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domingo, 12 de enero de 2025

Papa Francisco en el Ángelus, 12-1-2025: «El bautismo del Señor nos hace contemplar el rostro y la voz de Dios; preguntémonos: ¿Me siento amado y acompañado por Dios y escucho su voz?»

* «Os hago una pregunta: ¿cada uno de nosotros recuerda la fecha de su bautizo? ¡Esto es muy importante! Piensa: ¿en qué día fui bautizado o bautizada? Y si no lo recordamos, al llegar a casa, preguntamos a los padres, a los padrinos la fecha del bautizo. Y celebramos en esa fecha como un nuevo cumpleaños: la del nacimiento en el Espíritu de Dios» 

    

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Estoy cerca de los habitantes del Condado de Los Ángeles, California, donde en los días pasados se han producido incendios devastadores. Rezo por todos vosotros. Y no dejemos de rezar por la paz. No olvidemos que la guerra es siempre una derrota» 

12 de enero de 2025.- (Camino Católico)   En el Ángelus de la fiesta del Bautismo de Jesús, Francisco reflexiona sobre el significado del sacramento: la conciencia de ser hijos amados. A continuación, invitó a recordar la fecha del proprio bautismo, celebrándolo como el día en que “hemos renacido a la vida nueva”. 

La fiesta de hoy nos hace contemplar el rostro y la voz de Dios, que se manifiestan en la humanidad de Jesús. Y entonces preguntémonos ¿nos sentimos amados? ¿Yo me siento amado y acompañado por Dios o pienso que Dios está distante de mí? ¿Somos capaces de reconocer su rostro en Jesús y en los hermanos? ¿Y estamos acostumbrados a escuchar su voz?”, ha planteado el Papa Francisco ante miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro
Domingo, 12 de enero de 2025

¡Queridos hermanos y hermanas, feliz domingo!

La fiesta del Bautismo de Jesús, que hoy celebramos, nos hace pensar en muchas cosas, también en nuestro bautismo. Jesús se une a su pueblo, que va a recibir el bautismo para el perdón de los pecados. Me gusta recordar las palabras de un himno de la liturgia de hoy: Jesús va para que Juan le bautice “con el alma desnuda y los pies desnudos”.

Y cuando Jesús recibe el bautismo se manifiesta el Espíritu y tiene lugar la Epifanía de Dios, que revela su rostro en el Hijo y hace escuchar su voz que dice: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección» (v. 22). El rostro y la voz.

En primer lugar el rostro. En el revelarse Padre a través del Hijo, Dios establece un lugar privilegiado para entrar en diálogo y en comunión con la humanidad. Es el rostro del Hijo amado.

En segundo lugar la voz: «Tú eres mi Hijo muy querido» (v. 22). Este es otro signo que acompaña la revelación de Jesús.

Queridos hermanos y hermanas, la fiesta de hoy nos hace contemplar el rostro y la voz de Dios, que se manifiestan en la humanidad de Jesús. Y entonces preguntémonos ¿nos sentimos amados? ¿Yo me siento amado y acompañado por Dios o pienso que Dios está distante de mí? ¿Somos capaces de reconocer su rostro en Jesús y en los hermanos? ¿Y estamos acostumbrados a escuchar su voz?

Os hago una pregunta: ¿cada uno de nosotros recuerda la fecha de su bautizo? ¡Esto es muy importante! Piensa: ¿en qué día fui bautizado o bautizada? Y si no lo recordamos, al llegar a casa, preguntamos a los padres, a los padrinos la fecha del bautizo. Y celebramos en esa fecha como un nuevo cumpleaños: la del nacimiento en el Espíritu de Dios. ¡No lo olvidéis! Este es un trabajo para hacer en casa: la fecha de mi bautizo.

Encomendémonos a la Virgen María, invocando de Ella la ayuda. ¡Y no olvidéis la fecha del bautizo!

Oración del Ángelus:                         


Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Estoy cerca de los habitantes del Condado de Los Ángeles, California, donde en los días pasados se han producido incendios devastadores. Rezo por todos vosotros.


Esta mañana he tenido la alegría de bautizar algunos recién nacidos, hijos de trabajadores de la Santa Sede y de la Guardia Suiza. Rezamos por ellos, por sus familias. Y quisiera pedir al Señor, por todas las parejas jóvenes, que tengan la alegría de acoger el don de los hijos y de llevarles al bautismo.


En la Basílica de San Juan de Letrán, esta mañana ha sido beatificado don Giovanni Merlini, sacerdote de los Misioneros de la Preciosísima Sangre. Dedicado a las misiones con el pueblo, fue consejero prudente de muchas almas y mensajero de paz. Invocamos también su intercesión mientras rezamos por la paz en Ucrania, en Oriente Medio y en todo el mundo. ¡Un aplauso al nuevo beato!


Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos, en particular a los estudiantes de Olivenza, en España, y a los miembros de la Familia de los Discípulos con los laicos que trabajan en las casas de la Obra de Padre Semeria y Padre Minozzi.


Y no dejemos de rezar por la paz. No olvidemos que la guerra es siempre una derrota. A todos os deseo un feliz domingo. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!



Francisco


Fotos: Vatican Media, 12-1-2025


Santa Misa, presidida por el Papa Francisco, de hoy, domingo, Fiesta del Bautismo del Señor, con el bautismo de 21 hijos de empleados del Vaticano, 12-1-2025

12 de enero de 2025.- (Vatican News / Camino Católico)  El Papa Francisco ha presidido este domingo la Santa Misa de la Fiesta del Bautismo del Señor, en la Capilla Sixtina, donde ha bautizado a 21 hijos de empleados del Vaticano. «Hoy mandan ellos», dice al inicio de la celebración refiriéndose a los pequeños, «y nosotros debemos servirles con el Sacramento, con la oración.» Luego la habitual recomendación a las madres de amamantarlos, si tienen hambre, y cambiarlos, si tienen calor. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.

“Hoy cada uno de ustedes, padres, y la Iglesia misma, entregan el don más grande, el don de la fe a los niños”, ha afirmado Francisco.


Con las manos temblorosas por la emoción, los padres se acercan al Papa para que sus hijos reciban la señal de la cruz en la frente. Algunos patalean, otros están más tranquilos. Francisco acoge a todos con una sonrisa y, si hay un hermanito o hermanita, les hace marcar al bautizado en la frente.



Entrando en el corazón de la celebración, las voces de la Schola Cantorum suenan para los pequeños casi como una nana, arrullando el plácido sueño de algunos de ellos. De hecho, son pocos los lamentos que sirven de fondo a la liturgia de la Palabra. Igualmente esenciales, según la tradición, son las palabras pronunciadas por el Papa en su homilía -para no «cansar» a los pequeños, había dicho en celebraciones anteriores-. «Que crezcan en la fe», es el deseo de Francisco,  para que los pequeños vivan «una verdadera humanidad, en la alegría de la familia». El Papa ha hecho esta exhortación y no ha predicado homilía.



La misa continúa siguiendo los ritos de las celebraciones bautismales. Los concelebrantes, el cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, y el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, marcan el pecho de cada niño bautizado con el óleo de los catecúmenos. A continuación, Francisco imparte el Bautismo, bañando la cabeza de cada pequeño -acompañado de padres, padrinos y madrinas- con el agua bendita. La celebración continúa con el rito de la unción con el santo crisma. El cardenal Krajewski acompaña la señal sobre la cabeza de cada bautizado con una caricia. El Cardenal Vérgez Alzaga entrega la túnica blanca, mientras que cada padre tiene la tarea de encender su propia vela en la llama del cirio pascual.


“Y lleven siempre esta luz con ustedes, a su casa, como recuerdo de este día. Y cuando haya algún problema, alguna dificultad, enciendan la luz para pedir al Señor la Gracia, para tu familia”



También se realiza el rito de «Effata», del "ábrete", que retoma el episodio del Evangelio de Marcos en el que Jesús cura a un sordomudo. Los dos cardenales tocan, con sus pulgares, las orejas y los labios de los niños bautizados. Al final de la celebración, el Papa saluda a las familias de los bautizados: intercambia unas palabras y entrega un regalo a cada una de ellas. La impartición del Bautismo a los hijos de los empleados del Vaticano forma parte de una tradición instaurada en 1981 por Juan Pablo II, con un único cambio: los dos primeros años los bautizos tuvieron lugar en la Capilla Paulina, desde 1983 y hasta este año, en la Capilla Sixtina.





Fotos: Vatican Media, 12-1-2025

Homilía de Mons. Luis Ángel de las Heras, obispo de León, y lecturas de la Misa de hoy, domingo, Fiesta del Bautismo del Señor, 12-1-2025

12 de enero de 2025.-  (Camino Católico) Homilía de  Mons. Luis Ángel de las Heras, CMF, obispo de León, y lecturas de la Misa de hoy, domingo, Fiesta del Bautismo del Señor, emitida por 13 TV desde la Catedral de León.

Santa Misa de hoy, domingo, Fiesta del Bautismo del Señor, en la catedral de León, 12-1-2025

2 de enero de 2025.-  (Camino Católico)  Celebración de la Santa Misa de hoy, domingo, Fiesta del Bautismo del Señor, presidida por Mons. Luis Ángel de las Heras, CMF, obispo de León, emitida por 13 TV desde la Catedral de León.

Misterios Gloriosos del Santo Rosario desde el Santuario de Lourdes, 12-1-2025

12 de enero de 2025.- (Camino Católico).- Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario, correspondientes a hoy domingo, desde la Gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes, en el que se intercede por el mundo entero.

Palabra de Vida 12/1/2025: «Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos» / Por P. Jesús Higueras

Camino Católico.- Espacio «Palabra de Vida» de 13 TV del 12 de enero de 2025, domingo, Fiesta del Bautismo del Señor, presentado por el padre Jesús Higueras en el que comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Lucas 3, 15-16.21-22:

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:

“Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino una voz del cielo:

“Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”.

Homilía del evangelio del domingo: En la Fiesta Bautismo de Jesús reflexionemos: ¿por qué bautizar a los niños de pequeños y no esperar a que sean mayores y decidan por sí mismos libremente? / Por Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

 

«En el caso de quien descuida recibir el bautismo sólo por pereza o indiferencia, aun advirtiendo quizá, en el fondo de su conciencia, su importancia y necesidad, conserva toda su seriedad la palabra de Jesús: sólo "quien crea y sea bautizado, se salvará" (Cf. Mc 16,16). Cada vez hay más personas en nuestra sociedad que por diversos motivos no han sido bautizadas en la niñez. Existe el riesgo de que crezcan y nadie decida ya nada, ni en un sentido ni en otro. Los padres no se ocupan más de ello porque ya, piensan, no es su tarea; los hijos, porque tienen otras cosas en qué pensar, y también porque no ha entrado aún en la mentalidad común que una persona deba tomar, ella misma, la iniciativa de bautizarse»

Redescubrir el propio bautismo 

El Bautismo del Señor

Isaías 42,1-4.6-7  /  Salmo 28  /  Hechos 10, 34-38  / San Lucas 3, 15-16.21-22

Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap. / Camino Católico.- "En aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco” (Lc 3, 21-22).

¿Es que tal vez Jesús necesitaba, también Él, ser bautizado como nosotros? Ciertamente no. Él quiso, con aquel gesto, mostrar que se había hecho uno de nosotros en todo. Sobre todo quería poner término al bautismo de "agua" e inaugurar el "de Espíritu". En el Jordán no fue el agua la que santificó a Jesús, sino Jesús quien santificó el agua. No sólo el agua del Jordán, sino la de todos los baptisterios del mundo. 

La fiesta del Bautismo de Jesús es la ocasión anual para reflexionar sobre nuestro bautismo. Una pregunta que frecuentemente la gente se plantea acerca del bautismo es: ¿por qué bautizar a los niños de pequeños? ¿Por qué no esperar a que sean mayores y decidan por sí mismos libremente? Es una cuestión seria, pero puede ocultar un engaño. Al procrear un hijo y darle la vida, ¿es que los padres le piden antes permiso? Convencidos de que la vida es un don inmenso, suponen justamente que el niño un día les estará agradecido por ello. No se pide permiso a una persona cuando se trata de darle un don, y el bautismo es esencialmente esto: el don de la vida dado al hombre por los méritos de Cristo. 

Cierto; todo esto supone que los padres sean ellos mismos creyentes y tengan intención de ayudar al niño a desarrollar el don de la fe. La Iglesia les reconoce una competencia decisiva en este campo y no quiere que un niño sea bautizado contra la voluntad de ellos. 

Nadie, por lo demás, dice hoy que, por el sencillo hecho de no estar bautizado, uno será condenado e irá al infierno. Los niños fallecidos sin bautismo, así como las personas que han vivido, sin culpa suya, fuera de la Iglesia, pueden salvarse (estas últimas, se entiende, si viven según los dictados de su propia conciencia). Olvidemos la idea del limbo como el lugar sin alegría y sin tristeza en el que acabarían los niños no bautizados. La suerte de los niños no bautizados no es diferente a la de los Santos Inocentes que hemos celebrado justo después de Navidad. El motivo de ello es que Dios es amor y "quiere que todos se salven", ¡y Cristo murió también por ellos!

Distinto es, en cambio, el caso de quien descuida recibir el bautismo sólo por pereza o indiferencia, aun advirtiendo quizá, en el fondo de su conciencia, su importancia y necesidad. En este caso conserva toda su seriedad la palabra de Jesús: sólo "quien crea y sea bautizado, se salvará" (Cf. Mc 16,16). Cada vez hay más personas en nuestra sociedad que por diversos motivos no han sido bautizadas en la niñez. Existe el riesgo de que crezcan y nadie decida ya nada, ni en un sentido ni en otro. Los padres no se ocupan más de ello porque ya, piensan, no es su tarea; los hijos, porque tienen otras cosas en qué pensar, y también porque no ha entrado aún en la mentalidad común que una persona deba tomar, ella misma, la iniciativa de bautizarse. 

Para salir al encuentro de esta situación, la Iglesia da mucha importancia actualmente a la llamada "iniciación cristiana de los adultos". Ésta ofrece al joven o al adulto sin bautizar la ocasión de formarse, prepararse y decidir con toda libertad. Es necesario superar la idea de que el bautismo es algo sólo para niños. El bautismo expresa su significado pleno precisamente cuando es querido y decidido personalmente, como una adhesión libre y consciente a Cristo y a su Iglesia, si bien no hay que desconocer en absoluto la validez y el don que representa estar bautizados desde niños, por los motivos que he explicado más arriba. Personalmente estoy agradecido a mis padres por haberme hecho bautizar en los primeros días de vida. ¡No es lo mismo vivir la infancia y la juventud con la gracia santificante que sin ella!

Cardenal Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

 


Evangelio

En aquel tiempo, como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo:

«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego».

Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: 

«Tú eres mi hijo; el Amado, en ti me he complacido».

San Lucas 3, 15-16.21-22

Homilía del evangelio del domingo: El Bautismo del Señor nos recuerda que la reconstrucción del Templo de Dios, que es la Iglesia, será fruto de la acción en nosotros del Espíritu Santo / Por P. José María Prats

* «El Señor ha seguido y sigue bautizando con su Espíritu cada vez que la Iglesia celebra los sacramentos del bautismo y la confirmación, y hoy hay en el mundo occidental cientos de millones de personas bautizadas y confirmadas. Sin embargo, ¿cómo es que en general se ve tan poco ardor misionero? Creo que la respuesta es que en muchísimos de estos bautizados el Espíritu Santo está casi apagado, bloqueado en su dinamismo por las estructuras de la cultura actual»

El Bautismo del Señor

Isaías 42,1-4.6-7  /  Salmo 28  /  Hechos 10, 34-38  / San Lucas 3, 15-16.21-22

P. José María Prats / Camino Católico.- En este tiempo en que se habla tanto de la necesidad de una nueva evangelización, la fiesta de hoy nos recuerda que el origen de la evangelización se encuentra precisamente en el Bautismo del Señor. Allí Jesús fue ungido en su humanidad con el Espíritu Santo, que despertó en Él una viva conciencia de su filiación divina y le capacitó e impulsó en su misión de anunciar y establecer el Reino de Dios: «ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo» -hemos leído en los Hechos de los Apóstoles.

Y tras su muerte y resurrección, bautizó a sus discípulos el día de Pentecostés derramando sobre ellos el mismo Espíritu que había recibido en el Jordán para que continuaran el anuncio y la implantación del Reino de Dios en su nombre. Vemos entonces nacer a la Iglesia con un ímpetu misionero tan extraordinario que un pequeño grupo de personas fue capaz de llevar en muy poco tiempo el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra.

El Señor ha seguido y sigue bautizando con su Espíritu cada vez que la Iglesia celebra los sacramentos del bautismo y la confirmación, y hoy hay en el mundo occidental cientos de millones de personas bautizadas y confirmadas. Sin embargo, ¿cómo es que en general se ve tan poco ardor misionero?

Creo que la respuesta es que en muchísimos de estos bautizados el Espíritu Santo está casi apagado, bloqueado en su dinamismo por las estructuras de la cultura actual.

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra muy claramente cuál es el dinamismo natural del Espíritu: «Los que habían sido bautizados perseveraban en la enseñanza de los apóstoles y en la unión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones ... Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común ... alababan a Dios...» (Hch 2,42-47).

Este dinamismo encuentra hoy serias dificultades para desplegarse: La oración, por ejemplo, que es como la respiración y el gemido del Espíritu, resulta muy difícil en el contexto de un estilo de vida que promueve la dispersión. La enseñanza de los apóstoles queda prácticamente anulada por el machaqueo constante de las doctrinas políticamente correctas, y la unión fraterna, que es el ámbito natural donde el Espíritu de amor y de unidad puede moverse y actuar, es difícil de vivir en una sociedad cada vez más fragmentada y anónima.

La gran intuición de muchos de los nuevos movimientos de renovación eclesial nacidos entorno al Concilio Vaticano II como reacción a esta situación ha sido precisamente la de regresar al inicio, a la raíz de la vida cristiana: revivir significativamente la experiencia del bautismo y proporcionar a continuación el apoyo, los medios y el entorno necesarios para que esta experiencia pueda fructificar. Como en los tiempos apostólicos hay que empezar zarandeando las mentes y los corazones con la potencia del kerigma para romper las ataduras del Espíritu y que éste pueda salir de su encierro y proclamar con voz potente que «Jesús es el Señor». A continuación hay que integrar a estas personas en comunidades donde se viva el amor y la unión fraterna de forma real y concreta, donde se encuentre apoyo y aliento para conocer y vivir cada vez más perfectamente la enseñanza de los apóstoles y donde la oración, la alabanza y la fracción del pan (que designa en la Biblia a la eucaristía) sean el alimento y la expresión natural y espontánea de la identidad de la comunidad.

La fiesta de hoy nos recuerda que la reconstrucción del Templo de Dios, que es la Iglesia, no será el fruto de hábiles estrategias y medios poderosos sino de la acción en nosotros del Espíritu que Jesús recibe hoy en el Jordán. Así se lo advirtió el Señor a Zorobabel durante la reconstrucción del Templo de Jerusalén: «No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu» (Zac 4,6).

P. José María Prats

 


Evangelio

En aquel tiempo, como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos, diciendo:

«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego».

Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre Él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: 

«Tú eres mi hijo; el Amado, en ti me he complacido».

San Lucas 3, 15-16.21-22 

Jesús, al ser bautizado, nos muestra el camino hacia la reconciliación con Dios y la necesidad del Espíritu Santo para enfrentarnos, con la gracia, a los retos de cada día y vivir en santidad / Por P. Carlos García Malo