertido en Vida en nuestra familia el Verbo encarnado en el Niño Dios?



26 de agosto de 2018.- (
Más adelante, el Papa Francisco ha matizado a qué se refiere con las “duras enseñanzas de Jesús”: “Qué difícil es perdonar siempre a quienes nos hieren. Qué desafiante es acoger siempre al emigrante y al extranjero. Qué doloroso es soportar la desilusión, el rechazo o la traición. Qué incómodo es proteger los derechos de los más frágiles, de los que aún no han nacido o de los más ancianos, que parece que obstaculizan nuestro sentido de libertad”.
Sin embargo, es justamente en esas circunstancias en las que el Señor nos pregunta: «¿También vosotros os queréis marchar?», ha citado. “Cada cristiano es enviado para ser un misionero, un ‘discípulo misionero'”, exhorta Francisco.
“Con la alegría y la fuerza conferida por el Espíritu Santo, digámosle con confianza: ‘Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna'”, ha concluido.
El Papa ha manifestado su deseo que la celebración de hoy pueda “confirmar a cada uno de vosotros, padres y abuelos, niños y jóvenes, hombres y mujeres, religiosos y religiosas, contemplativos y misioneros, diáconos y sacerdotes, para compartir la alegría del Evangelio”.
Al final de la Santa Misa el Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, anunció que Roma será la ciudad que acogerá la próxima edición del Encuentro Mundial de las Familias en el 2021.











