* «Este sacerdote me dio un soplo: ‘Cada día, durante tres meses, dedícale diez minutos a Dios. Verás lo que pasa’. Y es lo que hice, diariamente, por las noches en mi cama. Me dirigía a Dios y lentamente se estableció una cierta intimidad entre los dos. Puedo decir con exactitud que encontré al Señor el último domingo de junio a las doce y media de la noche. Sentí una alegría indecible. No dormí nada esa noche y a la mañana siguiente estaba en una forma deslumbrante»
Vídeo del testimonio de Julien Rouquès en Découvrir Dieu que traduce y edita Mater Mundi TV
Julien Rouquès / Camino Católico.- Julien Rouquès no creía en Dios, pero sí era consciente de la importancia de cerciorarse de su existencia. Así contó en L’1visible la experiencia que le cambió la vida: