* «Cuando aprendí a amarme, a aceptarme y a quererme, ya ningún hombre viene a mi vida a pisotearme. Uno no tiene por qué menospreciarse, no valorarse, no amarse. Cuando uno se acerca a Dios realmente, Dios te devuelve esa verdadera identidad y hace que tú te ames. El que conoce a Dios conoce el amor, porque Dios es amor. Entonces cómo no nos vamos a amar nosotros mismos si somos una creación de ese ser que es solo amor. Ahí es cuando uno realmente entiende y no permite que nadie lo pisotee, que nadie le toque un pelo, porque fuimos creados para cosas más lindas. Qué rico que las mujeres entendieran que hay que poner límites, que no hay que permitir que los hombres nos maltraten»
Camino Católico.- La deportista colombiana Erica María Castaño Salazar ha conquistado el podio olímpico al ganar la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de París 2024. Su historia de vida es un inspirador testimonio de perseverancia y nos muestra que “los planes de Dios son perfectos”.
Este 30 de agosto, Erica ganó la presea dorada en Para atletismo en lanzamiento de disco F55 Femenino, una categoría especial para atletas que tienen movimiento limitado en las piernas o ausencia de extremidades.
En una entrevista con el Comité Paralímpico Colombiano, Erica señala que este logro fue gracias a Dios, luego del doloroso resultado de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, donde, a pesar de ir decidida a ganar el oro, solo alcanzó el cuarto puesto.
“Primero darle la gloria, la honra a Dios, porque fue Él el que me permitió estar hoy acá. Tokio fue un resultado que me destrozó por completo, pero yo digo que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta en todo tiempo, y tenía que ser hoy, ahora, Él lo prometió y así lo está cumpliendo en mi vida, y estoy muy feliz por eso”.
Erica indica que estos tres años luego de la derrota en los anteriores paralímpicos han sido momentos de desafío, pero resaltó que los planes de Dios son perfectos.
“Fueron tres años en donde me tocó desafiarme a mí misma, a obligarme a veces a hacer cosas que no quería, pues a pedirle a Dios que me mostrara por qué tenía que vivir hace tres años lo que me tocó, pero yo creo que los planes de Dios son perfectos y muestra de ello es estar hoy aquí en París, con la medalla, alzarme con la medalla de oro y pues, es que no tengo palabras”.
Erica agradeció a su madre, Carmen, y a su esposo, Felipe, por su apoyo y su compañía en estos momentos de lucha.
“A mi mami Carmen, a mi esposo Felipe, decirles que son los dos más grandes amores de mi vida, definitivamente Dios es demasiado bueno conmigo al prestármelos a los dos todo el tiempo, si no es el uno, es el otro, que todo el tiempo están ahí: ‘hey hey hágale’, y yo creo que por ellos dos estoy, primero por Dios y por ellos dos, estoy hoy acá dando los resultados que di”.
Erica nació en Medellín, Colombia, el 9 de octubre de 1985. Creció en el barrio Alfonso López en compañía de sus dos hermanos, su mamá y su papá Carlos Augusto Castaño, quien falleció hace 16 años dejando una familia unida y llena de amor, preparada para superar las pruebas que la vida tendría para ellos más adelante.
Un disparo que le cambió la vida y la sanación de Dios
A mediados del año 2008, Carlos Roosvelt, su hermano mayor, fue víctima de una bala perdida que lo dejó cuadripléjico. Tras su salida del hospital, fue ella quien se encargó de bañarlo, arreglarlo, cuidarlo y mimarlo, pues sus imponentes 186 centímetros de estatura le daban la posibilidad de moverlo con mayor facilidad y apoyarlo en este proceso. Todo esto sin imaginar que pocos meses después ella estaría en una situación similar. En ese momento Erica estudiaba Derecho en la Universidad Autónoma de Medellín, apoyaba a su mamá, Carmen Salazar, en las labores del hogar y su hermano mayor en la recuperación.
Pero el 8 de diciembre de 2008, ocurrió un hecho del que ella poco ha hablado públicamente y que hoy quiere dar a conocer porque sabe que su mensaje puede ser la señal o el salvavidas que muchas mujeres están esperando; además, su corazón ya sanó y cuenta con mayor sabiduría para transmitir sus palabras.
Ese día estaba en casa de su novio y por razones que ya ni recuerda, empezaron a discutir, lo que se había vuelto muy frecuente porque la relación estaba en un punto en el que, hasta lo más mínimo, era motivo de pelea. Él coleccionaba armas y en medio de su enojo, tomó una de éstas y empezó a disparar, con tan mala suerte que uno de los proyectiles impactó en la espalda de Erica y se alojó en su médula causándole una paraplejia de miembros inferiores. Ella cayó al piso y de inmediato supo que no podría caminar, pues su hermano ya le había contado lo que se sentía en ese instante:
“Al principio esto me confrontaba mucho, entonces yo no hablaba de este asunto. En ese momento yo no conocía tanto de Dios y por eso decía que había sido una bala perdida, para que los curiosos no preguntaran mucho y así yo no entraba en una confrontación espiritual y emocional” explica en una entrevista con la Revista ImPARAbles.
Con el tiempo se acercó más a Dios y sin dudarlo dice que fue gracias a su fe que ha logrado salir adelante. Ahora conoce su propósito y confía en que está en el lugar indicado para cumplirlo: “Lo primero fue haber puesto mi vida en las manos de Dios, llegó un punto en el que yo pensé que me iba a enloquecer sin hacer nada y le dije ‘haz de mi vida lo que tú quieras’ y ahí llegué al Para atletismo. Ahora amo a Dios, conozco a Dios y me encanta hacer lo que él quiera que yo haga con mi vida”.
Erica tiene la convicción de que esta fe la llevó a la aceptación y la paz interna: “gracias a Dios ya superé esta situación y no siento rencor con la persona que hizo esto, aun así, me daba mucha pena tocar este tema, pero ahora lo hago para que las mujeres vean y se concienticen de que uno no puede permitir ese tipo de cosas ni esa falta de respeto”.
“El que conoce a Dios conoce el amor, porque Dios es amor”
Por situaciones como la de ella, ahora más que nunca, es necesario que mensajes como los de Erica lleguen a más personas:
“Yo creo que Dios me puso en esto porque soy yo la que debe llevar este mensaje. La gente cree en mí y me he esforzado por salir adelante en medio de mi discapacidad, sé que no soy la única y que hay muchas víctimas de este tipo de violencia, entonces esto es una voz de aliento que quiero darle a otras mujeres que han pasado por lo mismo o que están en la misma condición, porque conozco muchas mujeres que ahora tienen una discapacidad por situaciones similares.” Teniendo claro que dentro de su propósito es llevar este importante mensaje a más mujeres alrededor del mundo, estos son algunos mensajes claves que Erica Castaño desea compartir con el objetivo de evitar más casos como el de ella.
“El amor propio es fundamental. Yo buscaba en otra persona lo que yo no tenía en mi corazón, pero ese es el mensaje que puedo dejarle a muchas mujeres que ahora están viviendo el mismo maltrato y la misma violencia, el mismo desamor. Eso a veces también lo mata a uno. Cuando aprendí a amarme, a aceptarme y a quererme, ya ningún hombre viene a mi vida a pisotearme. Uno no tiene por qué menospreciarse, no valorarse, no amarse. Cuando uno se acerca a Dios realmente, Dios te devuelve esa verdadera identidad y hace que tú te ames”, asegura Erica.
Además pone al Señor en el centro: “El que conoce a Dios conoce el amor, porque Dios es amor. Entonces cómo no nos vamos a amar nosotros mismos si somos una creación de ese ser que es solo amor. Ahí es cuando uno realmente entiende y no permite que nadie lo pisotee, que nadie le toque un pelo, porque fuimos creados para cosas más lindas. Qué rico que las mujeres entendieran que hay que poner límites, que no hay que permitir que los hombres nos maltraten. Eso también lo deberían entender los hombres que son víctimas de mujeres agresivas. Si están siendo víctima de algún abuso o alguna violencia, apártense de ahí, porque si Dios no entra en el corazón de las dos personas ahí no va a pasar nada bueno. En el mejor de los casos terminan como yo. No se den mala vida”.
Actualmente Erica vive en Cali y cursa una especialización en Marketing Deportivo. Esta ciudad le ha dado todo a nivel deportivo; además, allí conoció al amor de su vida y ya lleva 5 años de matrimonio. Felipe Ortiz, su esposo, también es Para atleta y comparte con Erica la pasión por el lanzamiento, ahora construyen juntos una historia de vida en la que el respeto, el amor y el deporte son protagonistas.
A lo largo de su trayectoria deportiva, Erica ha logrado 4 medallas en campeonatos mundiales y ganó la medalla de oro en lanzamiento de jabalina en los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023.
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