* «La forma en que Dios se reveló ante mí me dio sed de algo más en mi vida y motivó en mí una profunda búsqueda para conocer más a Dios. Supe que Dios no era indiferente, sino que había venido a mí en medio de mi sufrimiento. Percibí que había una misión en todo esto, y tuve la sensación de que me estaba llamando a algo»
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