“Con ese amor, Dios colocaba en mi mente -como quien pone cosas en la estantería- dos convicciones. Primera: que quitaba el peso de mis hombros, la desconfianza, el cansancio y la fiereza del ex-presidiario. Segunda: la promesa, la intención de Dios, de restaurar en mí el niño que había sido 25 años antes. Dios me devolvía a mí mismo"
14 de junio de 2013.- (P. J. Ginés / Religión en Libertad / Camino Católico) Scott Woltze era un adolescente que decidió ser un tipo duro, y lo consiguió... en una de las peores cárceles de EEUU. Después decidió ser un académico, un intelectual, y también lo consiguió. No contaba con Dios para nada. En abril de 2007, tres experiencias místicas le cambiaron para siempre. Hoy las cuenta en su blog bringustolife.blogspot.com.es.
Scott se crió en una familia de origen católico, aunque de niño y adolescente la misa no tenía ningún significado para él. El ambiente en su casa y su familia era muy malo, conflictivo e inestable. Se sentía solo, todo le parecía absurdo y sin sentido. De niño recibió palizas y fue golpeado, y al crecer decidió que ya no se sometería a nadie, que sería duro y agresivo. Se juntó con otros chicos y empezó su escalada de pequeños crímenes: vandalismo, peleas, robos. Sentía cierto placer en destruir cosas de desconocidos: ¡que vieran lo absurdo de la vida! El dolor y lo autodestructivo daban algún sentido a la existencia. Leer más...
viernes, 14 de junio de 2013
Scott Woltze, atracador, duro presidiario, académico agnóstico... Dios le tocó con 3 experiencias místicas
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