
En agosto del año 2002, George Cardinal Pell fue acusado por un menor de 12 años de abuso sexual. Pell abandonó voluntariamente la sede episcopal hasta el esclarecimiento de la cuestión. Tiempo después, el acusador confesó la calumnia y las aguas volvieron a su cauce, haciendo buenas, eso sí, las palabras del refrán "calumnia que algo queda".
Fue un tiempo de tribulación para el cardenal. Durante ese tiempo -y no sé si antes-, Pell confió su dirección espiritual al entonces Consiliario del Opus Dei en Australia. Recibió mucho apoyo y no menos comprensión.
Lo cierto es que una vez restablecida la figura del Cardenal, fue descubierto un cáncer terminal al que había sido su director espiritual. Catalán de nacimiento, decide venir a morir a España. En concreto, pasa sus últimas semanas en la universidad de Navarra, con cuidados paleativos y una atención personalizada.
Enterado de esto, el Cardenal Pell no pierde el tiempo. Poco antes de que su amigo muera, cogió un avión para España -24 horas de vuelo, 10 de escalas, 8 de

Está en la trastienda de la JMJ la heroica lucha del arzobispo de aquella diócesis. Su homilía de la Misa de comienzo de la jornada no tiene desperdicio. Imprímela. Rézala... Viene de uno de los grandes...
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