* «No sabía qué hacer, solo quería salir corriendo para algún lugar y solo presionaba mi cuello pero era imposible detener la hemorragia, me estaba desangrando y estaba desesperado. La arteria carótida tiene tres capas y una de ellas fue cortada, solo faltó medio milímetro para que la corte toda, eso fue un verdadero milagro»
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