* «Tenía la certeza de que durante la operación Dios Hijo me ha estado cogiendo de la mano y me decía: no tengas miedo porque yo estoy aquí, te amo. Después, el doctor me ha comunicado que la operación ha sido todo un éxito y han podido salvar la trompa. Y todo está intacto. No hay señales de adherencias ni endometriosis. Un pequeño milagro de unas manos bendecidas. La paz se gana batallando juntos en manos de Dios. Soy una afortunada de recibir esta bendición y no quiero que nunca me olvide de que soy hija Amada por Dios»