Camino Católico.- La conversión de san Pablo en el camino de Damasco es la única que la Iglesia católica celebra en el año litúrgico. Concretamente el 25 de enero.
No celebramos la conversión de san Agustín ni la de san Francisco ni la del beato Charles de Foucauld, sino la de san Pablo, porque es en cierto modo el arquetipo de toda conversión cristiana.
¿Qué significa exactamente convertirse?
Convertirse, para san Pablo, no consistió solamente en renunciar a sus opiniones y cambiar de conducta, sino en renunciar a la imagen que tenía de sí mismo, en morir a sí mismo para revestirse de Cristo.
No pasó únicamente del estado de fariseo al de cristiano practicante biempensante. Se convirtió en una “criatura nueva en Cristo” (2 Co 5, 17).
Así es con cada cristiano.
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