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lunes, 6 de enero de 2025

Papa Francisco en el Ángelus, 6-1-2025: «Reconocer a Jesús, en la Eucaristía, los pobres, los abandonados, los encarcelados y, donando tiempo a Dios y a los demás, convirtiéndonos en signo de esperanza»

* «¿Nos parecemos más a los pastores, que van de prisa a la gruta aquella noche, y a los Magos de Oriente, que parten confiadamente en busca del Hijo de Dios hecho hombre? ¿O somos más como aquellos que, aunque físicamente muy cerca de Él, no abren las puertas de su corazón y de su vida, y permanecen cerrados e insensibles a la presencia de Jesús»     


Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «No olvidemos orar por la paz en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, todos los países que están en guerra, en Myanmar.Aseguro de manera particular mi oración por cuantos sufren a causa de los conflictos en curso. ¡A todos, Jesús, Príncipe de la Paz, trae paz y serenidad!» 

6 de enero de 2025.- (Camino Católico)   “Pidamos a la Virgen María que nos ayude, para que, a imitación de los pastores y de los Reyes Magos, sepamos reconocer a Jesús cerca de nosotros, en la Eucaristía, en los pobres, los abandonados, los encarcelados y, donando un poco de nuestro tiempo y de nuestras energías a Dios y a los demás, podemos encontrar consuelo consolando, podemos encontrar alivio aliviando, podemos encontrar sentido a nuestra existencia convirtiéndonos en signo de esperanza para quienes encontramos”. Es lo que ha subrayado el Papa Francisco antes de rezar la oración del Ángelus ante miles de fieles, en la plaza de San Pedro en la solemnidad de la Epifanía del Señor.

Luego del rezo del Ángelus, el Papa Francisco ha recordado que hoy se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera “que este año tiene como lema ‘Vayan e inviten a todos a la fiesta’” y ha alentado a los pequeños a esforzarse “en la oración y la solidaridad a favor de sus coetáneos de otros continentes”. “Y no olvidemos rezar por la martirizada Ucrania, Palestina, Israel, en todos los países que están en guerra, por Myanmar”, ha añadido el Santo Padre.

Hoy la Iglesia celebra la manifestación de Jesús, y el Evangelio se centra en los Magos, que tras un largo viaje llegan a Jerusalén para adorar al Rey de los judíos, guiados por la estrella. Con estas palabras el Papa Francisco ha inciado su alocución.

El Santo Padre ha invitado a prestar atención a un hecho "un poco extraño": mientras aquellos Reyes Magos vienen de lejos para encontrar a Jesús, los que están cerca no dan un paso hacia la gruta de Belén".

"Atraídos y guiados por la estrella, los Magos afrontan enormes gastos, ofrecen su tiempo y aceptan los riesgos e incertidumbres que nunca faltaban en aquellos días. Sin embargo, superan todas las dificultades para llegar a ver al Rey Mesías.

Ellos saben, afirma el Pontífice que está sucediendo algo único en la historia de la humanidad y no quieren faltar a la cita. “En cambio, los que viven en Jerusalén, que deberían ser los más felices y los más dispuestos a llegar pronto, se quedan quietos”.

El Papa explica que los sacerdotes y teólogos interpretan correctamente las Sagradas Escrituraa, porque estos dan indicaciones a los Magos sobre dónde encontrar al Mesías, pero no se mueven de sus «cátedras». Están satisfechos con lo que tienen y no emprenden la búsqueda, no creen que merezca la pena salir de Jerusalén, acompañar a los Magos hasta Belén, aunque sólo sean unos pocos kilómetros.

"¿A qué categoría pertenecemos hoy?"

De allí la invitación de Francisco a reflexionar sobre estas dos actitudes, "¿a qué categoría pertenecemos hoy?". “¿Nos parecemos más a los pastores, que van de prisa a la gruta aquella noche, y a los Magos de Oriente, que parten confiadamente en busca del Hijo de Dios hecho hombre? ¿O somos más como aquellos que, aunque físicamente muy cerca de Él, no abren las puertas de su corazón y de su vida, y permanecen cerrados e insensibles a la presencia de Jesús?”

Al afirmar que Dios vino a nuestro encuentro, salvó por amor la inmensa distancia que lo separaba de nosotros, fue «nacido de mujer», pequeño y necesitado de todo, Francisco plantea nuevas preguntas:  “¿Y nosotros? ¿Salimos a su encuentro, intentamos conocerlo, o seguimos nuestro camino, como si nada?”

La historia del “cuarto Rey Mago”

El Papa ha contado: “Según una historia, un cuarto Rey Mago llega tarde a Jerusalén, justo a la crucifixión de Jesús –es una bella historia esta, no es histórica pero es una bella historia –porque se ha detenido en el camino ayudando a los necesitados, dando dones preciosos que había llevado para Jesús”.

“Al final se encontró a un viejo que le dijo ‘en verdad te digo, todo lo que has hecho por los últimos de nosotros hermanos, lo has hecho por mí’. El Señor sabe todo lo que hemos hecho por los otros”, resaltó el Santo Padre.

Aunque la Biblia no menciona a un “cuarto Rey Mago”, según un relato de 1896 de Henry Van Dyke titulado “El Rey Mago que nunca llegó” este se llamaba Artabán, y no pudo ir a Belén con Melchor, Gaspar y Baltazar –nombres que tampoco están en las Sagradas Escrituras, pero que habrían aparecido en un mosaico del siglo VI en una iglesia en Rávena (Italia)– para adorar al Niño Jesús, porque se detuvo a ayudar a los necesitados, incluso a un inocente que iba a ser asesinado por los soldados de Herodes, y sólo pudo reiniciar la marcha después de 30 años, tras haber sufrido prisión.

El Papa reza por la paz y por quienes sufren a causa de la guerra

“No olvidemos orar por la paz en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, todos los países que están en guerra, en Myanmar”.

Los nombres de los países que sufren a causa de los conflictos están ahora impresos en el corazón del Papa, que no pierde ocasión para relanzar su grito y el de toda la Iglesia para que se alcance la paz. Incluso en el Ángelus repite el llamamiento a orar y, por tanto, a contribuir para que esto se pueda realizar, y lo hace también dirigiéndose a las comunidades eclesiales de Oriente que mañana celebran la Santa Navidad.

“Aseguro de manera particular mi oración por cuantos sufren a causa de los conflictos en curso. ¡A todos, Jesús, Príncipe de la Paz, trae paz y serenidad!”

La invitación a orar se extiende también a los niños y jóvenes que hoy celebran la Epifanía, Jornada Mundial de las Misiones Infantiles sobre el tema: "Vayan e inviten a todos a la fiesta".

“Saludo a los niños y jóvenes misioneros de todo el mundo y los aliento en su compromiso de oración y solidaridad en favor de sus compañeros de otros continentes”.

Finalmente, un saludo a los participantes en la procesión histórico-folclórica del Municipio de Amelia y a los pueblos vecinos, a los fieles de Massafra, a los jóvenes del Movimiento "Tra Noi", a los "Amigos de la historia y de las tradiciones" de Carovilli y el Coro Soriano de Cimino. Un pensamiento especial para la gran "Procesión de los Reyes Magos" en Polonia, "que con esta iniciativa - dice el Papa - dan testimonio de la fe en las iglesias y en las calles de Varsovia y de muchas ciudades polacas, pero también en el extranjero, incluso aquí en Roma.”.


Oración del Ángelus:

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Fotos: Vatican Media, 6-1-2025


NOTICIA PENDIENTE DE ACTUALIZACIÓN CON EL TEXTO COMPLETO DE LAS PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

Santa Misa, presidida por el Papa Francisco, de hoy, lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor, 6-1-2025


Foto: Vatican Media, 6-1-2025

6 de enero de 2025.- (Camino Católico)  En la Solemnidad de la Epifanía del Señor  el Papa ha presidido la Santa Misa en la Basílica de San Pedro. En su homilía, Francisco subraya que Dios vino al mundo para encontrarse con hombres y mujeres de todas las etnias y lenguas y que nos llama a "prohibir cualquier forma de selección, marginación y despilfarro de las personas." El Pontífice insta a la fraternidad y a ser luz y signo de esperanza para los demás y añade: "Dios no se revela a círculos exclusivos ni a unos pocos privilegiados", vino para todos En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.

Agustín Giménez, profesor de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso: «Los Reyes Magos vieron algo sobrenatural, una estrella que Dios hace aparecer cuando nace Jesús»


Agustín Giménez, profesor de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso

* «La estrella de Belén era sobrenatural, especial, porque permanecía fija en el horizonte, algo que no ocurre con los cuerpos celestes habituales. Esto les permitió seguir un camino concreto hacia el lugar donde estaba el Niño Jesús» 

Vídeo de 13 TV en el que Agustín Giménez, profesor de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, cuenta la historia de los Reyes Magos, su conexión con el cielo y su encuentro con el Niño Jesús

Camino Católico.-  En la víspera de la llegada de los Reyes Magos, la ilusión llena los hogares de millones de personas. Los preparativos están en marcha, los niños ya han enviado sus cartas y las familias recuerdan una tradición que va más allá de los regalos. El sacerdote y profesor de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, Agustín Giménez, ha explicado en ‘Ecclesia es Domingo’ de 13 TV  la historia de los Reyes Magos, su conexión con el cielo y su encuentro con el Niño Jesús. 

Según Giménez, los llamados Reyes Magos no eran ni monarcas ni hechiceros, sino astrónomos expertos. "Eran, sobre todo, sabios del Oriente que estudiaban las estrellas. En la antigüedad era fundamental la contemplación del cielo. Además, no había series que ver por la noche… Lo que había era un cielo maravilloso y supermisterioso”. Provenían de culturas como la Caldea, donde la observación del cielo era fundamental: “Ellos conocían cada constelación y estrella por su nombre. Detectaron algo extraordinario: una nueva estrella que anunciaba el nacimiento del Mesías”.

¿Qué vieron exactamente estos sabios en el cielo? 

Giménez ha explicado que el fenómeno no puede atribuirse a ningún evento natural conocido: ”Los anales de los caldeos y los chinos documentan eventos astronómicos que los magos conocían. Por su capacidad de observación y cálculos precisos, sabían que estaban ante algo único”. En este sentido, ha añadido que ”no fue un cometa, una nova, ni una conjunción planetaria. La estrella de Belén era sobrenatural”. Sin embargo, fenómenos previos entre los años 12 y 2 a.C., como la aparición del cometa Halley, una nova visible durante 70 días y una sextuple conjunción de Júpiter con Venus y la estrella Regulus, prepararon a los magos para reconocer la señal definitiva.

"La estrella de Belén era especial porque permanecía fija en el horizonte, algo que no ocurre con los cuerpos celestes habituales. Esto les permitió seguir un camino concreto hacia el lugar donde estaba el Niño Jesús", ha señalado el profesor.


"No es un fenómeno natural"

Según estudios recientes que han publicado junto a otros investigadores, el nacimiento de Jesús y la aparición de la estrella de Belén coincidirían con el 25 de Quisleu del 1 a.C., que corresponde a la festividad de la Janucá en el calendario judío: “No es un fenómeno natural, es una estrella que Dios hace aparecer en el cielo en el momento en el que nace Jesús”.

Agustín también ha destacado la relación entre las señales astronómicas y las profecías bíblicas como la de "Júpiter, que protagonizó seis conjunciones previas al nacimiento, era identificado en la tradición judía como la estrella mesiánica”. Además, señaló que estas conjunciones ocurrieron con Regulus, la estrella más brillante de la constelación de Leo. "Regulus significa ‘rey pequeño’, lo que reforzó la asociación con un futuro rey".

Otro detalle es que Júpiter, debido a su movimiento retrógrado, permaneció nueve meses en la constelación de Virgo: "Esto encajaba perfectamente con la profecía de Isaías 7:14, que anunciaba que el Mesías nacería de una virgen. Los magos no solo observaron el cielo; también comprendían el significado detrás de estos eventos".

"Las cosas importantes, el cielo siempre las bendice"

La tradición de los regalos, según Giménez, es una extensión del gesto de los magos hacia el Niño Jesús. El oro, el incienso y la mirra eran presentes cargados de simbolismo: oro por su realeza, incienso por su divinidad y mirra como prefiguración de su sacrificio. Hoy, esos regalos se traducen en obsequios como un reflejo del amor de Dios: “Las cosas importantes, el cielo siempre las bendice. A los niños Dios les bendice con su amor, con la entrega del Niño Jesús y con regalos como le hicieron a Él, para que puedan ser todavía mejores. A los niños les multiplica esa bondad”.

Homilía del P. Antonio Fernández y lecturas de la Misa de hoy, lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor, 6-1-2025

6 de enero de 2025.- (Camino Católico) Homilía del P. Antonio Fernández y lecturas de la Santa Misa de hoy, lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid. 

Santa Misa de hoy, lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor, 6-1-2025



6 de enero de 2025.- (Camino Católico) Celebración de la Santa Misa de hoy, lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor, presidida por el P. Antonio Fernández, emitida por 13 TV desde la Basílica de la Concepción de Madrid.

Misterios Gozosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 6-1-2025

6 de enero de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gozosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 6/1/2025: «Venimos a adorar al Rey» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 6 de enero de 2025, lunes, solemnidad de la Epifanía del Señor, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Mateo 2, 1-12:

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:

«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y, venimos a adorarlo».

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron:

«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:

“Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”».

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:

«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.

Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Homilía del evangelio de la Epifanía del Señor: El testimonio de los Magos de Oriente nos invita a acallar nuestras pasiones para poder escuchar la voz de Dios que, a través de sus signos, nos llama hacia sí / Por P. José María Prats

 


* «El encuentro con Jesucristo y la vida vivida a partir de ese momento como relación vivificante con Él, convirtieron a los Magos en hombres nuevos, en místicos; y sus caminos no volvieron a ser nunca más los de antes. De hecho, dejaron de ser “sus caminos” para convertirse en los caminos de Dios. Que Dios nos conceda caminar siempre por estos caminos para poder un día contemplar nuevamente a este Niño, resucitado y glorioso, en el banquete eterno que ha preparado para los que le aman»

Epifanía del Señor

Isaías 60, 1-6  /  Salmo 71  /  Efesios 3, 2-3a.5-6  / San Mateo 2, 1-12 

P. José María Prats / Camino Católico.-  La historia de los Magos de Oriente que narra el evangelio de hoy es una historia preciosa que nos habla de las etapas de la vida espiritual que nos llevan hasta el encuentro personal con Jesucristo. Veamos cuáles son estas etapas y el significado de cada una de ellas.

Primera etapa: La búsqueda de Dios a través de sus signos

Todo en la vida espiritual tiene su origen en Dios. Podemos amar a Dios «porque Él nos amó primero» (1 Jn 4,19), podemos salir en su busca porque Él «se ha hecho el encontradizo» (Is 65,1). «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre» ‒dice Jesús (Jn 6,44). Dios nos atrae continuamente hacia Jesucristo a través de multitud de signos: la experiencia del amor y del sufrimiento, las palabras y el testimonio de otras personas, el deseo espontáneo de dar sentido a nuestra vida... Pero a menudo, prisioneros de nuestras comodidades, pasiones y proyectos, somos incapaces de reconocer estos signos y de ponernos en camino hacia Cristo.

El signo de una estrella  ‒visible para todos‒ apareció en el cielo indicando el nacimiento del Rey de los judíos, pero sólo unos Magos de Oriente supieron reconocerlo y ponerse en camino hacia Él. Eran hombres puros, apasionados por la verdad y dispuestos a abandonarlo todo para salir en su búsqueda. Su testimonio nos invita a acallar nuestras pasiones para poder escuchar la voz de Dios que, a través de sus signos, nos llama hacia sí.

Segunda etapa: El encuentro con el Pueblo de Dios

La estrella llevó a los Magos a Jerusalén. Jerusalén representa al Pueblo de Dios, a la Iglesia. Aunque a algunos les pese, no se puede llegar a Cristo sin pasar por la Iglesia. Ella custodia la palabra que Dios ha dado a su Pueblo y que nos guía en nuestro caminar hacia Él. Por las Escrituras, los Magos supieron el camino, supieron que debían dirigirse hacia Belén.

Esta parada de los Magos en Jerusalén nos advierte de la importancia de conocer las Sagradas Escrituras y las riquezas con que el Espíritu Santo ha ido adornando a su Iglesia a lo largo de los siglos: los escritos de los Padres, la experiencia espiritual de los santos, el testimonio de los mártires... Caminamos hacia Cristo acompañados, guiados y alimentados por la Iglesia.

Pero esta etapa nos presenta también el lado oscuro y la infidelidad del Pueblo de Dios. Dice el evangelio que toda Jerusalén se sobresaltó con la llegada de los Magos. Ellos conocían la palabra de Dios pero no querían cumplirla, indicaron a los Magos dónde tenía que nacer el Mesías pero no quisieron ponerse en camino con ellos. El sobresalto de Jerusalén es la vergüenza y la zozobra de quien ha claudicado en el empeño de vivir en la verdad y ve llegar a los buscadores de Dios que no se han dejado vencer por el mundo y caminan gozosos hacia su eterna bienaventuranza.

Y nosotros, ¿qué hemos hecho del tesoro de nuestra fe? ¿Es fuente permanente de dinamismo hacia Cristo o la hemos aguado y domesticado para seguir nuestros caminos con la conciencia tranquila?

Tercera etapa: La noche oscura

El relato da a entender que al salir de Jerusalén los Magos no podían ver la estrella o ésta no los guiaba, pues «de pronto comenzó a guiarlos ... y al verla se llenaron de inmensa alegría». Una vez que Dios nos ha dado a conocer su palabra y nos ha mostrado el camino hacia sí, nos hace vivir lo que los místicos han llamado «la noche oscura del alma», unos períodos –a veces muy prolongados– en los que experimentamos una gran aridez espiritual, como si Dios hubiera desaparecido dejándonos desamparados. Son tiempos de prueba, de purificación y crecimiento, tiempos de lucha tenaz y constante contra el poder del mal, representado en esta historia por el Rey Herodes que intenta convertir el camino de los Magos hacia la vida en un camino de muerte.

Cuarta etapa: El camino hasta la cueva de Belén

«De pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño» y «al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría». En el momento menos pensado, después de haber sido probados y purificados por la noche oscura, vuelven a aparecer –y ahora con mucha mayor intensidad y nitidez– la luz y la fuerza con que Dios nos llamó en un principio. Y esto nos llena de una inmensa alegría, porque comprendemos que la prueba tenía un sentido y que Dios –que parecía ausente– estaba amándonos y purificándonos de nuestra mundanidad. La luz que un día nos puso en camino, se manifiesta ahora como efusión del Espíritu Santo que nos lleva hasta el encuentro personal e íntimo con Jesucristo, a quien antes conocíamos sólo de oídas y ahora conocemos por propia experiencia personal.

Quinta etapa: El encuentro con Jesucristo

«Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.» Después de ver signos en el cielo, de escuchar profecías antiquísimas sobre el Mesías en Jerusalén y de haber recorrido un camino tan largo, ¿no esperaríamos una manifestación grandiosa y deslumbrante de la gloria de Dios? Nosotros sí, pero los Magos no, porque la noche oscura les había hecho comprender que el poder y la gloria no se encuentran en la opulencia ni en lo que es grande y precioso a los ojos del mundo, sino en el don de Dios que se manifiesta de forma humilde, callada y escondida. Por eso, al ver al Niño con su madre, cayeron de rodillas, confesándole con sus regalos como rey y como Dios y hombre verdadero: oro por su realeza, incienso por su divinidad y mirra por su condición de verdadero hombre mortal.

Sexta etapa: La vida mística

«Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino». El encuentro con Jesucristo y la vida vivida a partir de ese momento como relación vivificante con Él, convirtieron a los Magos en hombres nuevos, en místicos; y sus caminos no volvieron a ser nunca más los de antes. De hecho, dejaron de ser “sus caminos” para convertirse en los caminos de Dios. Como dice Jesús a Pedro: «En verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras» (Jn 21,18). Y estos nuevos caminos –los caminos de Dios– son ahora inaccesibles a las fuerzas del mal, a las ansias de poder y a los designios de muerte del rey Herodes.

Que Dios nos conceda caminar siempre por estos caminos para poder un día contemplar nuevamente a este Niño, resucitado y glorioso, en el banquete eterno que ha preparado para los que le aman.

P. José María Prats


Evangelio

Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: 

«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle». 

En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: 

«En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel’».

Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: 

«Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle».

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al Niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.

San Mateo 2, 1-12

Los Magos, hombres sabios, al ver al Niño lo adoraron descubriendo en el pequeño el Camino, la Verdad y la Vida / Por P. Carlos García Malo