Los médicos debatían si debían cortarle la pierna. Asimismo, informaron que solo un milagro podría salvar a la niña. Por tal motivo todos los niños y niñas de la casa hogar, junto a las religiosas, iniciaron una cadena de oración en la Ermita de la Eucaristía del Hatillo, pidiendo ante una imagen la intercesión del Beato Salomón. En menos de dos horas luego de haber iniciado las oraciones, la pierna de la niña recuperó su color original y todos los síntomas de envenenamiento desaparecieron

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